“No puedo cantar, ni quiero, a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en la mar.
Serrat
En la crucifixión de los pescadores del Golfo de Santa Clara y de San Felipe hay muchos participantes, a ver si podemos identificarlos. La Semana Santa inicia este lunes 10 de abril, el martes 11 concluye el “apoyo” del gobierno después de una terrible veda de dos años.
Después del 8 de marzo, cuando violentamente fueron chamuscados 15 vehículos oficiales: 10 unidades de Conapesca y 5 pangas/lanchas. La inconformidad de los pescadores es permanente, por más de setenta años ellos han vivido pescando, pescan para vivir con sus familias.
Las autoridades (Profepa, Conapesca, Semarnap y más) están enredadas por el crimen organizado, la corrupción, la extorsión, simulación, sobornos. Ahora bajo la “vigilante” hostigación de los ambientalistas aborteros, se reúnen con la Gendarmería, el Ejército, la Marina para perseguir a quienes se adentran a altamar en busca de alguna mercancía o producto, en pangas sin nombre, sin registro, sin identificación.
Vigilando desde la orilla del mar, sin mojarse los pies, los inspectores confunden el brillo de las olas del mar con alguna panga “ilegal”, con mirada nostálgica esperan sin resultados a los desafiantes pescadores encubiertos por el oleaje y el viento, anclados a unos cientos de metros; se miran pero no se miran, se observan sin reconocerse. Cada quien en lo suyo.
Los pequeños hijos e hijas de los humildes pescadores del Mar de Cortés a pregunta abierta -¿tu papá es pescador? -Sí, ¿y de que están viviendo si no pescan? Con una mirada humilde y respetuosa, los niños viven, estudian, comen, juegan, pero saben que sus padres no pueden pescar como antes. ¿Y que va a pasar? Pues si no los dejan pescar (si los siguen crucificando) se irán a la pesca ilegal. Ya es Semana Santa y no los dejan pescar como hace más de cien años.
En el drama de la Crucifixión de los pobres pescadores del Alto Golfo en el Mar de Cortés, ahora es patente la “opinión” de los ambientalistas amenazando con boicotear el camarón mexicano en USA. Y el tráfico de totoaba no para.
¿No se podrá crear un perímetro donde pueda cultivarse la totoaba y la vaquita marina, incluso con fines de proteccion y producción comercial? ¿Encontraron gas, petróleo, algún producto más valioso que los pobres pescadores y sus familias? ¿Por qué tanto interés en extrangular a los humildes habitantes del Golfo y San Felipe? ¿Por qué el gobierno “traicionó” a los pescadores después de acordar con ellos dos años de veda, y ahora hacerla permanente, sin límite de tiempo? ¿Por qué subsidiar con miles de pesos a quienes solo tienen permisos, cuando la población humilde y pobre no los tienen, porque trabajan para quienes tienen permiso y a ellos les llegan el dinero, sin hacer nada, solo cobrar? ¿De qué pueden vivir los pescadores sin pescar? ¿Es verdad que los narcotraficantes son ahora los beneficiarios del buche de totoaba?
Unos humildes pescadores tendieron sus redes a orillas de la playa; no lograron nada porque con sumo poder como Pilatos, la Marina, la Gendarmería, los Conapesca, los soldados, armados hasta los dientes obligaron a los humildes a sacar la red de la playa. Ni un caracol, ni una almeja, nada. ¿De qué van a vivir los pescadores que han vivido por más de cien años de los productos del mar? ¿Será cierto que a quienes pagan en dólares sí les permiten que salgan al mar a agarrar lo que quieran?
Dicen los niños de los pescadores, ¡nos iremos a la pesca ilegal!
Germán Orozco Mora reside en Mexicali. Correo: saeta87@gmail.com