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martes, octubre 1, 2024
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La cátedra de Sergio Haro (1957-2017)

– “El periodismo es la conciencia y la memoria de la sociedad”: Sergio Haro al publicar su libro “No se olviden de nosotros”

– “Es muy importante que su libro se distribuya entre las nuevas generaciones de periodistas”: Tomás Di Bella

– “Me parecía que hacía un corte de la historia muy interesante a través de este trabajo”: Rosa Espinoza

– “La muerte de Sergio Haro es una grave pérdida para el periodismo mexicano”: Carlos Lauría

– “El trabajo que realizó a lo largo de todos estos años hizo que todos le aprendiéramos”: Darío Ramírez

– Leopoldo Maldonado reconoció el “gran aporte que ha hecho a la democracia mexicana con sus investigaciones periodísticas”

 

 

La cátedra sobre periodismo de Sergio Haro Cordero pudo apreciarse en diversos medios en donde entregó su trabajo durante más de 30 años de trayectoria, pero también en su libro “No se olviden de nosotros: Narrativa periodística de Baja California”, publicado por la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) en 2012, bajo el cuidado editorial de los escritores Tomás Di Bella y Rosa María Espinoza Galindo.

En “No se olviden de nosotros” Haro entregó 24 crónicas y reportajes de investigación desde “Una jornada en San Quintín” publicada en el Semanario Foro en 1984; “Tianguis de Caléxico, Estados Unidos” en La Jornada en 1985; pasando por su puesto por su cobertura del asesinato del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio con títulos como “Del aeropuerto a Lomas Taurinas”, “El mitin y la cita con la muerte”, “Confusión rumbo al hospital”, “Del hospital al aeropuerto en carroza” y “Dos pistolas, un asesino”, editados por La Crónica; hasta desembocar en “Claman residentes del Valle de Mexicali: ‘No se olviden de nosotros’” publicada en ZETA en 2010, sobre el temblor que sacudió Mexicali el 4 de abril de ese año.

Fue precisamente la consigna “No se olviden de nosotros”, que pobladores de Chimí hicieron a los periodistas en el Valle de Mexicali, la que dio título al libro y que refleja su sensibilidad y visión o forma de entender el periodismo muy cercano a la sociedad y sus problemas que Haro practicó, y de ello dio cátedra sólida:

“Por eso la frase-reclamo, no solo a los periodistas, al gobierno, o a quien fuese que pudiera ayudarlos en esos momentos de aciago. Pero el reclamo parece recurrente y no únicamente en esa coyuntura para ese tema y finalmente surge como una suerte de consigna ciudadana ante la evidente desatención de los problemas que aquejan a los más vulnerables, a los que menos tienen, mientras los periodistas se aferran desesperadamente a la cobertura de la esfera del poder, desde la comodidad de las oficinas gubernamentales, donde políticos y funcionarios ‘externan’ opiniones a diestra y siniestra ante micrófonos, cámaras y grabadoras prestas a trasmitir su decir de lo que sea”.

 

La voz de sus editores

Al conocer su trabajo periodístico y mientras laboraban en el Departamento de Editorial Universitaria de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) allá por 2010, los escritores y editores Tomás Di Bella y Rosa María Espinoza Galindo se propusieron rescatar la labor histórica de Sergio Haro dispersa en diferentes medios de comunicación durante un cuarto de siglo:

“El libro ‘No se olviden de nosotros’ nació de una conversación en la Feria Internacional del Libro de la UABC hace bastantes años; me decía que quería que se le hiciera un libro por parte de la Universidad; en ese tiempo yo estaba a cargo del Departamento de Editorial Universitaria de la UABC y le dije pues que contaba con mi apoyo. Tiempo después, alrededor de un año, llegó con una propuesta de contenido que me pareció excelente porque cubría sus 25 años de reportero, me pareció un registro muy valioso, muy interesante, muy hermoso no nada más de su paso como periodista en esta región sino que también tenía un corte histórico, me parecía que hacía un corte de la historia muy interesante a través de este trabajo”, refirió a ZETA Rosa Espinoza, aún conmovida por la muerte de Sergio Haro.

