En febrero de este año, la Policía Estatal Preventiva (PEP) de la Secretaría de Seguridad Pública de Baja California detuvo a Iván M. Riebeling. Primero informaron que por usurpación de funciones. Se ostentaba como presidente e inspector del Alto Comisionado Vigilante de Derechos Humanos Internacionales del Nuevo Orden, así como representante de un ala de la Organización de las Naciones Unidas. El hombre demostró que sus organizaciones, aun cuando utilizaban nombres de otras establecidas en el ámbito internacional y no tenía ligas oficiales con las mismas, eran legales. Recuperó su libertad e inició una campaña de desprestigio contra la PEP y la SSPE, y se apersonó en las oficinas de ZETA para que en este medio se aclarara su situación. Así sucedió, y el hombre se trasladó a la Ciudad de México, donde ha continuado con sus señalamientos. El 10 de abril de 2017, en las oficinas del Semanario recibimos una llamada primero y un oficio después, de la Procuraduría General de la República, informándonos: “… en cumplimiento del acuerdo ministerial dictado dentro de la carpeta de investigación (…) me permito solicitarle de manera respetuosa, que gire sus apreciables instrucciones a quien corresponda con la finalidad de que informen si en el Semanario ZETA a su cargo, labora el C. Iván Mariano del Campo Riebeling, y en caso de que sea afirmativo remita su expediente laboral, lo anterior por ser necesario para la debida integración de la indagatoría…”. Nos explicaron que Riebeling se había ostentado como trabajador de este Semanario, e informamos que no es así, que no labora ni ha laborado nunca para Semanario ZETA, lo cual ahora hacemos extensivo a nuestros lectores, patrocinadores y amigos: Iván Mariano del Campo Riebeling no trabaja, no ha trabajado, ni representa de forma alguna a este periódico.