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miércoles, octubre 2, 2024
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Javier Valdez Cárdenas, In memoriam (1967-2017)

“A veces siento como si estuviera buscando restos de vida en medio de la ruina”, refirió en entrevista con ZETA en diciembre de 2016 durante la FIL de Guadalajara. Y en la FILEY de Mérida, en marzo de 2017, sentenció: “Esta sociedad está enferma de narcotráfico”

El legado de Javier Valdez Cárdenas también puede apreciarse en sus libros de crónica e investigación y, por supuesto, en las diversas entrevistas que siempre estaba dispuesto a conceder sin dudar.

Dos títulos compartió Valdez en la Feria Internacional de la Lectura de Yucatán (FILEY) en Mérida, en marzo de 2017: “Narcoperiodismo. La prensa en medio del crimen y la denuncia” (Aguilar, 2016) y la reedición de “Malayerba” (Jus, 2016).

Fue precisamente en la FILEY cuando en entrevista con ZETA, un Javier Valdez preocupado y con tono obviamente de tristeza, lapidó: “Esta sociedad está enferma de narcotráfico”.

A propósito de su libro “Malayerba”, título homónimo de su célebre columna que publicaba en Ríodoce (http://riodoce.mx/), que fundó en 2003 junto con Ismael Bojórquez, Valdez refirió a este Semanario que en su obra los protagonistas no eran los grandes capos, sino las historias cotidianas infiltradas por el narcotráfico:

“En ‘Malayerba’ no está ‘El Chapo’, aquí no están los grandes capos, aquí no van a encontrar a Zambada o ‘El Azul’; aquí nos vamos a ver nosotros, nuestra vida, esta vida que nos inunda, que nos tiene contaminados. Los amores de las jóvenes mujeres en busca de un narco para que las saque adelante, para que les patrocine su futuro; es esta historia de abajo del narco, del narco instalado en nuestra banqueta, en nuestras canchas, en nuestras casas, en nuestros trabajos”.

Voltear hacia su obra

El trabajo periodístico de Javier Valdez consistía en contar las historias de las víctimas del narcotráfico, principalmente desde su trinchera en la codirección de Ríodoce, pero también en libros publicados por Penguin Random House, principalmente, como “Levantones. Historias reales de desaparecidos y víctimas del narco” (Aguilar, 2012); “Con una granada en la boca. Heridas de la guerra del narcotráfico en México” (Aguilar, 2014); “Los morros del narco. Historias reales de niños y jóvenes en el narco mexicano” (Grijalbo, 2015); “Huérfanos del narco. Los olvidados de la guerra del narcotráfico” (Aguilar, 2015); “Narcoperiodismo. La prensa en medio del crimen y la denuncia” (Aguilar, 2016); y la reedición de “Malayerba” (Jus, 2016).

Elmer Mendoza

“A veces siento como si estuviera buscando restos de vida en medio de la ruina, después de la lluvia de balas, de la tragedia, del temblor espantoso de la violencia, siento que ando así, como si recorriera una condición apocalíptica, las casas destruidas, las calles desoladas, y así, removiendo escombros, buscando estas historias, estos restos de vida”, expresó Valdez a ZETA en la FIL de Guadalajara de 2016.

“Nuestra vida está descompuesta, adulterada; nuestra vida está enferma, contaminada de narcotráfico, de miedo, drogas, de armas, de idolatría”, advirtió.

“Nosotros tenemos que ver el narco como una forma de vida, el narco a todos nos está arrastrando aunque no tengamos nada que ver”, apostilló.

 “Narcoperiodismo”: una obra cumbre

Indudablemente, uno de sus proyectos más ambiciosos fue “Narcoperiodismo. La prensa en medio del crimen y la denuncia”, traducido en una crítica hacia el interior del periodismo porque, explicó en entrevista con ZETA en la FIL de Guadalajara 2016, “siento que era necesario también hacer lo mismo, pero hacia adentro de mi trabajo.

“Incluso, creo que de alguna manera como que me diseccioné, me sentí en un momento determinado del libro que me estaba abriendo, que me estaba aplicando una autopsia en vida para reconocerme los males, o sea, dentro de mí y dentro del periodismo porque es mi oficio, estaba encontrando nuestros cánceres, me refiero a la corrupción, nuestra diabetes o hepatitis, como quieras llamarle a la penetración del narcotráfico en las redacciones o nuestra mediocridad.

“Siento que es necesario, que es urgente una mirada hacia adentro, no solo en cuanto a las condiciones del trabajo, a la acechanza del narco, sino también a nuestra mediocridad, nuestra irresponsabilidad, la falta de profesionalismo, pero también la heroicidad, la resistencia, la sobrevivencia frente a los embates del narco.

