Según estadísticas oficiales, durante el primer
cuatrimestre de este año el delito creció 65%
con relación a 2016. Ahora los ladrones son
más jóvenes y también hay mayor participación
de mujeres. Autoridades niegan la existencia
de bandas, consejeros ciudadanos argumentan
lo contrario
Sin ser tan alarmantes como las cifras de homicidios u otros actos violentos que han tenido registros históricos en lo que va del año en el puerto de Ensenada, el robo de vehículos es otro rubro preocupante para los diferentes sectores de la ciudad, toda vez que vulnera en la parte productiva de las familias y, como el resto de los delitos, ha aumentado notablemente.
Que la implementación del Nuevo Sistema de Justicia Penal (NSJP) ha disparado el delito, es una consecuencia en la que no coinciden autoridades y sociedad civil. Mientras unos argumentan que el delito existe per se, otros atribuyen que al no ser ya considerado delito grave, la reincidencia se presenta.
Mientras el hurto se sigue propagando sin control, tampoco en el modus operandi coinciden las partes. La autoridad descarta la presencia de bandas organizadas, mientras que para consejeros ciudadanos de seguridad pública, la presencia y operación de mafias dedicadas a este rubro es más que evidente, “y desde hace mucho”, refieren.
De acuerdo a estadísticas oficiales, el robo de vehículos durante el primer cuatrimestre de este año creció en un 65 por ciento con relación a 2016, a la par que ha cambiado el perfil del criminal. Quienes están cometiendo este ilícito han dejado de ser los delincuentes comúnmente estereotipados, adultos con desarreglo personal y adictos, migrando ahora a ser cada vez personas jóvenes, bien vestidas; y a la actividad se están sumado mujeres.
Esta metamorfosis de los delincuentes mantiene enfrentados a ciudadanos y autoridades, pues mientras el Consejo Ciudadano de Seguridad Pública, presidido por Faisal Karim Díaz Nassif, asegura que el problema es ocasionado por una banda del crimen organizado, la versión es desestimada por las autoridades municipales y estatales que insisten en que se enfrentan a delincuentes ocasionales. Mientras tanto la estadística, como la espuma, sube y sube.
Ciudadanos y -algunas- autoridades coinciden en que haber eliminado el robo de autos como delito grave en el catálogo que entró en vigor con el NSJP ha sido el detonante para que esta actividad se mantenga al alza. El incremento en la cantidad de autos robados es menor al número de los que se denuncian.
Si bien la Policía Municipal asegura tener registro de al menos unas diez personas que se han detectado, como quienes se dedican únicamente al robo de vehículos, o de forma ocasional para solventar el uso de drogas, muchos de los autos que son reportados como robados aparecen pero sin partes vendibles, lo que es una afirmación sin conceder que el negocio de las autopartes robadas está floreciendo en la ciudad.
La zona sur de Ensenada es considerada por la Policía Municipal, el lugar donde se está cometiendo la mayor parte de estos hurtos, y pudiera deberse a que esa región es preponderantemente rural y las unidades que están siendo robadas son de modelos 2000 a 2008, carentes de sistemas de seguridad. La zona rural de Ensenada está convertida en nicho para muchas actividades ilícitas. Es técnicamente territorio sin Ley.
César Daniel Lucero, subdirector operativo de la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM) del puerto, apunta que los malandros se han estado cambiando de forma estratégica, pues los delincuentes estudian los movimientos de la Policía, la cual intensificó sus operativos en las inmediaciones de la Estación Centro; por eso ahora mantienen rondines de vigilancia hacia el lado de Punta Banda, hacia la salida sur del municipio, uno de los lugares que actualmente reporta mayor incidencia delictiva.
Asegura que ahora el problema se dirige hacia el sur, donde muchos de los vehículos robados han sido localizados, no obstante, hablando de las detenciones, éstas se han estado llevando a cabo en diferentes puntos, cuando las personas o están cometiendo el ilícito, o van a bordo del vehículo.
De hecho, en las zonas de La Presa y Maneadero ya han sido allanados dos predios en los que se desmantelaban autos para después vender las partes. Varias de estas unidades se detectaron ligadas a crímenes de alto impacto. Muchas de las autopartes pueden ser vendidas en el comercio legal, al carecer de signos de identificación. Esta situación acrecienta la hipótesis de que bandas organizadas están haciendo el trabajo.
Según Lucero, anteriormente los vehículos que robaban eran casi exclusivamente los de la marca Honda, pero últimamente los ladrones han modificado sus preferencias a otras marcas como Nissan o Toyota, cuyos modelos no recientes no cuentan con alarma o sistema de seguridad extra.
