La visita de congresistas demócratas a Tijuana y el perdón que el gobernador de California, Jerry Brown, dio a tres veteranos deportados, abren el camino para que un grupo de más de 300 militares expulsados puedan volver a Estados Unidos. “Solo queremos regresar a casa”, pidieron a legisladores, quienes trabajan en leyes para revocar y evitar deportaciones a miembros de las Fuerzas Armadas
Erasmo Apodaca tenía 21 años viviendo en Estados Unidos cuando fue deportado a México, el 19 de noviembre de 1996. A pesar de contar con la residencia legal y haberse retirado con honores tras cuatro años de servicio como Marine, fue expulsado cuando cometió un delito menor.
Desde entonces, el hombre de 46 años ha reconstruido su vida. Estudió una licenciatura, trabaja como profesor de inglés y en bienes raíces en Mexicali, donde se casó y tuvo hijos, pero los años no le han borrado el deseo de volver al lugar que siente como su hogar.
En dos ocasiones ha solicitado una visa y se encuentra en su tercer intento. “Cometí un error y me encantaría regresar a casa”, admite.
Gracias al perdón que el gobernador de California, Jerry Brown le otorgó, ese camino podría volverse más fácil. Por medio de un decreto, el mandatario demócrata perdonó la felonía cometida por Erasmo, así que sus antecedentes delictivos no serán un impedimento para que el gobierno de Estados Unidos acepte su solicitud.
El sábado 3 de junio, frente a la Casa de Apoyo para Veteranos Deportados, en una tranquila calle de Otay, en Tijuana, Erasmo Apodaca y Héctor Barajas recibieron de manos de Nathan Fletcher, un activista por los derechos de los veteranos deportados, el perdón del gobernador. El tercer beneficiado fue Marco Antonio Chávez Medina.
En 2013, Héctor Barajas fundó la Casa de Apoyo a Veteranos Deportados, después de haber sido deportado en 2009. En 2016, esta organización formó parte de un estudio realizado por la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), una asociación civil estadunidense que pelea por el retorno de los ex militares.
Además de obtener el perdón del gobernador, ese día, Barajas recibió a un grupo de siete miembros del Caucus Hispano del Congreso de Estados Unidos para mostrarles el lugar que fundó y presentarles a otros hombres que, como él, solo piden regresar a casa.
El ex paracaidista de la División Aérea número 82 del Ejército de Estados Unidos, es uno de más de 300 veteranos que en los últimos años han sido deportados del país al que sirvieron en guerra o prestaron servicio militar. “Nos da esperanza de que podamos regresar a casa. Ellos pueden hacer cambiar las leyes”, comentó Barajas.
Una historia de injusticias
Para Norma Chávez, directora ejecutiva de ACLU en San Diego, “los veteranos han salido a la luz con sus historias de separación familiar, sacrificaron su vida por defender los valores de Estados Unidos y es una injusticia que ahora estén fuera del país, sin acceso a servicios médicos, sin beneficios que merecen y sin poder estar con sus familias”.
Sin embargo, Chávez encuentra esperanza en el mensaje que da la visita de congresistas a Tijuana para escuchar las historias de este grupo. Sobre todo, bajo la administración de Donald Trump, “son un ejemplo de que no es tan fácil dividir a la comunidad migrante. Todos tienen derecho a un debido proceso, a un día en la Corte, no podemos criminalizar o hacer un discurso de buenos o malos migrantes”.
Desde 2016, la ACLU ha representado legalmente a más de 80 veteranos deportados para que obtengan su ciudadanía. Entre estos, logró que Daniel Torres, un joven ex militar que regresó voluntariamente a México y sin antecedentes delictivos, obtuviera su ciudadanía. Es el único caso que ha tenido éxito.
“Es un proceso largo porque parte del reto es que trabajamos caso por caso, por eso tenemos que cambiar las leyes a nivel nacional y estatal”, explicó Chávez.
“No todos los estadounidenses saben que sus veteranos fueron deportados”
Por primera vez, desde su formación, miembros del Caucus Hispano en el Congreso visitaron México para encontrarse no con funcionarios o legisladores, sino con un grupo de migrantes que solicitan su reingreso a Estados Unidos.
Los congresistas demócratas Joaquín Castro (Texas), Michelle Luján (Nuevo México), Lou Correa (California), Vicente González (Texas), Raúl Grijalva (Arizona), Juan Vargas (California) y Nanette Díaz Barragán (California), arribaron a Tijuana para escuchar las historias de hombres que sirvieron en la Marina, la Fuerza Aérea, el Ejército y la Naval.
Los hombres, acompañados de sus familias, fueron breves en sus mensajes. Luis Vargas Salazar, ex Marine pidió una oportunidad para “demostrarle a los Estados Unidos que podemos convertirnos en pilares de una comunidad”. Alejandro Gómez, también ex Marine, recordó que la deportación “me costó mi matrimonio, separarme de mis hijos y mi salud”.
El congresista Joaquín Castro, uno de los mejores posicionados dentro de la comunidad latina en el Partido Demócrata, opinó “Estados Unidos es un lugar que honra a sus veteranos y estas deportaciones van en contra de esa tradición y esos principios”.
Reconoció que no todos los miembros del Congreso conocen esta situación. “Mientras más se sepa, mayor oportunidad hay de hacer algo y de otorgarles la ciudadanía que estos veteranos se ganaron y detener las deportaciones en un futuro”.
Por su parte, la líder del Caucus Hispano, Michelle Lujan, comentó sobre su visita a Tijuana. “Son experiencias que no olvidas, la impresión de escuchar estas historias y conocer a estos hombres. Buscaremos traer a más miembros del Congreso y a funcionarios para que experimenten esto”.
Lujan también habló de la situación para los migrantes en Estados Unidos bajo la administración de Trump. “Incluso, si los números han bajado en términos de deportaciones, cuando revisas los casos, encuentras otro perfil, familias separadas, es un ambiente mucho más oscuro y desolado”, comentó.
Adelantó que la bancada buscará la comparecencia del secretario de Seguridad Interna John Kelly, “queremos que nos vea a los ojos y vea nuestro dolor de lo que hacen sus agentes consistentemente en nuestro país, si no lo hacemos, es dar por hecho que estos ciudadanos no son tan merecedores de nuestros esfuerzos y eso no va a pasar porque sí lo son”.