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lunes, septiembre 30, 2024
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“Hooligans”, motociclistas de Tijuana perseguidos por el FBI

Con el robo de 150 vehículos Jeep Wrangler en San Diego, valuados en 4.5 millones de dólares, el club de motos “Hooligans” de Tijuana suma más delitos a una lista que va desde el tráfico de personas hasta el trasiego de droga. El FBI busca a seis de sus miembros prófugos en México, pero no descarta más arrestos entre los motociclistas

El robo de vehículos Jeep Wrangler en California, pone nuevamente en la mira al club de motociclistas “Hooligans” de Tijuana, a cuyos miembros se les ha investigado por un ataque armado, tráfico de personas, robo de motocicletas y automóviles, así como tráfico de droga.

La Fiscalía Federal del Distrito Sur de California, con sede en San Diego, presentó una acusación contra nueve de ellos por el delito de conspiración para transportar vehículos robados para su venta en el extranjero.

De acuerdo con la investigación, los “Hooligans” elegían solamente modelos Jeep Wrangler, aunque también robaron algunas motocicletas.

En una concesionaria automotriz, un Jeep Wrangler 2017 se cotiza alrededor de 600 mil pesos, aunque algunos modelos llegan a los 800 mil. Mientras que en el mercado de carros usados, una Jeep Wrangler importada modelo 2008 se vende en 15 mil dólares (alrededor de 270 mil pesos).

Después de robar estos vehículos en San Diego, los delincuentes los conducían a Tijuana para venderlos o desmantelarlos para vender las partes. Los 150 automóviles robados en el Condado de San Diego, suman un valor de 4.5 millones de dólares.

El martes 25 de mayo por la mañana, agentes estadounidenses realizaron el primer arresto de la operación “Último Viaje”. Henry Pulido, ciudadano estadounidense y de 24 años de edad, fue aprehendido en un complejo de departamentos en Chula Vista, California.

Mientras que a Alejandro Guzmán “Pollo”, de 23 años y a Reynaldo Rodríguez, de 33, se les detuvo en una casa de Spring Valley y en el cruce fronterizo de Tijuana-San Ysidro, el martes 31 de mayo.

Los otros acusados siguen prófugos. Se trata de Jimmy Josué Martínez “Motas”, Mario Alberto Echeverría Ibarra “Cifre”, a quienes la fiscalía identifica como líderes de la banda de ladrones, Narciso Zamora Bañuelos “Chi Chi”, Adán Esteban Sánchez Aguirre “Güerito”, Salvador Isay Castillo “El Güero”, Reynaldo Rodríguez “Edwin” o “Ed-Rod” y Sebastián Ponce.

El Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) informó a autoridades de Baja California que los prófugos cruzaron la frontera para refugiarse en México, pero es posible que se encuentren escondidos en otros estados.

 

Robos con ayuda de la tecnología y de una concesionaria

La acusación, formulada por la Fiscalía y aceptada por un Gran Jurado, precisa que más “Hooligans” pueden estar relacionados con estos robos. Al club se le describe como “una organización criminal trasnacional involucrada en diversas actividades delictivas, incluyendo robo de vehículos”.

Una vez a la semana, los “Hooligans” se reúnen en Tijuana para planear sus siguientes actividades. Públicamente, los miembros participan en colectas de juguetes o alimentos para niños de casas hogar, organizan recorridos y obtienen patrocinios de bares.

Sin embargo, los fiscales a cargo del caso explican que, dentro de esas reuniones, por lo menos desde enero de 2014, algunos miembros comenzaron a planear también un sofisticado esquema de robo de vehículos.

“Los acusados se organizaron en varias células dedicadas al robo. Cada acusado participaba, por lo menos, en una de estas células y actuaba en los siguientes roles: líder, ladrón, explorador, transportador o copiador de llaves”, detalla el documento presentado ante la Corte.

En un primer momento, la banda se dedicaba exclusivamente al robo de motos, pero trasladaron su método al robo de unidades Jeep Wrangler. Según la acusación, el atraco iniciaba con los exploradores.

Éstos se encargaban de buscar modelos Jeep Wrangler en estacionamientos de centros comerciales o en complejos residenciales, entre otros lugares. Una vez que ubicaban un vehículo fácil de robar, tomaban el Número de Identificación del Vehículo (VIN, por sus siglas en inglés) desde el tablero del carro u otra ubicación visible.