Elena Poniatowska

“Para mí es importante hacer una revisión de este tipo, estamos revisando todo por fuera, creo que ya es hora de revisar lo nuestro, las condiciones en que trabajamos, nuestras amenazas; y lo que somos, lo que tenemos, las coberturas que realizamos”.

 

¿Cómo ha sido recibido “Narcoperiodismo” en el gremio periodístico?, cuestionó este Semanario en la FIL de Guadalajara.

“Yo siento que a los periodistas les valen madre los periodistas; que no hay una sociedad que acompañe al periodismo valiente y digno que se realiza en el país, entonces, mediáticamente bien, pero no veo a los periodistas preocupados por lo que están pasando compañeros de Tamaulipas, Veracruz, Chihuahua, del extranjero, porque se tuvieron que ir del país, o Sinaloa.

 

“Si no eres de la Ciudad de México prácticamente no hay una condición en la que valoren tu trabajo, revisen, se preocupen; creo que el mejor ejemplo es Rubén Espinosa, que murió solo y desolado, abandonado en medio del páramo, refleja nuestra vulnerabilidad, nuestra fragilidad frente al narco, a la narcopolítica, como si no hubiera salvación; así siento yo que estamos.

“A los periodistas no les importan los periodistas, no hay un proceso de revisión de que este libro o cualquier otro material sobre el trabajo que hacemos esté provocando una discusión, un debate, una revisión al interior, un ejercicio de autocrítica, absolutamente; y eso me preocupa mucho, porque eso es más espantoso que estas historias que yo publico. Entonces, esa indiferencia social, esa apatía y la deshumanización se traslada al ámbito periodístico; yo al contrario, veo soberbia, veo arrogancia a este ejercicio de autocrítica”.

 “Lo más urgente sería un proceso de refundación del periodismo”

La autocrítica al interior del periodismo fue su última advertencia que convergió en su propuesta de refundar el periodismo. En entrevista con ZETA, Javier Valdez lamentó la ausencia de crítica sobre cómo se está haciendo periodismo en tiempos de narcopolítica:

Juan Villoro

“¿Tú ves un proceso de revisión de lo que estamos haciendo? No lo hay, un proceso de debate, reflexivo a cerca de la cobertura del narco, la cobertura electoral, nuestra relación con el gobierno, con los grupos de poder, no hay nada de eso; yo creo que es nuestra mediocridad, nuestra falta de profesionalismo, nuestra arrogancia, nos creemos chingones en todo. Como nos creemos que lo sabemos todo, como somos arrogantes, no queremos ver esto, no queremos vernos frente al espejo, reconocer nuestro narco de cada día, reconocer nuestra corrupción, nuestra mediocridad, es un proceso muy cabrón de mucha resistencia. Si yo veo una resistencia en un gremio para la autocrítica es en el periodístico; si tú criticas el trabajo periodístico, ¡se te echan encima!”.

Luego, compartió una anécdota reveladora del interior del periodismo:

“Yo fui candidato a la presidencia de una asociación de periodistas, y dije una vez que había corrupción en el medio periodístico, ¡y sabes que perdí votos!, y un compañero me dijo: ‘es que yo iba a votar por ti, pero dijiste que era corrupto’; yo no dije que tú eras corrupto, yo dije que hay corrupción en el medio periodístico, pero entonces él lo asumió como personal, pero por eso te digo: porque no queremos que nos señalen, nosotros queremos señalar, pero no queremos que nos señalen”.

Finalmente, ¿qué es lo más urgente en el periodístico mexicano?, insistió este Semanario en la FIL de Guadalajara de 2016.

“Mira, lo más urgente es garantizar un periodismo libre, en términos políticos, sociales, pero va a ser muy difícil si la misma sociedad no tiene condiciones dignas de vida; entonces, me gustaría que hubiera un gobierno que aplicara la Ley y que garantizara la libertad de expresión, pero eso no va a suceder; para mí lo más urgente sería un proceso de refundación del periodismo, de reempezar el trabajo, revisarlo todo y reempezar; repensar y reempezar, porque creo que si no lo revisamos o no reconocemos, no va a haber un cambio en el trabajo periodístico.

Carlos Lauria

“Nosotros estamos cubriendo políticos, estamos cubriendo el discurso del poder, de los poderosos, acrítico, este discurso de buenos y malos, y nos hemos olvidado de la gente, de las historias humanas; entonces, más allá de todo eso creo que hay que revisar con lupa la relación que tenemos con el poder, con los poderosos y la forma en que estamos haciendo el trabajo periodístico. Para mí es urgente ese diagnóstico, si no lo hacemos, vamos a avanzar igual que todo lo demás, que la sociedad, de la política al abismo; nosotros podemos contribuir a una mejor sociedad, una sociedad informada, que entienda el fenómeno del narco como una forma de vida y no como un asunto policíaco, pero si nos negamos o seguimos resistiéndonos a este análisis autocrítico, repito, vamos a estar cerca del abismo”.