“Los textos quedaron tal cual como fueron publicados justamente para que no se perdiera esa esencia de su trabajo como reportero”, apostilló Espinoza y recordó que su papel en el proceso de publicación de “No se olviden de nosotros”:

“A mí la parte que me tocó en un principio fue gestionar el apoyo institucional, porque entre que me llevaba el primer borrador y finalmente cuando me mandaron los archivos con la versión definitiva yo dejé de ser titular del Departamento en 2011, aunque ya se había apalabrado que la Universidad cubriera los gastos de impresión”.

Desconsolado al saber la noticia de la muerte de su amigo Sergio Haro, el escritor Tomás Di Bella también evocó cómo fue el camino hacia la edición de “No se olviden de nosotros”:

“Después de muchos años de no vernos, porque cada quien tenía sus actividades, nos volvimos a ver otra vez, para platicar y rememorar cosas. La experiencia fue muy agradable, y más que nada nos dimos cuenta que lo que él había publicado en 25 años era no solamente de interés literario porque estaba muy bien escrito, sino que era de interés común y de interés social; porque su trabajo tiene la característica de ser muy denunciatorio sobre los abusos del poder, sobre los grupos del narco y sobre las luchas sociales en general”.

“Mi trabajo en la edición fue recibir sus textos que él recopiló, me dio la confianza de leerlos, entonces, el trabajo de edición es un trabajo entre el autor y el editor, en ponerse de acuerdo; los textos estaban escritos en el tono periodístico, un tono y un ritmo muy diferente al que puede tener un libro; mi trabajo fue pues de corrección, de organización de los temas en el sentido histórico y en el sentido temático”, complementó el editor Tomás Di Bella.

Y dicho y hecho, fue en 2012 cuando “No se olviden de nosotros” fue publicado por la UABC cuando Maricela López Ornelas despachaba en la Coordinación Editorial.

En torno al valor de la edición, Di Bella agregó:

“Él venía de las raíces obreras y él nunca olvidó esa voz que es por lo general negada y no escuchada; entonces, el tono de su trabajo tiene ese tono, el de un periodista de la gente de a pie, de la gente común, que de repente no tiene foro y él se lo daba y se lo daba muy bien. “El libro me parece que  es un legado muy importante, es un legado que puede leer la gente de todos los días porque su trabajo es de una labor muy honesta, muy inteligente, y es muy importante que su libro se distribuya entre las nuevas generaciones de periodistas y comunicólogos”.

Di Bella todavía recordó que estaba por editarse otro título: “Quedó algo en el aire, yo hablé con él hace unos cuatro meses, tenía la idea de editar un libro con su trabajo fotográfico; él estaba recopilando el material y quedamos en reunirnos para darle forma a todo este cúmulo de trabajo que dejó, pero no concluyó en nada, no sé si después se pueda hablar con quien se quedó con su trabajo, pero sería muy importante hacerlo también”.

Por último, Di Bella recordó al amigo: “Me dio mucha tristeza saber la noticia de su fallecimiento, se pierde no solamente a un gran periodista sino a un gran obrero, un gran periodista, un gran escritor y conversador”.

 

Más reacciones

Tras el fallecimiento de Sergio Haro el martes 30 de mayo de 2017 en Mexicali, las reacciones de tristeza, reconocimiento y solidaridad empezaron a pulular.

Para empezar, Carlos Lauría, coordinador sénior del programa de las Américas del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), declaró a ZETA:

“La muerte de Sergio Haro es una grave pérdida para el periodismo mexicano; Sergio era un reportero nato, un verdadero periodista de enorme olfato, de enorme capacidad y entrega, que además ha sido un luchador incansable por la promoción y defensa de la libertad de prensa.

