Este 2017, Victoriano Medina cumple 66 años de edad y Antonio Vera Palestina acumuló 65. Sin embargo, Héctor Félix Miranda “El Gato”, codirector fundador de ZETA, solo pudo vivir hasta los 47 años, porque los dos primeros, en compañía de otros dos matarifes, le quitaron la vida a balazos.
El homicidio es uno de los delitos que más repulsa social genera, para la mayoría, para el ciudadano común, resulta difícil imaginar tenerle tal desprecio a la vida, que se puede ser capaz de planear el asesinato de otra persona a cambio de unas monedas, varios miles de pesos o la garantía que los tuyos serán mantenidos de por vida.
Ver a otro ser humano como un objeto para uso y abuso, y sentir un total desprecio por la Ley, por lo correcto, por la vida, creer que estas por encima de todo y de todos al punto que puedes ordenar, planear y ejecutar la muerte de otro ser humano, es un acto de seres con una maldad exacerbada que pone en peligro a cuanto les rodea.
Viles, como aquellos que la mañana del 20 de abril de 1988, tomaron todas las ventajas posibles para acabar con la vida del codirector de ZETA cuando manejaba su auto rumbo a las oficinas del Semanario.
Un puñado de asesinos cobardes planeó la muerte de Félix Miranda. De acuerdo a las investigaciones de la Procuraduría de Justicia del Estado, los perpetradores fueron trabajadores de seguridad del Hipódromo Agua Caliente, todos empleados que en su labor diaria, seguían órdenes de Jorge Hank Rhon.
Estos miembros del cuerpo de seguridad de Hank se apostaron afuera de la casa del codirector de ZETA para cazarlo, por lo menos eran cuatro contra uno, dos en un carro deportivo que lo obligaron a frenar -uno de ellos Emigdio Nevárez, asesinado el 24 de julio de 1992- y otros dos en un pick-up desde donde le dispararon los dos cartuchos de una escopeta recortada calibre 12, la que le atravesó el tórax y acabó con su vida. Las indagatorias ministeriales revelaron que esa pareja había sido la formada por Victoriano Medina y Antonio Vera Palestina, y lo habían atacado con armas del hipódromo. Así quedó establecido por la Procuraduría de un Estado gobernado en aquel entonces por el PRI, y un Poder Judicial que otorgó ordenes de aprehensión y después condenó a estos dos participantes.
Medina fue detenido el mismo año 1988, y Vera en 1990, las confesiones del primero mencionaban frases como que “El Gato” molestaba a su patrón (Jorge Hank) y que Félix lo había acusado de “pollero” en su columna (situación que se probó, no sucedió).
Medina terminó su sentencia de 27 años el 30 de abril de 2015 en el penal de “El Hongo” en Baja California. Vera Palestina debió ser transferido del penal de Tijuana a Puente Grande en 1995, porque convertido en el jefe criminal al interior del penal de La Mesa, organizó un motín para evitar su traslado, después de ser sospechoso de haber ordenado el asesinato del entonces director del reclusorio, Jorge Alberto Duarte Castillo, el 8 de abril de 1995.
En 2014, un año antes de su liberación, el estudio de personalidad de Vera Palestina indicó que no estaba apto para reinsertarse en la sociedad. “Sus juicios continúan distorsionados por su estructura de personalidad antisocial que se mantiene vigente, puntualizando que se conserva un reconocimiento social, poder económico y liderazgo negativo”, también recordaron “… a lo largo de su internación, no ha mostrado buena conducta”, y hablaron de sus costumbre de “agredir física y verbalmente a celadores, amenazar al personal de la penitenciaría”. Con esa personalidad cumplió su condena y salió.
Liberados el 30 de abril y el 1 de mayo de 2015, respectivamente, ni Medina ni Vera mostraron rasgo alguno de arrepentimiento, de remordimiento, compasión o conciencia moral; de hecho, se presentaron como víctimas.
Así regresaron a disfrutar de su libertad y su familia, un privilegio que sus manos homicidas le quitaron a Héctor Félix hace ya 29 años, en los que la constante ha sido la impunidad de la que han gozado el autor intelectual del asesinato y los otros dos autores materiales.
Por eso, ante la ausencia de una justicia plena, desde las planas de este Semanario reiteramos el reclamo de justicia que hemos hecho cada semana desde 1988, y exigimos se investiguen todos esos caminos que el ex gobernador Ernesto Ruffo dijo que en el expediente llevaban al hipódromo, para que se procese y condene a quienes planearon el asesinato de Héctor Félix.