Hace un año, los Warriors de Golden State tenían ventaja de tres juegos por uno sobre los Cavaliers de Cleveland en la gran final de la NBA (Asociación Nacional de Basquetbol), pero fueron alcanzados y rebasados, quedándose con las ganas de celebrar el bicampeonato.
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Ahora se repite el duelo, siendo la primera ocasión vez que los mismos equipos están en la final por tercer año consecutivo. Algo que no había ocurrido antes en los 71 años de historia de la NBA y que rara vez se ha dado en las grandes ligas del deporte estadounidense
Como ha sido en las ocasiones anteriores, este duelo promete ser un “choque de trenes” por la calidad de los protagonistas. El dominio de los “Cavs” y los Guerreros durante la postemporada ha sido devastador, entre los dos perdieron solo un partido en seis series. Nunca dos equipos habían llegado con récords tan amplios a las Finales. Los Lakers de 2001 ganaron sus primeros once juegos (en ese tiempo, la primera ronda de playoffs era a ganar tres de cinco) y terminaron con récord de 15-1. Golden State han ganado 12 seguidos y todavía no pierden en esta postemporada, mientras que los Cavaliers destruyeron a todos en el Este y cayeron nada más una vez, en un juego en el que nadie le echó ganas. En total, ambos equipos van 24-1 y lucen como dos de los mejores de todos los tiempos.
Las cartas fuertes de cada club son lo más selecto de la NBA, comenzando por LeBron James, quien llega a siete finales consecutivas (ocho en total), y ha demostrado ser una de las fuerzas más devastadoras de la historia del Basquetbol. Esta postemporada ha sido la mejor de su carrera: 32.5 puntos, ocho rebotes y siete asistencias por juego, mientras ha anotado 56 por ciento de sus tiros de campo y, más sorprendente, 42% de sus triples.
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Pero no será nada fácil enfrentado a Stephen Curry y compañía. El base está teniendo los mejores playoffs de su carrera. Sus números no son tan impresionantes como los de James: 28.6 puntos, 5.5 rebotes y 5.6 asistencias por partido, pero su control del juego, el ritmo y la forma en que se ha visto imparable en la racha de 12 juegos sin perder de los Guerreros, lo han puesto en un nivel que nunca se le había visto. Tal vez Kevin Durant sea la estrella de los Warriors, pero Curry es el jugador más importante. Si está encendido (como lo ha estado toda la postemporada), es prácticamente imposible detener a Golden State.
Un factor a tomar en cuenta son los demás jugadores de ambos equipos, todos son estrellas y con roles importantísimos. Curry, Durant, James y Kyle Irving van a tener buenos partidos, pero el desempeño del resto de las escuadras son lo que muy probablemente definirá al campeón. Kevin Love es una superestrella, pero es posible que los rebotes de Tristan Thompson, los pases de Deron Williams o los triples de Channing Frye, sean igual de importantes en momentos clave. Del otro lado, Klay Thompson puede estallar en cualquier momento, pero la defensa de Javale McGee, la longitud de Andre Iguodala y la experiencia de David West serán lo que dé balance a los Guerreros.
La serie final es a ganar cuatro de siete posibles juegos y comenzó el jueves 1 de junio en Oakland, donde volverán a encontrarse el domingo 4 de junio; se trasladan a Cleveland, donde jugarán el miércoles 7 y viernes 9; para el quinto juego, regresan a Oakland, donde jugarán (de ser necesario) el lunes 12. El sexto posible partido será en Cleveland, el jueves 15, y el séptimo (de ser necesario) se desarrollaría en Oakland el domingo 18 de junio.