“El documental ‘Reportero’ (2012), que bien elaboró Bernardo Ruiz, lo tiene como en un papel protagónico hablando de la amenaza en los reporteros en México, sobre la corrupción de las instituciones mexicanas, de la corrupción de la propia seguridad de los gobiernos y también el altísimo grado de impunidad que es característico en la mayoría de las investigaciones de asesinato de periodistas; entonces, él era una persona absolutamente sensible a todos estos hechos como periodista de ZETA y como testigo de los distintos hechos que sacudieron a la historia de ZETA con los asesinatos de Héctor Félix y Francisco Ortiz Franco; él ha dejado un legado de memoria activa, de reflexión importante y una tarea periodística encomiable”.

Asimismo, Leopoldo Maldonado, Oficial del Programa de Protección y Seguridad de Artículo 19, expresó a este Semanario:

“Para el periodismo en la región pero también para el periodismo nacional es una gran pérdida, no solamente por la gran personalidad de Sergio Haro sino por el gran aporte que ha hecho a la democracia mexicana con sus investigaciones periodísticas; además, bueno, su pertenencia a uno de los baluartes del periodismo de investigación en este país como es ZETA, pues evidentemente es algo que la sociedad en general está lamentando”.

“Todavía recuerdo justo el día que nos anunciaron que había muerto: estábamos platicando sobre él, sobre unos talleres que íbamos a dar, Artículo 19, allá, y que lo íbamos a invitar porque además era muy solidario con sus colegas, siempre estaba buscando la mejora del trabajo periodístico en México que tiene grandes retos, no solamente en términos de las condiciones de seguridad en las que se tiene que ejercer y que no hay por parte del Estado, sino también por la calidad propia del trabajo periodístico y del valor informativo que eso conlleva; evidentemente es una pérdida muy lamentable que ha hecho eco todo el país y me queda claro que deja un gran espacio difícil de cubrir”.

Finalmente, Darío Ramírez, director de comunicación de “Mexicanos contra la Corrupción” manifestó a este Semanario:

“Sergio ha sido un amigo, un periodista, una persona que ha influido no solo a la comunidad y al gremio de periodistas, sino verdaderamente un ejemplo de persona, en su integridad, en su ética, y el trabajo que realizó a lo largo de todos estos años hizo que todos le aprendiéramos.

“Hace muchos años, cuando la ola de violencia que vivió Tijuana y Mexicali y que comenzaba a azotar a diferentes regiones del país, Sergio nos ayudó mucho para decirle al gremio periodístico que sí se podía hacer periodismo dentro de la ola violencia pero que necesitaba cambiar desde sus raíces la manera en que se hace periodismo, y yo creo que es uno de los grandes legados de Sergio para con su comunidad en todos los rincones de México”, concluyó Darío Ramírez.

 

Foto: Cristian Torres

El periodismo “es la conciencia y la memoria de la sociedad”

Cuando en 2012 la UABC publicó “No se olviden de nosotros”, Sergio Haro también reflexionó en entrevista con ZETA, primero sobre la edición que refleja su sensibilidad, compromiso y visión social de la labor periodística:

“Pues la idea fue conjugar varios temas, no solo el de la original violencia del narco -que es un tema desafortunadamente muy vigente-, sino otros temas sociales, como el de la huelga en la UABC, el relajo que dejó la última administración del PRI, la frontera y la incierta situación laboral de los trabajadores transfronterizos. Creo que resulta una suerte de mosaico histórico de hechos acontecidos en la región, y que quizá para gran parte de las nuevas generaciones es desconocido”.

Finalmente, compartió su cátedra:

“Hace poco leí en el diario español El País una reseña sobre un encuentro de académicos especialistas en periodismo. Uno de ellos dijo una frase que se me quedó grabada y con la que coincido: ‘El papel del periodismo es explicar lo que sucede y cuestionar al poder’. Coincido porque en la práctica me he identificado con esa idea, creo que el periodismo debe ser crítico, ZETA es un buen ejemplo de esto, pero además debe explicar lo que sucede en términos sociales, económicos, políticos. Es la conciencia y la memoria de la sociedad”.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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