Acariciando tres décadas de la publicación del álbum “Solos en América”, con el que Miguel Mateos ha sido reconocido como el principal precursor del Rock en tu Idioma, y en el contexto de la presentación de su más reciente placa discográfica “Electropop”, el cantautor argentino ofreció un recital en el Audiorama del Museo El Trompo en Tijuana, como parte de una gira con la que recorre México y Estados Unidos.
Escoltado por cinco músicos (entre ellos su hermano Alejandro en la batería), el entusiasmo de poco más de 2 mil tijuanenses y las luces tenues coloreando el escenario, Miguel Mateos asomó su figura a las 10:07 pm para iniciar su concierto de catorce temas, arrancando con “Plegaria”, extraída de su “Electropop”, concepto que invadió las pantallas de leds con figuras ochenteras y gráficos de neón.
“Buenas noches Tijuana, ¡qué maravilla! Tijuana, ¡llámame!”, exclamó Miguel para continuar su recital con “Llámame, si me Necesitas”, para el cual pintó el horizonte con su sonrisa, entonando los acordes con su guitarra al ritmo de los coros excitados del conglomerado en respuesta a su discurso: “Esto no para. Es una fiesta. Bienvenidos a ‘Electropop’. Estamos de regreso a los 80s”, refirió.
Nostálgico y platicador, esa noche de sábado 24 de junio Mateos enlistó entre tonos azules y morados, “Y sin Pensar”, del álbum “Atado a un Sentimiento” (1989), para después presentar “Hombre de una Sola Mujer”.
“Quiero decirles que me porté mal, la cagué. Yo como un pelotudo, la cagué y escribí una canción. Es un pedido de perdón, y se llama ‘Hombre de una Sola Mujer’, es muy ochentosa”, dijo el argentino que protagonizó una velada memorable, en la que incluyó “Es tan Fácil Romper un Corazón”.
“Estoy encantado de estar en Tijuana cerrando la gira por el norte. Tengo en mi memoria muchos shows por México y Estados Unidos. Llegamos en un avión de Buenos Aires a Houston, y no nos pegaron (haciendo alusión al incidente de United Airlines). Cuando aterrizamos pasamos por la oficina de migración. Once argentinos, y al frente, 2 mil 856 orientales. Presenté mi pasaporte con visa de trabajo. El oficial me mira a los ojos y me pregunta, ‘¿A qué te dedicas?’. Soy cantante, le respondo, pensando, este hijo de puta me manda de vuelta a Buenos Aires, pero el oficial Morales me canta: ‘Nene, nene, qué vas a hacer…’. Era un hijo de mexicanos. Con eso me di cuenta que se puede ir a cagar a ese muro, ya estamos adentro, pero me di cuenta de algo más importante: qué hay que estar en Latinoamérica juntos. Debemos estar todos unidos. Me di cuenta que nunca más estaré solo con mi sombra en la pared”, compartió.
Sensato, aleccionador y maduro, Mateos se enfrentó a un buen número de seguidores, a quienes les contó su pasado: “Les voy a cantar ‘Mis Cosas por Amor’, pero antes debo decirles que todos deben mirar su pasado, hay que mirar para atrás y agradecer. La gratitud es fundamental. Yo vengo de dos abuelos, uno español y un italiano que llegaron a Argentina en 1920 y 1930, pertenezco a migraciones de judíos, polacos, musulmanes, criollos, y esos somos en Latinoamérica; somos una familia migrante”, expuso para después entonar “Solos en América”, extraído del disco homónimo, mismo que volverá a publicar remasterizado luego de que le devuelvan los derechos de la grabación.
Contento y energético, el artista sudamericano concretó su concierto interpretando “Desnúdame”, “Atado a un Sentimiento”, “Euforia”, “Obsesión”, “Si Tuviéramos Alas” y “Cuando Seas Grande”.