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martes, octubre 1, 2024
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Doy gracias…

Hoy doy gracias por tener la oportunidad, dentro de unos días, de conocer países como España, Portugal, Francia e Inglaterra y otros más; conocer su cultura, sus costumbres, su paisaje. Me siento muy feliz y todo gracias por este Mapamundi que me regalaron y que tendré la oportunidad de analizar en esta Semana Santa ¡porque no saldré a ningún lado!

Autor: Vacacionista frustrado.

 

Nunca retes a una mujer

La CIA tenía una vacante para un agente especializado en ejecuciones. Después de evaluar a algunos aspirantes, quedan dos hombres y una mujer.

Llega el día de la prueba final y, para definir quién conseguiría el trabajo, los agentes que administraban la prueba llevaron a uno de los hombres a una puerta grande de metal y le dieron un arma.

Le explicaron:

Debemos confirmar que usted seguirá nuestras instrucciones, no importa bajo qué circunstancias. Dentro de este sitio, encontrará a su esposa sentada en una silla.

Tome esta arma y mátela.

Con mirada de asombro, el hombre respondió:

“Usted no puede estar hablando en serio. Yo nunca podría matar a mi propia esposa”.

Bien, entonces usted definitivamente no es la persona adecuada para este trabajo.

Así que llevaron al segundo hombre a la misma puerta, le entregaron el arma expusieron los mismos parámetros de la  prueba. El sujeto se vio algo sobresaltado, pero tomó el arma y entró al cuarto.

Todo estuvo en silencio por cerca de cinco minutos, entonces la puerta se abrió y el aspirante salió del cuarto con lágrimas en sus ojos:

“Intenté matarla, pero simplemente no pude jalar el gatillo. Supongo que no soy el hombre adecuado para el trabajo”.

Los agentes contestaron:

— No, usted no tiene lo que se necesita para esto. Tome a su esposa y vaya a casa.

Solo les quedaba la mujer. La condujeron a la misma puerta con la misma arma.

Como prueba final, debemos estar seguros que usted seguirá las instrucciones sin importar las circunstancias, dentro encontrará a su marido sentado en una silla. Tome esta arma y acabe con él.

La mujer tomó el arma y abrió la puerta. Incluso antes de que la puerta se cerrara completamente, los agentes la oyeron descargar el arma. Uno por uno, cada tiro disponible en el cargador. Entonces el mismo infierno se apoderó de aquel cuarto. Se oyeron gritos, desgarramientos, golpes en las paredes.

Esto continuó por varios minutos y finalmente todo quedó en silencio. La puerta se abrió lentamente y allí estaba parada la mujer. Se limpió el sudor de la frente y dijo:

“Ya ni la amuelan, ¿por qué no me dijeron que eran balas de salva? ¡Tuve que darle con la silla!”.

Autor: Un hombre… malherido.

 

Lecciones

Dos curas explicaban la Biblia a sus alumnos. Uno de ellos les dijo:
…y Jesús le dijo a Lázaro: ¡Lázaro, levántate y anda! Entonces Lázaro se levantó y andó.
El cura interrumpe:

“¡Anduvo, infeliz!”.

Bueno, anduvo un poco infeliz al principio… ¡pero luego ya andó normal!

Autor: Otro cura.

 

Un hombre está en su coche manejando rápido y toma la autopista a toda velocidad. Al instante, ve las luces del agente de tránsito siguiéndolo. “No hay forma de que me alcancen con este carro”, pensó el individuo y aceleró más. Sin embargo, inmediatamente, se dio cuenta que estaba haciendo algo incorrecto y paró a un lado de la carretera.

El agente se acerca, le pide el permiso de conducir, lo mira muy despacio, da una vuelta alrededor del coche y finalmente le dice:
Señor, ha sido un día muy pesado, es sábado, es Semana Santa, llevo seis días sin descansar, y estoy a punto de terminar mi turno de guardia. Si me da una excusa por su exceso de velocidad que no haya oído nunca, lo dejo ir de aquí ahora mismo.
El hombre lo piensa unos segundos y responde:

“Bueno, lo mío es una historia de mal de amores. La semana pasada mi esposa se fue de casa con un agente de tránsito. Tenía miedo que tuviera noticias de ella”.

Autor: Agente arrepentido.

 

Viajeros

Una mujer de 96 años y un hombre de 89 querían viajar de Fort Lauderdale, Florida, a Michigan. Ese destino venía escrito en sus boletos de avión. Sin embargo, cuando personal del aeropuerto los ayudó para que subieran por la rampa y llegaran al avión cometieron un leve error y ¡EN ZERIO! la pareja terminó en Nueva York.

Según la portavoz de la aerolínea Allegiant Air, el problema fue el escáner que no detectó el error al verificar los pasajes. Los ancianos recibieron un reembolso, volvieron a Florida y ahora están buscando fuerzas para intentar de nuevo llegar a Grand Rapids, Michigan.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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