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domingo, febrero 25, 2024
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La elección y sus secuelas

En el mundo ha habido grandes generales, se dice que el más grande ha sido Alejandro Magno de Macedonia. El segundo lugar se lo disputan Pirro, Rey de Epiro, y Publio Cornelio Escipión, llamado “El Africano”, por su gran victoria sobre los cartagineses. Pirro, extraordinario estratega militar, conocido también por crear el concepto de guerra pírrica, que es aquella en la cual, aunque se obtiene la victoria en una batalla, es tan grande el costo  por lograrla, que equivale a la pérdida.

Creo que éste es el caso de la elección del Estado de México, de junio 4. Si hasta ahora los primeros números le dan cierto margen al PRI, mismo que deberán convalidarse tanto en los cómputos, como en el Tribunal Federal Electoral, en el fondo ha sido una victoria pírrica, pues ha sido costosísima en muchos aspectos.


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Primero, salvo los jilgueros oficiales pagados, nadie con prestigio y calidad moral considera que sea un triunfo legítimo.

Segundo, no aceptan que sea triunfo de Del Mazo, sino del Presidente Peña.

Tercero, la mayoría sostiene que es una elección de Estado, donde se violentó el principio constitucional de la equidad electoral, ya que el Estado mexicano dispuso de todos los recursos a su alcance: dinero, programas públicos sociales, compra de credenciales de elector, pago por foto de votos, etcétera.


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Cuarto, mostró la fragilidad de los organismos electorales mexicanos, cuando menos la verticalidad y compromisos de los consejeros del INE, quienes no fueron capaces de atraer la elección como se los autoriza la Constitución, ante las evidentes muestras de parcialidad de la autoridad electoral.

Quinto, mostró las debilidades de los jerarcas nacionales del PRI, quienes no atinaron a desplegar una estrategia propia ni gravitaron en el triunfo.

Sexto, demostró las terribles lacras del sistema mexicano, donde billete mata enojo social. Séptimo, hizo evidente que la maquinaria del PRI, para movilizar a sus electores, aún funciona.

Octavo, expresó la efectividad de los ataques y la campaña negra contra los opositores al gobierno.

Noveno, el prestigio internacional del Presidente y su gobierno están en entredicho, ¿con qué cara le van a reclamar al Presidente Maduro lo que está haciendo en Venezuela? Para tener la lengua larga, se debe tener la cola corta; dice un proverbio popular mexicano.

En mi anterior artículo afirmé que, de ganar el PRI, le aportaría muy poco para el 2018. Lo ratifico, aunque sí proporcionó cierta euforia, sobre todo, al militante de base, sin embargo, no genera un espíritu de victoria hacia el 2018. La prensa oficial dice que fue una bocanada de aire fresco para el Presidente hasta subió el peso frente al dólar. Creo que no se puede afirmar aún que Del Mazo ganó, quedan todavía por superar muchas etapas.

Para mí, esta elección debe anularse. Si la oposición demuestra la intervención del estado a favor del candidato del PRI, será un golpe terrible para el Presidente. Por mucho menos que esto, se han anulado las elecciones en Colima.

También el ejercicio comicial del 4J arroja enseñanzas a la izquierda mexicana, sobre todo, al Peje. Primero, que por sí solo le será muy difícil ganar en 2018. Segundo, que necesita la unión de toda la izquierda. Tercero, que la izquierda sigue sufriendo de los mismos problemas: desconoce la estrategia electoral, no tiene todos sus representantes de casilla, no sabe cómo movilizar a todos sus votantes y no tiene un plan para recolectar el mismo día, todas las actas. Cuarto, que la parte jurídica le sigue haciendo el feo y es fundamental, en elecciones, que termine siempre en los tribunales. Quinto, que la izquierda no tiene a todos sus electores bien distribuidos. Si se revisa el mapa electoral del estado de México, se verá que los votantes están mal distribuidos, pues se aglutinan en algunos territorios y no en todo el estado. El PRI es el partido que mejor tiene distribuidos sus electores en el territorio nacional, por eso es el que gana más diputados de mayoría, generándole ventaja en el Congreso.

Ahora todo estará en manos de los organismos electorales. Veremos qué tan imparciales son. Sera necesario un nuevo cómputo de casilla por casilla. La legitimidad electoral del gobierno lo merece y la población lo reclama. Me preocupa el Tribunal Electoral, pues todos sus integrantes son recién nombrados y no todos tienen experiencia y fogueo electoral. Me preocupa, sobre todo, que el senador Gamboa operó para extenderles anticonstitucionalmente el periodo por varios años más a tres magistrados. ¿Habrá habido una negociación que comprometa su imparcialidad? La elección del Estado de México me dejó muy mal sabor. Creo que se retrocedió mucho terreno en la consolidación de la democracia electoral y el mundo nos volverá a ver como un país sin instituciones democráticas reales.

 

Amador Rodríguez Lozano, es tijuanense. Ha sido dos veces diputado federal y senador de la República por Baja California; fue también ministro de Justicia en Chiapas. Actualmente es consultor político electoral independiente y vive en Tijuana. Correo: amador_rodriguezlozano@yahoo.com

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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