El subjefe de la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y ahora asesor en su renegociación, desmiente la retórica del Presidente de Estados Unidos sobre lo perjudicial que es México para la economía de ese país. Espera que a más tardar a finales de 2018, se cierre la renegociación del TLCAN
Hace más de 20 años, Jaime Zabludovsky se desempeñó como subjefe de la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) para el gobierno mexicano. Hoy, como vicepresidente de la consultora IQOM, asesora al Consejo Coordinador Empresarial (CCE) en la renegociación de ese acuerdo comercial.
El también presidente del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (CONMEXICO) confía en que el proceso de renegociación del TLC, recién iniciado por el gobierno de Estados Unidos, “ha dado tranquilidad al tratado y lo mete en una ruta predecible, certera”.
Jaime Zabludovsky visitó Tijuana para impartir la conferencia “Expectativas de México ante la renegociación del TLCAN”, organizada por la Asociación Nacional INCOMEX, el miércoles 24 de mayo.
La verdadera situación comercial de Estados Unidos
El doctor en Economía por la Universidad de Yale dedicó la primera parte de su conferencia a explicar la situación económica que atraviesa Estados Unidos, más allá de las declaraciones hechas por el Presidente, Donald Trump, sobre las desventajas que representa el TLCAN para ese país.
De entrada, explicó que de 1993 a 2015, el déficit del Producto Interno Bruto (PIB) de la Unión Americana pasó de 1.68 a 4.13 por ciento. Esto coincide con el cambio de países proveedores de productos a Estados Unidos.
En 1993, China era el país de origen del 6% de estas exportaciones, 22 años después, concentraba el 23%. En el mismo periodo, México pasó del 7 al 14%, mientras que Canadá cayó de 19 a 11%, y Japón de 20 a 6%.
Sin embargo, insistió que para combatir este déficit, el gobierno estadounidense tiene dos opciones: subir los impuestos o bajar su gasto público, independientemente de las negociaciones del TLCAN.
Respecto a la insistencia de Donald Trump sobre regresar a la industria automotriz a las ciudades estadounidenses, el doctor Zabludovsky relacionó este discurso con una noción de nostalgia, pero también de desconocimiento.
Detalló que para cualquier país tener una economía basada en el sector servicios y no manufactura, es un signo de prosperidad y riqueza. Además, la incursión de la tecnología fue otro factor que cambió a la industria automotriz.
Si bien en 1994, de los tres países que componen el TLCAN, Estados Unidos aportaba el 79% de la producción de vehículos, Canadá el 15% y México el 7%, para 2015, estas cifras cambiaron a 67% para Estados Unidos, 13% para Canadá y 20% para México.
Además, en 2015, estos tres países aportaron el 19.8% de la producción mundial de vehículos, un crecimiento del 14.5% respecto a 1994.
El (extinto) TPP sienta las bases de la renegociación del TLCAN
Minutos antes de su presentación ante funcionarios federales y representantes de la industria, el doctor Jaime Zabludovsky conversó con ZETA sobre sus impresiones del rumbo de las negociaciones, la presión que la Iniciativa Privada ejerció sobre el Presidente Donald Trump para que se retractara de la cancelación, la renegociación frente a las elecciones de 2018 y los sectores que se integrarán al TLCAN.
También observa cómo el Tratado de Asociación Transpacífico (TPP), en cuyas negociaciones participó en 2015, reuniendo a 12 países, entre ellos México, Canadá y Estados Unidos, “permite imaginar cómo podríamos renegociar el TLC ahora, ya no está tan incierto, algunos de los temas ya están puestos ahí”.
— Si Trump no hubiera llegado a la Presidencia o no hubiera puesto sobre la mesa la salida de Estados Unidos del TLCAN o su renegociación, ¿hasta cuándo se hubiera iniciado una renegociación? ¿Era una idea que ya se estaba pensando?
“México, Estados Unidos y Canadá habían concluido hace dos años, una negociación del TPP (Trade Pacific Partnership), que era una negociación con doce países, cinco del continente americano: México, Canadá, Estados Unidos, Chile y Perú, y otros siete de la región Asia-Pacífico. Se negociaron cosas que no estaban en el TLC, como comercio electrónico, la protección intelectual a los farmacéuticos biológicos, disposiciones adicionales para empresas del sector público, cuestiones de transparencia y un capítulo de cooperación en cuestiones anti corrupción, entre otros temas.
