Debido a la inseguridad, ciudadanos han tomado medidas en los suburbios, ya sea bloqueando calles o introduciendo sistemas de circuito cerrado para proteger su patrimonio sin consentimiento de las autoridades municipales; parecen no interesarles los patrullajes rutinarios ni la seguridad privada
Luego del repunte en la estadística delictiva en el municipio, cada familia del fraccionamiento Villa Bonita aportó 700 pesos para comprar equipo de seguridad de alta tecnología, sobre todo porque se sienten más vulnerables que nunca ante las disposiciones del Nuevo Sistema de Justicia Penal (NSJP).
Sin dar aviso a la Dirección de Seguridad Pública Municipal, se han creado células dentro de las colonias para autodefenderse, adquiriendo cámaras de video vigilancia, instalando puertas automatizadas y señalamientos viales.
Al preguntar a vecinos del lugar sobre el programa “Red Ciudadana por la Seguridad”, implementado por el alcalde Marco Novelo Osuna para bajar los índices delictivos, todos dijeron desconocerlo.
La iniciativa de cerrar calles en Ensenada es de los colonos, quienes desconfían de la eficiencia policial, por lo que han optado por blindar sus colonias al grado que los agentes tienen restringido el acceso en cierto horario.
En las colonias Moderna, Moderna Oeste y San Marino, también cooperaron para comprar cadenas, anclas de acero y señalamientos viales como “Alto”, “No pase”, “Vecinos vigilando”. Y por la noche, de manera organizada sellan la colonia con candados.
Vecinos de distintos asentamientos coinciden con los empresarios, quienes manifiestan que los agentes no llegan a los llamados de auxilio hechos al 911 o al 089 y alimentan estadísticas de falsas alarmas.
Y es que, como comentó Fernanda, una residente de San Marino que ha sido víctima de la delincuencia en varias ocasiones, “uno de los problemas era que nunca llegaban (Policía) cuando les llamamos, pasaba hasta media hora sin que nos atendieran y los rateros a esa hora ya se había ido, o los detienen, pero al otro día ya están libres y nos vuelven a robar. La verdad no es necesario, mejor aquí nos cuidamos entre nosotros”, detalló.
Adoptan mañas de grandes suburbios
Este tipo de sistemas de seguridad que solo se veían en fraccionamientos de lujo como Cíbolas, Chapultepec o Colinas del Sauzal, ahora comienza a ser común en otros sitios.
Para quienes viven en Vista Hermosa, fraccionamiento de interés social en la zona sureste de la ciudad, es preferible pagar por cámaras de seguridad y automatización de puertas de hierro.
A dos meses de que iniciaron los trabajos para amurallar su fraccionamiento, no han registrado un solo robo dentro de sus hogares.
No les interesan los patrullajes en sus zonas y no han consultado a la corporación a cargo de Emilio Camarena Castillo.
“Por la seguridad y tranquilidad de nuestros hogares, tenemos que trabajar”, es el lema que usan los residentes de la privada de Villa Bonita, donde la mayoría de los habitantes son gente que trabaja.
La vigilancia con guardias de seguridad dejó de ser una alternativa, ya que no confían en las empresas privadas de seguridad.
“Confiamos en uno (guardia), pero cuando descanse, ¿quién lo va a suplir? ¡No, no! Mejor metemos equipo para evitar que nos roben”, mencionó Ignacio Muñoz, uno de los tantos representantes vecinales en Vista Hermosa.
El costo de instalación de un sistema de seguridad para 40 familias es de 300 pesos cada uno más mantenimiento. Quienes deseen tener un control remoto pagan 400 pesos adicionales, de lo contrario, usan la puerta mediante clave. Cada casa puede solicitar el número de controles que desee.
Aun con este control, entre vecinos han decidido que la clave de acceso se cambiará con cierta periodicidad para evitar que se filtre entre otras personas ajenas a la comunidad.
“Lo que queremos es dormir tranquilos”, argumentó una de las residentes.
El representante de la privada Bahía de la Paz, Ignacio Muñoz, comentó que hace tiempo comenzaron con el plan de restringir el acceso, pero hasta hace dos meses se unieron para aportar el dinero.
