Planeta 50/50
México muy lejos de la paridad de género en la administración pública, el camino recién ha iniciado, mira…
El gobierno de la República que encabeza el Presidente Enrique Peña Nieto, a través de su Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, en uno de sus ejes rectores “México Incluyente” establece las estrategias para lograr una sociedad incluyente, en el que entre otras cosas emprende… “el camino para lograr una sociedad con igualdad de género y sin exclusiones”, asimismo, promueve transversalmente, en todas las políticas públicas tres estrategias principales:
– Democratizar la productividad.
¿Dando oportunidad al 51.2% de la población en México que representamos las mujeres?, es pregunta.
– Consolidar un gobierno cercano y moderno.
¿Incluidos todos, hombres y mujeres?, es pregunta.
– Incorporar la perspectiva de Género.
¿En todas las áreas de la administración pública?… ¿cómo? Existen avances, pero estamos lejos de lograr una verdadera concientización.
Con esto se quiere lograr que México sea una sociedad de derechos, en donde todos tengan acceso efectivo a los derechos que otorga la Constitución, en teoría… pero también menciona entre sus datos un diagnóstico de la situación actual la cual establece que “México enfrenta barreras que limitan su desarrollo, nuestra nación cuenta con amplios recursos para el crecimiento, actualmente México está experimentando la mejor etapa de su historia en cuanto a la disponibilidad de la fuerza laboral”… ¡Ah, caray! Entonces ésta recae sin lugar a dudas en las mujeres por tener el mayor porcentaje entre la población, es decir, hay que aceptar que es en ellas en las que reside el futuro de nuestro País. Abordar este tema es inminente, necesario y me atrevo a decir que también urgente.
México es un país muy joven: “[…] alrededor de la mitad de la población se encontrará en edad de trabajar durante los próximos 20 años. Este bono demográfico constituye una oportunidad única de desarrollo para el país […]” aquí es donde hay que tomar en cuenta el porcentaje entre hombres y mujeres, es decir, la fuerza laboral reside principalmente en las mujeres por ser mayoría. La productividad en México no ha tenido suficiente dinamismo como consecuencia de las crisis a las que nos hemos enfrentado y debido a que aún existen barreras que limitan nuestra capacidad de ser productivos porque no hemos confiado a las mujeres su capacidad de ser económicamente activas, ingresar a los espacios de productividad e incentivar estas prácticas en la administración pública e incluso en la iniciativa privada, estas barreras se agrupan en cinco grandes temas:
– Fortaleza institucional. (Credibilidad, transparencia, rendición de cuentas, ley anticorrupción, etc.)
– Desarrollo social. (Programas de asistencia, salud y seguridad social)
– Capital humano, población joven en México. (En las mujeres tenemos un buen 51.2% de la población)
– Igualdad de oportunidades (entre hombres y mujeres)
– Proyección internacional. (Política exterior, tratados, inversión extranjera, etc.)
Como lo mencioné anteriormente, una de las principales metas es lograr un México incluyente y que pretenda lo siguiente:
“Un México incluyente para garantizar el ejercicio efectivo de los derechos sociales de todos los mexicanos, que vaya más allá del asistencialismo y que conecte el capital humano con las oportunidades que genera la economía en el marco de una nueva productividad […]” Para lograr este objetivo debemos:
– Implementar acciones con perspectiva de género (tenemos un ligero avance)
– Democratizar la productividad (igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres)
– Un gobierno cercano y moderno (comunicación, eficaz y eficiente)
¿Qué hemos hecho para lograr una verdadera representación de las mujeres en los espacios de toma de decisiones?
La presente administración del gobierno federal considera fundamental garantizar la igualdad sustantiva de oportunidades entre mujeres y hombres y entre otras cosas explica que “es inconcebible aspirar a llevar a México hacia su máximo potencial cuando más de la mitad de su población se enfrenta a brechas de género en todos los ámbitos […]” Se establece la importancia pero no se establece el camino para lograrlo.
Así es como desde el 2013 el gobierno de la República incorpora una perspectiva de género como principio esencial, es decir, contempla la necesidad de realizar acciones especiales orientadas a garantizar los derechos de las mujeres y evitar que las diferencias de género sean causa de desigualdad, fomentar un proceso de cambio profundo que comience al interior de las instituciones de gobierno, con el objeto de evitar que en la administración pública federal, estatal y municipal se practiquen los roles y estereotipos de género que perpetua la desigualdad, la exclusión y discriminación y que impacta negativamente en el éxito de las políticas públicas. El Estado mexicano se comprometió a hacer tangibles los compromisos asumidos al ratificar la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés), así como lo establecido en los artículos 2, 9 y 14 de la Ley de Planeación referentes a la incorporación de la perspectiva de género en la planeación nacional. Por tanto, el Gobierno de la República instruye a todas las dependencias de la administración a alinear todos los programas sectoriales, institucionales, regionales y especiales en torno a conceptos tales como Democratizar la Productividad, un Gobierno Cercano y Moderno, así como Perspectiva de Género.
Está dicho: Transformar a México: “Los avances que se traduzcan en mayor igualdad de oportunidades para todos serán los mismos que logren transformar a México”. Gobierno de la República 2013, quedó escrito, mas no queda claro cómo, agenda pendiente…
Mtra. Deyanira Meléndez Hinojosa. Ciudadana de tiempo completo. La autora es Doctorante en Derecho Administrativo y Género por la UNAM. Contacto página: deyaniramelendez.net