Los exploradores enviaban estos códigos a los líderes de las células, quienes los compartían con los copiadores de llaves. Estos copiadores ingresaban a las bases de datos de la concesionaria Chrysler y, con el VIN, solicitaban dos códigos, uno para crear una llave duplicada y el otro para desactivar la alarma, así como dos duplicados de llaves.

Según las investigaciones, a través de una concesionaria Chrysler ubicada en Cabo San Lucas, Baja California Sur, la banda obtuvo estos códigos y llaves de 20 vehículos robados en San Diego, California.

Al ser entrevistadas, las víctimas de los robos dijeron no haber sido alertados ni notificados de los duplicados de llaves por las agencias donde compraron sus vehículos.

Tanto los códigos como las llaves eran entregadas a los líderes de las bandas, quienes a su vez los entregaban a los ladrones.

Entonces, los ladrones utilizaban los códigos para programar los microchips dentro de las llaves y utilizar un dispositivo portátil que desactivaba el sistema de alerta, que incluía el claxon y un sistema de luces.

Así, sin un solo vidrio roto o puerta forzada, los ladrones y sus acompañantes lograban ingresar al vehículo para encenderlo. En la mayoría de los casos, los robos se dieron en las cocheras de los propietarios de las unidades, durante la medianoche o la madrugada.

“Era un método tan nuevo y avanzado tecnológicamente, que requirió a los investigadores superar el ingenio de los ladrones”, destacó la fiscalía.

La primera pista llegó el 26 de septiembre de 2014. Las cámaras de vigilancia en una vivienda del complejo de lujo Rancho Bernardo, dentro del Condado de San Diego, captaron a tres hombres que robaron un Jeep Wrangler Rubicon 2014.

A las 2:30 am llegaron y, en cuestión de minutos, desactivaron la alarma y usaron una llave y un aparato electrónico portátil para encender el motor. Así, los detectives descubrieron el modo de operación.

 

“Motas” y “Cifres”, los líderes

La fiscalía ubica a Jimmy José Martínez “Motas”, de 31 años, y a Mario Alberto Echeverría Ibarra “Cifre”, de 30, como algunos de los líderes de estas células. Ambos son miembros veteranos de los “Hooligans” y continúan prófugos. Se les atribuyen los robos de 28 vehículos con un valor aproximado a 800 mil dólares.

De acuerdo con autoridades en Baja California, “Cifre” se dedica al robo de vehículos desde los 20 años de edad. En 2007, fue detenido por la Policía Municipal de Tijuana a bordo de un Honda Acura con reporte de robo en California y turnado a la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).

En 2013, salió de prisión en Estados Unidos, luego de pasar tres años por tráfico de personas. Cuando se le detuvo en Anaheim, California, se le identificó como líder de una banda que trasladaba a personas indocumentadas en pangas desde Ensenada hasta la Unión Americana.

Como líderes de las células dedicadas al robo de automóviles, “Cifre” y “Motas” recibían los vehículos robados en Tijuana y pagaban de manera directa o indirecta a los participantes.

Entre las comunicaciones intervenidas por el FBI, está una fechada el 14 de enero de 2014, en la que Jimmy Josué Martínez “Motas” y Narciso Zamora Bañuelos “Chi Chi” sostuvieron una conversación vía Facebook para obtener una llave para un Jeep Wrangler 2007 con terminación 8776 en su VIN.

Al día siguiente, ese vehículo fue robado en Pacific Beach, San Diego. Cinco días después, el 19 de enero, “Motas” participó en el robo de otro Jeep Wrangler en Serra Mesa, San Diego.

Así, la acusación detalla cada uno de los robos perpetrados por los acusados. También reproduce algunas conversaciones entre los integrantes de la banda.

Por ejemplo, el 4 de abril de 2015, Adán Esteban Sánchez Aguirre “El Güerito”, de 26 años, escribió a otro acusado identificado como J.C., que un grupo de “Hooligans” planeaba el robo de varios vehículos.

“Van a decir ‘malditos Hooligans’ le escribió “El Güerito” a J.C., quien le respondió “Somos una plaga, no pueden con nosotros”. “Mexico vs usa” (sic), contestó “El Güerito”.