“Antes pasaba caminando gente desconocida, tocaba la puerta o andaban buscando cosas en la basura, eso ahora se acabó”, dijo el ciudadano, al tiempo que reconoció que ya se siente más tranquilo dentro su hogar.
No administran bonanza, sino escasez
El coordinador de la Comisión de Seguridad Tránsito y Transporte, Iván Duarte Córdova, lamentó que Seguridad Pública sea una institución rebasada para brindar el servicio para lo que fue diseñada, “por eso es de elogiar la manera en que las comunidades se organizan para enfrentar la inseguridad”, evaluó.
Para el edil, la corporación en Ensenada sufre el embate natural de un gobierno en crisis.
“Empezamos a tener un pensamiento estratégico de ‘tenemos poquito, qué hacemos con eso’, y es que han sido tantos despilfarros, ineptitud y corrupción, donde el inepto -el que no sabe- como el malvado, son igual de peligrosos”, criticó.
Desde hace algunos años, los gobiernos han buscado la manera de cómo “patear” la deuda, dejando como resultado instituciones sobrepasadas en las que el presupuesto no alcanza para seguridad, educación y deporte.
Agregó que el director de Seguridad, Emilio Camarena, acumula los llamados a comparecer en el pleno del Cabildo, porque quiere saber las acciones que realiza la dirección en materia de incidencia delictiva “cotidiana”, la cual va en aumento y, aunque se trata de robos a menor escala, inhiben la sensación de paz entre los habitantes.
“No perdamos de vista que la inseguridad es una sensación, pueden ocurrir delitos violentos, pero depende de la ciudad y de las autoridades el que los habitantes se sientan en calma”, argumentó Duarte.
Otro factor es la presentación de un plan de seguridad para el municipio, lo cual es una obligación por parte del director de Seguridad Pública Municipal y del alcalde, sin embargo, a siete meses de que inició su gobierno, Marco Novelo no ha mostrado nada.
“No se trata de tener más Policía, ni un agente en cada esquina, mucho menos un ejército completo para nosotros, sino de saber estratégicamente dónde los vamos a colocar y a qué horas”, agregó.
La estadística
Los delitos de bajo y alto impacto en Ensenada han alcanzado cifras históricas, principalmente en homicidios (sumaban 85 personas asesinadas hasta el 20 de junio).
En días pasados, el Ayuntamiento de Ensenada lanzó un programa de red ciudadana o Policía de proximidad, el cual busca reducir la incidencia delictiva a través de comités vecinales en 500 colonias.
La estadística del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública de Baja California, registra hasta mayo que mil 091 vehículos han sido robados en 2017, es decir, 411 más en comparación con los primeros cinco meses de 2016.
Con relación a homicidios, el incremento en el mismo mes, pero de 2014, era de apenas 21 asesinatos; la misma fecha de 2015, sumaban 24; en 2016 también 24; y en 2017 se triplicó, con 69 muertes violentas. Hasta el transcurso de julio, supera los 90 asesinatos.
Los hurtos en casa habitación bajaron de mil 025 que se denunciaron hasta mayo de 2016, a 731 en lo que van del presente año; sin embargo, la sensación de inseguridad en este tipo de robos se mantiene. En comercio, aumentó de 228 a 309 robos respecto del año pasado.
Juan Manuel Hernández Niebla, presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública, citó como ejemplo los gobiernos en Estados Unidos, donde, a pesar del alcalde que esté a cargo, los jefes de Policía y los procuradores de justicia no son destituidos cada gobierno.
En su opinión, la seguridad se tiene que ciudadanizar con un plan sustentable de políticas a largo plazo, donde no sean los alcaldes ni los gobiernos quienes solucionen el problema cada periodo.
“Sí, allá en Estados Unidos gobernadores vienen, gobernadores van, y por qué los bajacalifornianos no podemos apostarle a un modelo de sustentabilidad a largo plazo; la única manera en que lo vamos a lograr es al ciudadanizar la seguridad”, apostó el dirigente de seguridad pública ciudadana en Baja California.
Para concluir, consideró que el hecho de que los ciudadanos se hagan cargo de la seguridad en las colonias es una ventaja, siempre y cuando la autoridad resuelva un problema delictivo.