Las cenizas yacen en la urna, en manos de su viuda, quien fuera su compañera de toda la vida, medio siglo, misma que, junto con sus hijos, camina en imponente silencio hasta el sitio de honor, escoltados por la guardia de policías con uniforme de gala fúnebre.
Todos contienen la emoción, sellada por la luctuosa ceremonia. Se hacen las presentaciones de rigor y se lee la biografía. Hasta allí, los asistentes permanecen en respetuoso silencio, pero cuando llega el último llamado, tras haber mencionado los nombres de los policías presentes que responden a su turno; enseguida, cuando el Director de la Policía, en voz alta y solemne, hace tres veces la invocación y último pase de lista del fallecido Oficial Daniel Islas García, contestan todos los uniformados a una sola voz: ¡PRESENTE! Entonces, como dizque vencido por el llanto incontenible, los sollozos inundan el recinto y las lágrimas escapan de los ojos, para rodar por las mejillas de hombres y mujeres con uniforme y sin él… para rendir honor a quien honor merece.
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Don Daniel Islas García, policía que desde la posición más modesta, ascendió a base de esfuerzo propio hasta llegar a ser Comandante de la Policía Municipal. Era como los maestros de antes, por lo que pobre del subordinado que no representara dignamente a la corporación, por traer mal boleados los zapatos, incompleto el uniforme o no desempeñar puntualmente sus obligaciones.
Aunque estudió la Licenciatura en Derecho, egresado de la primera generación de Abogados de la UABC, prefirió seguir en la corporación antes que ejercer su profesión, a pesar de que tuvo muchas oportunidades para ello, como cuando litigó o cuando fue Director Jurídico en la penitenciaria, pero él amaba el uniforme.
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Lo menos que la población puede hacer, es agradecer su esfuerzo de toda una vida, por haber sido de esos policías que un niño quisiera llegar a convertirse cuando fuera grande.
Tuvo una larga trayectoria policial, iniciando desde los años sesentas, destacándose como Oficial Motociclista y, sobre todo, como integrante del Escuadrón Acrobático, en el cual, tuvo destacadas actuaciones a nivel Regional e Internacional. Se convirtió en leyenda cuando fue Jefe de la Sección Tránsito en los tiempos que nuestra ciudad tenía orden y respeto por los otros automovilistas y por los peatones, gracias a su ejemplar comportamiento, le ganó ser respetuosamente llamado “Jefe Islas”.
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Ya en la etapa final de su carrera policial, a partir del año 2006, se destacó por su labor como instructor en la Academia de Policía, encargado del Stand de Tiro y, finalmente en la Sección de Alcoholímetros, área que, con su enérgica participación, salvó a potenciales víctimas del alcohol.
Fiel creyente de la palabra de Dios, a través de la Biblia, transmitió a sus hijos la fe en el Creador.
Originario de Tijuana hace 72 años. Falleció en condiciones económicas muy modestas. Le sobreviven su querida esposa, hijos y nietos que le profesaban gran amor y que guardarán por siempre su recuerdo como un hombre de bien, humanamente falible, pero que nunca amasó una fortuna, aprovechándose de su paso por el servicio público.
Se critica mucho a los policías, especialmente y con toda razón, cuando alguno mancha el uniforme, pero poco se hace por reconocer a los que ofrecen su vida por todos nosotros; los que son agentes por vocación, los que, auténticamente y de corazón, están para servir y proteger. Ojalá que por siempre estén en nuestras mentes los nombres y apellidos de quienes le han dado lustre a las corporaciones y que inspiran a los ciudadanos de bien a ser policías.
Todo es cuestión de recordar el último pase de lista para los policías fallecidos, y cuando mencionen a los caídos, todos respondamos al unísono: ¡PRESENTE!
Alberto Sandoval es Coordinador de Alianza Civil. Correo: [email protected] Internet:http://albertosandoval.mx Facebook: Alberto Sandoval Twitter: @AlSandoval