Estos automóviles compactos son robados mediante el uso de “llaves limadas”, es decir, que son rebajadas y con ellas se pueden abrir y encender las unidades sin mayor problema, este tipo de herramientas las han detectado los oficiales durante revisiones por faltas administrativas, la mala noticia es que la portación de esta herramienta no es considerada delito y simplemente se impone multa a quienes las usan.
El coordinador de la Unidad de Investigaciones contra Robo de Vehículos de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), Oswaldo Cordero Padilla, reconoció que en este ilícito los delincuentes se están reciclando, y se debe a que el NSJP no castiga esta actividad como delito grave.
El encargado de perseguir y castigar a este tipo de delincuentes afirma que si bien este año se han reportado 860 automóviles robados también se han recuperado 589, poco más de la mitad. Los vehículos son regresados a sus dueños mediante un proceso largo y tedioso, y sin algunas de las partes, que son precisamente las que pudieran estar ofertándose en el mercado negro de autopartes usadas.
Pese al incremento en el número de unidades robadas, la fiscalía considera que este delito es cotidiano en Ensenada, pero no ve a una banda de ladrones de partes funcionando en la ciudad, puesto que una pandilla que operó hace cosa de dos meses, fue desmembrada y puesta en prisión.
Caso similar se dio con tres personas que vendían autos a través de internet, los ofrecían a muy bajo precio, incluso a los posibles compradores les imprimían certificados de no robo falsos con lo que lograban convencerlos; el descaro con el que ofrecían la mercancía puso en alerta a las autoridades y por eso uno de los delincuentes está recluido y el otro murió, tras enfrentarse a tiros con los policías.
Para el fiscal, pese al antecedente no existe alguna banda de ladrones de autos operando en su jurisdicción.
No piensa lo mismo el presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública, Faisal Karim Díaz Nassif, quien sostiene que en el puerto sí operan bandas y no es algo nuevo, y condena que los “beneficios” del NSJP solo han logrado que “las reglas del juego sean más sencillas para los delincuentes”.
Díaz Nassif considera que las bandas de ladrones de autos han actuado desde hace muchos años en Baja California y que la situación de Ensenada se recrudece en la medida que llegan los autos de procedencia extranjera, conocidos como “chocolate”, pues estas unidades carecen del registro que les permita dar seguimiento luego que se denuncia que han sido hurtados.
Refuerza su dicho en que el incremento de este delito se da en unidades con características a los que se mantienen sin proceso de importación, ya que el proceso para denunciar el robo de un auto, parece estar diseñado para inhibir a la víctima, pues al descrédito de las corporaciones se suma el hecho de que no existe un mecanismo que permita a la gente denunciar de manera rápida y eficaz, les toma alrededor tres horas; al obrero común le implica posiblemente uno o dos transportes adicionales para llegar desde su casa.
Además, refiere que del total de autos robados, solo se denuncia el 50 por ciento de los casos, lo cual hace que la estadística oficial ofrezca un panorama poco confiable, a lo que se suma la negativa de la autoridad para aceptar que existe un grave problema con el mercado negro de autopartes robadas, algo que, de acuerdo con el funcionario, comenzó a suceder desde antes de la implementación del NSJP, pues tiene más de diez años practicándose.
Para el Consejo Ciudadano este delito tiene en una de sus aristas una vinculación estrecha con otro tipo de crímenes, pues las bandas de narcotraficantes desde los años 2006 o 2007 empezaron a utilizar autos robados para cometer homicidios. “Ahí es cuando empezamos a ver el incremento, robaban un carro, cometían la fechoría y ahí iban y lo dejaban en alguna calle tirado. Desde ahí se vino el incremento”, narra Díaz Nassif.
En el mismo tema, durante la presentación del reporte de percepción sobre seguridad pública que el miércoles 31 de mayo hizo el Centro Metropolitano de Información Económica y Empresarial (Cemdi) de Ensenada, el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana, Jorge Nava, mencionó que se están robando 200 vehículos por mes en este puerto, “y no son personas solas, no; son grupos organizados”.
Durante el primer trimestre de este año, el robo de vehículos incrementó un 65%. Ciudadanos denunciaron el hurto de 665 vehículos durante los primeros tres meses: 263 en enero, 191 en febrero y 211 en marzo.
En comparación con 2016, año en que robaron 403 carros, 147 se denunciaron en enero, 129 en febrero y 127 en marzo. El incremento entre ambos periodos es de 262 unidades, casi el mismo número de autos hurtados en los primeros tres meses de 2015.