De extorsión a por lo menos cinco comerciantes, así como movimientos arbitrarios de personal al interior de la Dirección de Inspección y Verificación del Ayuntamiento de Playas de Rosarito acusó Ricardo Peñaloza Cruz a Jorge Arévalo Mendoza, actual secretario general de Gobierno.
Hasta el lunes 15 de mayo Peñaloza Cruz se desempeñaba como director de Inspección en el gobierno de Playas de Rosarito, cargo al que prefirió renuncia luego de que planteó a la presidenta municipal, Mirna Rincón Vargas, estas irregularidades y ésta le contestó que viera el tema con el propio secretario de Gobierno.
Según el ex funcionario, a mediados de marzo pasado, el secretario general de Gobierno, Jorge Arévalo Mendoza, impuso a una persona de nombre Omar Ibarvol como jefe de inspectores en la Dirección, y a partir de ahí comenzaron a llegar hasta él quejas de extorsiones en las que inclusive participaba el secretario.
En entrevista con ZETA, Peñaloza Cruz señaló que cinco comerciantes –prefirió omitir cuáles– se acercaron a él para manifestarle cómo inspectores afines a Ibarvol y Arévalo se acercaban a negocios y los clausuraban por alguna irregularidades para luego sobornarlos para volver a operar. Tiene registro de por lo menos 5 casos.
Aseguró que los afectados no denunciaron ni ante la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) ni a la Sindicatura del Ayuntamiento por temor a que no se les permitiese trabajar.
Agregó que cuando Por su parte, Arévalo Mendoza contestó que el ex director de Inspección y Verificación había sido sujeto de manifestaciones y denuncias de parte de comerciantes de la ciudad por trato agresivo y hostigamiento, pero ningún momento “hubo la necesidad de un cambio en esa Dirección”.
En ese sentido, contó que “la inconformidad” de los comerciantes consistía en que “no sentían el apoyo” de Peñaloza Cruz, que no los reconocía como comerciantes del municipio. Según él, la contratación de Ibarvol consistía en un apoyo para la regularización de los mercados sobreruedas.
Asimismo criticó que éste presentara su denuncia directamente a Rincón Vargas y no directamente a él como su jefe inmediato, y afirmó haber estado fuera de la ciudad al momento de la renuncia.