Desde el 21 de marzo los trabajadores sindicalizados del sector salud se encuentran en asamblea permanente debido al raquítico presupuesto que el Gobierno del Estado aporta a los servicios médicos en el municipio de Ensenada, lo que los obliga a operar con serias carencias que ponen en riesgo la vida de los pacientes.
Lo declarado por empleados inconformes estriba en que desde hace meses la autoridad dejó de abastecer medicamento suficiente, tampoco hay gasas, analgésicos, camas, mucho menos suficiente personal para realizar las tareas que a cada quien le corresponde.
“No hay para atender un parto, hay pacientes que vienen a la consulta externa a sus curaciones y ellos traen sus gasas, vendas, guantes, jeringas porque no hay ni para lo básico”, informó uno de los inconformes. Por otro lado, en el centro de atención de Isesalud, de la calle Ruiz y 14 en la zona Centro, se puede ver a decenas de empleados en jardines y banquetas, en espera a una solución a sus demandas.
Explicaron que no se trata de un paro de labores sino una asamblea, es decir, llega el trabajador de consulta externa así como administrativo, checa entrada y se sale a los patios hasta que concluye la jornada. El resto, como urgencias médicas, tococirugía, piso, hospitalización siguen actividades.
Judith Pérez es una madre soltera de 40 años de edad que tiene una complicación desde octubre del 2016 en ambos senos, le supuran y tiene dolores intensos.
Ella vive a la orilla de la Colonia 89, al otro extremo de la ciudad y ocupa con urgencia una mastografía, pero en el Hospital General no la han podido atender porque el equipo está descompuesto desde diciembre, además de que no hay material para aplicar la prueba.
“Tengo miedo, mi madre murió de cáncer y mi padre también. Vine en febrero, marzo, abril, pero no me dan atención”, lamentó la mujer, quien es trabajadora doméstica.
Otro caso es el de José Rodríguez, quien tiene un negocio de comida, acudió por servicio médico al Hospital General ubicado en carretera Transpeninsular y Paseo de la Playa.
“Estoy sorprendido, todo estaba sucio, me salí de lo mal que olía, además el personal no nos atendió porque no había ni medicina, tampoco médicos que me dieran el servicio”, narró al salir de la clínica.
Comentó que es “triste” ver cómo decayó en meses el edificio que prometía una mejora en la atención de los enfermos, éste, como el resto de los nosocomios en Baja California también, está tomado por los trabajadores.
Mientras en uno de los edificios en donde se mantiene la protesta de los trabajadores se lee en una cartulina “no queremos más mentiras del estado”, el secretario de Salud en el Estado, Guillermo Trejo Dozal, cuestionó: “¿Cuánto desabasto? Pues un 20 por ciento pues, pero hace seis meses traíamos 30 por ciento más de desabasto, hemos ido mejorando nuestro abasto, por eso digo que no es argumento (para manifestarse)”.
Cuando se le cuestionó acerca de la falta Aportación Solidaria Estatal por más de mil millones de pesos que argumentan los empleados disidentes, el funcionario contestó que sí hay un déficit en la dependencia, pero éste es de 300 millones de pesos a nivel estatal.