Convocaron a la enésima marcha, creyeron que el primero de mayo la concurrencia estaba asegurada y sorprenderían nuevamente a todo México, pero los sorprendidos fueron ellos cuando apenas se juntaron unos cientos de bajacalifornianos. No terminan de entender lo que les ha pasado, creyeron que eran los únicos que tenían legitimidad para oponerse al gobierno, y que serían los únicos beneficiarios de la persistencia del malestar ciudadano; creyeron que la verdadera oposición nació el día en que la gente marchó, por eso se sienten traicionados.
Sé de lo que hablo cuando digo que los radicales pudren todo. El movimiento se fue por un caño cuando se pusieron codiciosos y egocéntricos, cuando se asumieron como Torquemada y dejaron de comunicarse asertivamente y transversalmente con la sociedad, cuando comenzaron a hablarse al espejo creyendo que le hablaban a la sociedad entera.
¿El gobierno es corrupto? Sí, lo digo cada semana en mi colaboración en este gran semanario, somos una plutocracia cleptócrata con un sistema partidista podrido, pero la forma más efectiva de cambiar esa situación no es tomando palacio, ni correteando con una antorcha y gasolina a cuanto funcionario se vea por ahí, menos quitando el fuero que le sirve solo a los diputados de oposición, se logra con la organización política, no con la protesta permanente y rabiosa.
Unos actores radicales que nunca han sacado un perro de una milpa, se apoderaron de un movimiento espontáneo, y lo pudrieron multiplicando las demandas intransigentes, prepotente y torquemadamente. Como siempre lo han hecho, los radicales, redujeron un gran movimiento al tamaño de ellos mismos, y ahora están ahí, usurpando ilegítimamente la representación ciudadana y estorbando el avance.
Por lo pronto, reconvirtieron la legítima demanda contra la ley del agua y las app, a sus demandas políticas antisistema, exigiendo eliminar el fuero y el financiamiento público a los partidos, sin reparar en que si se retira ese financiamiento, solo los ricos y sus intereses podrían competir por el poder, y el cambio se tornaría imposible. Su miopía no les permitió proponer, más bien, la reducción drástica del monto para emparejar la competencia. En su fiebre robespierreana exigieron también retirar el fuero a los diputados, ciegos al hecho de que ambas medidas reducen las posibilidades de que se ejerza una oposición desde los poderes.
Los movimientos sociales sirven como detonante que impulsan cambios, pero esos cambios no se consolidan si no existen fuerzas políticas organizadas que los trabajen e impulsen desde las instituciones. Un claro ejemplo es el hecho de que los movimientos estudiantiles de los 60s y 70s obligaron al régimen del partido hegemónico a realizar la reforma política del 77, creando los diputados plurinominales que permitieron una más justa y fidedigna representación. Fueron esos diputados los que desde las instituciones promovieron y lograron el cambio de régimen. Eso, nuestros radicales, no lo entendieron y han seguido insistiendo en lograr que el movimiento sea el único factor de cambio, cambio que se está cebando, entre otras cosas porque desprecian a los partidos, incluso, a aquellos que podrían hacer suyas las demandas. Yo sé que los líderes de Mexicali Resiste creen (ingenua y egocéntricamente) que la única oposición válida y efectiva es la que se hace desde la ciudadanía, desde la barricada callejera, pero créanme que es la que se hace desde las instituciones, la que ha logrado que podamos marchar, opinar y expresar lo que queramos.
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Si ningún partido les gusta, deberían formar otro que se nutra de esta experiencia y luchar por el poder para cambiarlo, lo otro, de estar tirando piedras desde arriba de la azotea es lo menos fructífero que hay. Si no se avispan, dentro de muy poco, la frustración se apoderará de ellos y de ahí al cinismo del corrupto hay solo un paso.
Jesús Alejandro Ruiz Uribe es Doctor en Derecho Constitucional, ex diputado local, rector del Centro Universitario de Tijuana en el estado de Sonora y coordinador estatal de Ciudadanos Construyendo el Cambio, A.C. Correo: [email protected]