Si por ahí recuerdan a “Baby Face Finster”, de las clásicas caricaturas de Bugs Bunny, seguramente terminarán convencidos de la superioridad de aquel personaje de Warner Bros., a la hora de compararlo con este jefe en pañales de Dreamworks.
Lo peor del caso es que, como pueden ver, no se trata de un antagonista del todo original, aunque, bueno, el bebé de esta cinta no es un mafioso disfrazado de infante, sino un empresario infiltrado que pretende espiar a la competencia que encabeza el papá de “Tim”.
Pero este niño es más vivo que sus padres y cuando su “hermanito” aparece vestido con un traje y cargando un maletín, él no se traga el cuento. Entonces, el desarrollo de la película depende de la capacidad de “Tim” para descubrir al impostor y entender sus motivaciones.
En la superficie el tema de la rivalidad entre hermanos es el que queda ampliamente expuesto a manera de una comedia llena de referentes para adultos que a los más pequeños tal vez les pasarán de noche.
Sí, el filme hace reír, mas no siempre y eso es un problema cuando la intención es ofrecer una comedia. Por suerte la calidad de la animación está por encima, incluso, del estándar de Dreamworks en otros filmes como la serie de “Shrek” o “Madagascar”, cuyo equipo es el responsable de esta apuesta con miras a tener secuelas pronto en cartelera.
Otro aspecto afortunado es que, al menos en la versión en inglés, la voz del jefecito pertenece a Alec Baldwin, quien le sacó el máximo provecho a los diálogos. Sin embargo, fuera de este miembro del elenco y del loable esfuerzo artístico del director Tom McGrath se nota que el realizador no la pasó nada bien con el tedioso guion de Michael McCullers, basado en el libro para niños de Marla Frazee.
Y eso es un problema que se le expone al público que debe conformarse con las buenas intenciones de un largometraje que no llega a ser lo que pretendió: un concepto chistoso fácil de captar para adultos y niños por igual, con una moraleja sobre la importancia de la familia. Buen intento, de todos modos. **
Punto final.- Entre “Power Rangers” y “Tres idiotas” de plano el cine no es una opción para pasar los días de asueto de Semana Santa.
