El miércoles 19 de julio, Robert Lighthizer, representante comercial de Estados Unidos, anunció que la primera sesión de negociaciones ya tiene fecha: del 16 al 20 de agosto. Esto significa que el futuro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) dependerá de siete rondas, con tres semanas de diferencia entre cada una.
Sin embargo, una resolución rápida se antoja difícil, tal como expuso en un foro en Washington el embajador canadiense David MacNaughton. La razón principal es la larga lista de objetivos que tiene el gobierno de Donald Trump para favorecer a su país y cumplir una de sus principales promesas de campaña: la disminución de su déficit comercial.
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“Incluso si asumiéramos que no va a haber controversia en torno a ninguno de ellos, y todos trabajáramos juntos y todos tuviéramos el mismo objetivo, sería difícil lograr ese tipo de negociación comercial en los próximos meses”, dijo MacNaughton. “Estos van a ser unos interesante varios meses”.
Por su parte, el embajador mexicano Gerónimo Gutiérrez advirtió que no se permitirá que las reuniones del TLCAN se empaten con las elecciones presidenciales de julio de 2018. “Los tres gobiernos comparten la opinión de que se debe hacer lo posible para que todo esfuerzo se termine este año y, al menos se logren acuerdos sustantivos que limiten en gran medida la incertidumbre que todavía tenemos”, afirmó.
Sin embargo, Lighthizer sentenció en junio ante el Senado que su gobierno no impondrá “plazos artificiales” para evitar una coincidencia con los comicios del año entrante.
