Aunque en un principio se especuló de la posible detención de “El Mini Lic” en la balacera registrada a las 2:45 am del lunes 1 de mayo en Villas del Cortez, elementos de la SEMAR podrían haber ido por “El Colores”, sicario de “Los Dámaso”, responsable de la más reciente ola de violencia en San José del Cabo
Mientras a nivel nacional el debate es si Dámaso López Núñez “El Licenciado” o su “asesor logístico” pondrán en manos de las autoridades su estructura de operación criminal y gubernamental en varios estados de la República, incluida Baja California Sur; un día antes de la detención del capo, ocurrida el lunes 1 de mayo en Ciudad de México, en la comunidad de San José del Cabo se desató un fuerte enfrentamiento entre fuerzas federales y presuntos delincuentes. El saldo: ocho personas muertas, incluido un marino y siete civiles.
“Es un mensaje muy claro que ha dejado la Marina, la interpretación que se le puede dar es que van con todo y contra todos”, emitió un agente del Grupo de Coordinación de Seguridad Pública, al comentar sobre un enfrentamiento registrado en Villas del Cortez.
Este hecho desató especulación por el hermetismo de las fuerzas federales, sobre todo de la Secretaría de Marina (SEMAR), donde indicaban primero un operativo para detener a Dámaso López Serrano “El Mini Lic” y/o López Núñez “El Licenciado”, y después se dijo que el enfrentamiento se debió al intento de capturar a un brazo armado de la agrupación en San José del Cabo, conocido como “El Colores”. Sin embargo, no hubo confirmación por parte de autoridades. Según fuentes de información, extraoficialmente en un recorrido de rutina por las calles de Villablino, entre Villa Talavera y Villa Bilbao, hombres armados dispararon en contra de los efectivos, lo que desató una refriega entre presuntos sicarios y elementos de la Marina Armada de México.
Siendo aproximadamente las 2:45 am del lunes 1 de mayo, elementos de la SEMAR arremetieron contra la vivienda donde “se refugiaron los supuestos agresores; la respuesta fue prácticamente inmediata, los efectivos ingresaron al domicilio, la cual era usada como picadero, a través de las ventanas los marinos descargaron su fuerza tras verse vulnerados, ya que uno de los elementos fue herido de graves supuestamente”, agregó la fuente.
Según la base de datos establecida por cuerpos de investigación, ese domicilio ya contaba con antecedentes por la presunción de movimiento inusual y distribución de droga, por lo cual “no era sorpresa que las unidades pasaran por el lugar”, como se informó a ZETA.
La SEMAR indicó que “con el fin de controlar la agresión y reducir el peligro de daños a terceros, resistió con base en los procedimientos establecidos del Manual de Uso de la Fuerza de Aplicación Común de las Tres Fuerzas Armadas”. El objetivo era eliminar a la “amenaza”.
En el sitio, la Procuraduría General de Justicia del Estado de Baja California Sur confirmó el fallecimiento de siete civiles (cinco hombres y dos mujeres), así como un elemento de la Marina, el cual resultó lesionado de gravedad y falleció minutos más tarde al ingresar a un hospital; los occisos fueron trasladados al Servicio Médico Forense de la PGJE para la práctica de la necropsia de Ley.
De acuerdo a fuentes extraoficiales, las bajas serían:
* Ubaldo Ávila Mérida, de 28 años de edad, marino que han registrado como el que perdiera la vida.
* Maciel Guadalupe, 22 años, presunto adicto.
* Andrés Román, 50 años, probable adicto.
* Ángel Salvador, 18 años, de quien registros no arrojan oficio.
* Antonio “N”, 44 años, presunto sicario.
* Ángel “N”, 24 años, desempleado y presunto sicario.
* José Isabel, 33 años, contratista.
* Alejandra “N”, 31 años, desempleada y con registro por adicción.
Cabe destacar que los occisos “no todos estaban involucrados en conductas de agresión o que pudieran significar riesgo por operaciones con la maña, algunos era solo adictos y estaban en el lugar y hora equivocada”, se confió a este Semanario.
Con el uso de la artillería pesada de la Marina, los elementos abrieron paso desde dos frentes, uno por la parte frontal y otro más por la parte trasera para evitar que se desplazaran de la vivienda, la cual “era un desastre, de entrada, por la parte de la cocina había cosas regadas por todos lados, un batidero de ropa, electrodomésticos, computadoras; en la pared que daba de frente, una figura religiosa de San Judas y tres gorras colgadas. Volteabas cada pared y veías impactos de bala, pero huecos de un arma disparada a una distancia corta, metros más adelante manchas de sangre, mismas que terminaban en el baño”, indicó un agente de investigación.
Las imágenes vertidas en medios locales datan del interior de la casa, con la pared de los cuartos y del baño exhibiendo considerables hoyos en la pared, producto de la descarga de las armas de fuego de marinos; cerca de la ventana que da a la calle se pudieron constatar al menos tres impactos de bala, señal que gran parte de los disparos fue de efectivos, lo que pone en duda un enfrentamiento, pero deja claro una respuesta a una supuesta agresión que dejó a un elemento sin vida.
Las imágenes fueron colectadas por un reportero de un portal digital que se adentró en el inmueble, lo cual pone en duda si el sitio se encontraba resguardado.
De acuerdo a un boletín emitido por la Secretaría de Marina, en el lugar se aseguraron “armas de uso exclusivo de las fuerzas armadas, así como droga, vehículos, equipos de comunicación, equipo táctico y uniformes”, no se especificaron cantidades, menos si los uniformes o equipos pertenecían a elementos de alguna corporación de seguridad.
Lo que sí confirmaron miembros del Grupo de Coordinación de Seguridad Pública a ZETA, es que el golpe fue contra células encargadas de la zona de San José del Cabo, dando a entender que se trataba de bajas de grupos en pugna.
“Algunos comunicadores han tachado de excesiva la fuerza con que se actuó, pero lo que queda claro es que las instituciones están actuando con la fuerza requerida y utilizada ya en otros estados como Nayarit, para el abatimiento de miembros de la delincuencia organizada. Ese es el interés, desarticular células que puedan provocar eventos de violencia”, agregó la fuente.
Autoridades han reconocido que aunque algunas de las víctimas de Villas del Cortez no tenían participación criminal, en tanto el actuar de la Marina queda más que justificado al dejar en claro que habrá mano dura contra las actividades ilícitas.
“Si pertenecían o no a grupos criminales, son personas y nos duelen. Esto no nos quita las ganas y la voluntad, vamos a seguir con mayor fuerza, con mayor unidad, las instancias que estamos trabajando en esa tarea para que siga en esta tendencia a la baja y los actos de violencia; estamos hablando de que entre el mes de marzo y abril, disminuyeron arriba del 95 por ciento las ejecuciones”, concluyó la fuente.