Para haber iniciado con este personaje toda una serie de películas de sus clásicos monstruos, Universal no comenzó precisamente con el pie derecho.
Con Tom Cruise como gancho, la cinta dirigida por Alex Kutzman flaquea más que nada porque tiene una historia llena de huecos donde el personaje central es una princesa milenaria cuya ambición no cumplida y su trágico destino la llenan de rencor e ira.
En manos del soldado Nick Morton -o sea, Cruise- la versión momificada de Ahmnet está a punto de despertar, tras haber sido condenada a la muerte eterna cuando pretendió vender su alma al dios Seth con tal de asumir el liderazgo que por linaje le correspondía.
El problema es que ahora La Momia va rumbo a Londres, donde acosará a Nick para recuperar su cuerpo físico y hacer todo el daño posible a la humanidad, claro. Créanme, suena más divertido de lo que es.
Aburrida y bastante absurda -excepto por Russell Crowe en el rol del doctor Henry Jekyll-, la mayor parte de la acción ocurre en espacios cerrados y, más que actuaciones, todas las apuestas se concentran en los efectos especiales que al no ser sobresalientes, no logran maquillar esta ruinosa narrativa rumbo a un final que no pudo haber sido más caótico.
Esperemos que ahora sí Universal aprenda la lección con este lanzamiento y rectifique el camino con mejores guionistas, porque si algo queda demostrado aquí, es que actores de renombre no pueden salvar un filme que de plano nació muerto. *
Punto final.- ¡”Cars 3”, bien, Pixar-Disney!