 

Las reacciones

El asesinato de Javier Valdez Cárdenas, sucedido el lunes 15 de mayo de 2017 frente a las instalaciones de Ríodoce en Culiacán, desencadenó una serie de reacciones también entre periodistas y escritores, cuyas lamentaciones compartieron con ZETA.

Para empezar, Juan Villoro, que por los días de la tragedia se encontraba en Nueva York debido a la presentación de su novela “Arrecife” traducida al inglés, alcanzó a enviar a este Semanario: “Javier fue amigo mío y su muerte me tiene devastado”.

Asimismo, Elena Poniatowska, consternada, lamentó: “El asesinato de Javier Valdez es una verdadera vergüenza, no es posible vivir entre tanta violencia”.

 

Hector Manjarrez

El escritor Héctor Manjarrez, previo a su homenaje en la XXXV Feria del Libro de Tijuana, expuso al reportero:

“Es un crimen que produce una indignación y un dolor enorme tanto por él como por todos los periodistas que han sido asesinados impunemente antes; esperamos que la muerte de Javier Valdez sea la última muerte que sucede en este país, en el que a los periodistas los matan sin el menor temor de castigo.

“Yo creo que está  muy claro en estos días que los periodistas están terriblemente solos; los escritores también están solos, pero a los escritores no los matan, a los escritores los ignoran; a los periodistas los ignoran y los matan, entonces los periodistas son una especie mucho más en peligro que nosotros los escritores”.

El narrador Élmer Mendoza, también residente de Culiacán tal como Javier Valdez, manifestó:

“Es un crimen que no se puede creer, porque como siempre morir grande, cuando ya has hecho muchas cosas, es lo que priva en todos los seres humanos y yo creo que a Javier le faltaban muchas cosas por hacer, muchas cosas por escribir, muchas causas por defender, era una figura muy grande dentro del periodismo mexicano y creo que dentro del periodismo del mundo que tiene que ver con contar esa parte de la realidad, que no es fácil hacerlo porque implica peligros, como el de perder la vida”.

El novelista sinaloense no dudó a la hora de exigir al gobierno que encabeza Enrique Peña Nieto: “Lo primero es que tienen que poner en marcha mecanismos para atrapar a los culpables, porque los culpables andan ahí, ahí deben estar, no creo que se hayan ido, yo creo que ya saben lo que tienen que hacer para atraparlos e ir por ellos; lo segundo, hay que fortalecer o afinar las leyes de tal manera que estos delincuentes no salgan libres”.

Por último, Mendoza evocó al amigo caído: “Javier era un tipo muy alegre, casi muy folclórico, un experto en el manejo del lenguaje callejero, un hombre que adoraba a los cuerpos femeninos, un periodista inteligente y valiente, hay que recordarlo así; Javier Valdez es una escuela dentro de lo que es el periodismo contemporáneo”.

Mientras tanto, luego de participar en el proceso de exhumación de restos humanos en las narcofosas de Jojutla en Morelos, Javier Sicilia también expresó al reportero:

Javier Sicilia

“Es terrible, tenemos que llegar justamente a que el crimen toque a uno de los más famosos, de los más conocidos del mundo periodístico del país para que la indignación vuelva a levantarse y el gobierno a simular que va a hacer algo. Javier Valdez es el rostro de todos los periodistas asesinados, y de lo que no ha hecho el gobierno para protegerlos, como el rostro de los defensores de los derechos humanos, de las víctimas que han sido sometidas por la embestida de la corrupción, del Estado, del crimen organizado, la muerte, la desaparición; como en su momento fueron los padres de los muchachos de Ayotzinapa, de toda la nación, como en algún momento fueron Juan Francisco y sus amigos”.

Sicilia concluyó: “Tenemos que estar esperando que toque a uno que es un referente nacional para que podamos decir ‘ay, está la cosa fea’, y que simule el gobierno que va a proteger a los periodistas”.

Por otra parte, Carlos Lauría, coordinador sénior del programa de las Américas del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), declaró a este Semanario:

“Recordemos el legado que ha dejado Javier al periodismo mexicano, es una pérdida enorme la de Javier; además de ser una persona de coraje, de valentía, era una persona extraordinaria, de una condición humana única, de una calidad humana, de una sensibilidad muy especial. Un hombre verdaderamente muy querido, pero además de un talento extraordinario; sus historias reflejaban el rostro humano de la tragedia, el drama tan terrible que vive México. En fin, es un legado muy importante que deja Javier”.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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