“Se había hecho una modernización del TLC, pero de una manera indirecta, no poniéndolo en la mesa y reabriéndolo, sino poniendo un nuevo acuerdo que iba a estar encima del TLC, y en las partes en que hubiera conflicto o el TPP iba más lejos, lo que iba a prevalecer era el TPP.
“La primera baja de Trump fue el TPP, dijo que no iba a ser parte. Fue un acto, yo creo, bastante equivocado e irresponsable. Hoy, paradójicamente, algunos funcionarios del Presidente Trump, dicen que una de las formas de modernizar del TLC es trayendo algunas de las cosas que México y Canadá habían negociado en el TPP”.
El tiempo está a favor de México
— Trump ha denunciado que no hay “condiciones justas” entre los tres países, o que México toma ventaja del tratado. ¿Coincide con él, o de dónde cree que viene esta idea?
“El tratado ha sido beneficioso para los tres países. Eso se ha hecho evidente en los últimos meses, ante las amenazas o intenciones de denunciar el tratado y salirse de él, el sector privado de Estados Unidos se movilizó con una gran rapidez y energía para defenderlo, transmitirle al Presidente Trump y a su gabinete, la importancia estratégica y fundamental en general y de México como mercado para Estados Unidos.
“El gobierno del Presidente Trump ha ido aprendiendo poco a poco. Los primeros meses y días de la administración de Trump, la volatilidad de los mercados financieros, la depresión llegó a niveles de 22 pesos por dólar, las caídas en la bolsa claramente eran reflejo de esa incertidumbre, nerviosismo y la posibilidad de que se pudiese tomar una decisión intempestiva e irreflexiva.
“El tiempo ha ido acomodando las fichas, el tiempo está a favor del tratado y de México, creo que eso se ha traducido en una mayor estabilidad en los mercados financieros y el regreso del tipo de cambio a niveles de 18 o 19 pesos”.
— Si esta renegociación no se logra antes de las elecciones federales en México en 2018, ¿cree que sería mejor suspender el proceso por cuestiones de incertidumbre?
“Coincido en que sería muy deseable, concluir la negociación antes de que concluyera el gobierno del Presidente Peña porque si no, seguramente habría algunos cambios en los equipos y se perdería cierta continuidad, pero una cosa es la conclusión de la negociación y otra es que se concluya la aprobación. Es posible que los plazos de Estados Unidos hagan que la aprobación se vaya hasta 2019, aunque la negociación concluya a finales de 2017 o principios de 2018”.
Los plazos de renegociación
Para el doctor Jaime Zabludovsky, “el envío de notificación del TPA (Trade Promotion Authority), la carta que el Presidente de Estados Unidos manda al Congreso para notificarle que piensa iniciar la renegociación del TLC con Canadá y México, le ha dado tranquilidad al proceso y lo mete en una ruta predecible, certera, muy claramente establecida por la legislación de Estados Unidos”.
A partir de esta entrega, corren 90 días en que el gobierno mexicano no puede sentarse a negociar con sus contrapartes. Dentro de esos 90 días, en los primeros 30, el gobierno de Estados Unidos tiene que enviarle a su Congreso un documento que establezca qué es lo que busca en la negociación y, una vez que pase ese documento y se cumplan otros 60 días, México, Canadá y Estados Unidos se podrán sentar a negociar.
“Todo esto ayuda a que se disipen las dudas, genera los canales institucionales, en los cuales Estados Unidos los intereses están a favor del tratado, van a manifestar sus deseos no solo no se quite, sino que se mantenga y se fortalezca”, precisó el doctor.
Por su parte, aseguró el sector privado en México ha trabajado con las secretaría de Economía y la de Relaciones Exteriores para preparar la agenda de negociación de México.
“Seguimos a veces con la retórica un poco estridente del Presidente Trump, pero es buena noticia que estemos metidos en un proceso institucional, que va a ser complicado, tendrán sus momentos difíciles, pero a final de cuentas, el tratado saldrá fortalecido y tendremos un tratado adecuado y actualizado a las nuevas realidades, pero basado en lo que empezamos a construir hace 25 años, que es la integración comercial de México, Estados Unidos y Canadá”, finalizó el asesor de esta renegociación.