Meses después, el 13 de junio de 2015, Adán Esteban Sánchez le escribió a J.C. “¿Qué onda, perro? Todo lo que haces es robarle a los americanos. Ya dejaste sin nada a esa pobre gente”.

J.C. respondió: “Ya no me dejan nada afuera. Solo en la cochera. Tengo que saltar bardas y muros”, a lo que “El Güerito” contestó “Jajajaja, ni siquiera con eso pueden detenernos”.

 

También ligados a homicidios en Tijuana

El lunes 24 de agosto de 2015, por la noche, se velaban los cuerpos de Iván y Víctor Velarde Ángulo en una funeraria de Tijuana. Los hermanos, ambos miembros de “Hooligans”, habían sido asesinados días antes mientras se encontraban en la Llantera Meza, ubicada en la colonia Independencia y de la cual eran propietarios.

El funeral fue interrumpido por un asesino, quien armado con un rifle R-15 atacó a un grupo de asistentes. De 25 balas disparadas, 12 hirieron a siete personas y mataron a dos hombres.

De acuerdo con las investigaciones ministeriales, los hermanos Velarde Ángulo habían participado con un grupo delictivo dedicado al trasiego de droga, el cual precisamente había iniciado dentro del club de motos “Hooligans”.

El móvil del doble homicidio, ocurrido precisamente en su negocio, fue que los hermanos participaron en un robo de droga, según las autoridades.

Desde aquel entonces, detectives de San Diego compartieron con autoridades de Baja California, que integrantes del club estaban bajo investigación por robo de motocicletas y tráfico de drogas.

Una hora antes del ataque armado en la funeraria, policías municipales acudieron al lugar para atender un reporte de personas tomando bebidas alcohólicas sobre la vía pública. Algunos de los oficiales reconocieron a miembros del club “Hooligans” en el lugar, pero no realizaron ninguna detención.

No fue el único reporte que atendieron esa noche. En la colonia Independencia, ubicada a menos de dos kilómetros de la funeraria, una denuncia anónima alertó de una balacera donde participaron motociclistas.

Sin embargo, a su arribo, corporaciones policiacas no hallaron balas ni personas heridas. Después del ataque en la funeraria, las autoridades adjudicaron a integrantes de los “Hooligans” la autoría de la balacera en la colonia Independencia, como una forma de vengar los homicidios de los hermanos Velarde Ángulo.

De ahí, el grupo atacado respondió acudiendo a la funeraria para ultimar a quienes habían intentado asesinarlos, según la hipótesis de los investigadores.

Previamente, en 2010, año en que Jimmy Josué Martínez “Motas” cayó por tráfico de personas, Iván Velarde Ángulo fue detenido en Ensenada mientras transportaba en una lancha a mexicanos que serían llevados a Estados Unidos.

Aunque Velarde Ángulo fue remitido a la Procuraduría General de la República (PGR), no se tiene registro en México de que haya purgado una condena. Detectives creen que, desde entonces, “Motas” y el fallecido Velarde Ángulo estuvieron involucrados en actividades delictivas.

 

Encuentran partes en deshuesadero de Tijuana

El 10 de marzo de 2017, agentes ministeriales realizaron un cateo en un predio de la calle Bella Vista, de la colonia Valle Bonita, donde localizaron piezas desmanteladas de 28 vehículos modelo Jeep con reporte de robo en Estados Unidos.

La PGJE detuvo a seis hombres en el lugar y un juez los vinculó a proceso por el delito de robo equiparado de autopartes de vehículo de motor robado.

Aunque no permanecieron en prisión, ya que el juez fijó como medida cautelar que los seis acusados acudan a firmar a los Juzgados cada dos semanas y una garantía económica de 3 mil pesos, en mayo concluyó el plazo de investigación fijado para el Ministerio Público, por lo que, en los próximos días, la Procuraduría espera iniciar la etapa procesal para llevar a cabo la acusación formal, ya que en el lugar fueron localizadas varias unidades Jeep Wrangler. Las autoridades no descartan que los seis detenidos tengan vínculos con “Hooligans”.

Esto porque los líderes de las bandas de robo, se encargaban de vender los carros o de entregarlos a desmanteladores para su venta por piezas.

De acuerdo con un reporte del Buró Nacional de Delitos de Seguros (NCIB, por sus siglas en inglés), en 2015, 3 mil 484 vehículos con reporte de robo en Tijuana se localizaron en la ciudad.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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