Increíble, pero para justificar la ausencia del alcalde Juan Manuel Gastélum Buenrostro como testigo del desfile del 1 de mayo, cuando en el ámbito internacional se conmemora el Día del Trabajo, Raúl Felipe Luévano Ruiz, secretario del Ayuntamiento de Tijuana, ofreció el pretexto más sorprendente para la estatura que le cuelgan de político de altos vuelos. Dijo que “no sabía que era una tradición”. Pudo haber dicho que para su partido, el PAN, no es una tradición como lo es para el PRI y la Confederación de Trabajadores de México, y que no tenían obligación de asistir, incluso pudo decir que se tomaron el día de asueto como muchos mexicanos, pero no quedar como un ignorante de la política mexicana solo para justificar oficialmente que Gastélum no presenciara el desfile, ni le interesaran los trabajadores, y que prefirió dedicarle la mañana y parte de la tarde a jugar golf en el Club Campestre de Tijuana. Pero no, estos panistas de hoy prefieren hacerle al despistado que comprometerse con su partido, o renegar de la ideología del partido ajeno. Está golfeando pues, jugando golf.
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