¿Cuál ha sido el ejemplar más importante de ZETA? Nos preguntó hace algunos años la esposa de un cónsul de Estados Unidos en una mesa en la que coincidíamos editores, reporteros y administrativos de este Semanario, era sábado y, como si hubiese estado ensayada la respuesta, después de vernos unos a otros sin compartir ideas, la respuesta generalizada fue “el del próximo viernes”.
La siguiente edición es siempre la más importante. En el contexto actual, los retos para el periodismo escrito son muchos, particularmente cuando se trata de un trabajo de investigación con enfoque en la justicia social, la rendición de cuentas, el no abuso del erario, el respeto a los derechos humanos, la transparencia y el combate a la vulnerabilidad social.
Sobre todo si esa labor se hace en un Estado, en un país… donde la transparencia es apenas una ley que los gobiernos aprobaron para después ver la manera de evadirla. Una nación que ocupa el lugar 123 de 176 analizados en el índice de percepción de la corrupción en el sector público, elaborado por Transparencia Internacional, donde el número uno es el menos corrupto.
Un país donde 100 periodistas han sido asesinados en los últimos 17 años, 22 en el sexenio de Vicente Fox, 48 con Felipe Calderón y 30 en los primeros cuatro años y cuatro meses de gobierno del actual Presidente, Enrique Peña Nieto.
En este contexto no podemos estar más agradecidos con nuestros lectores, con nuestros anunciantes por habernos permitido con su lealtad y apoyo cumplir -el martes 11 de abril-, 37 años juntos de ejercicio de libertad informativa, de búsqueda y fomento de la participación social, de seguimiento de las causas ciudadanas. Por permitirnos convertirnos en voz de la comunidad. Y con su información, en escaparate de las corruptelas de gobiernos, asociaciones, empresas y particulares que se enriquecen a costa del erario y de frenar del desarrollo de las ciudades, los estados y el país.
Permanecer es una labor difícil para la prensa que no se dedica a la réplica de boletines o la redacción de la crónica aduladora para los grupos de poder. La evidencia cruda más reciente de esta dificultad la tuvimos apenas el 2 de abril, cuando tras 27 años de trabajo, el periódico Norte de Ciudad Juárez anunció su desaparición, ya que ‘‘no existen las garantías ni la seguridad para ejercer el periodismo crítico, de contrapeso’’, escribió su propietario Óscar Cantú Murguía, tras el asesinato de su colaboradora Miroslava Breach el 23 de marzo; denunció cómo los tres niveles de gobierno los ahorcaron económicamente comprando publicidad y negándose a pagar; y cómo debieron enfrentar embates y castigos de particulares y gobiernos por haber evidenciado sus malas prácticas. Desafortunadamente, todos ataques comunes a la prensa independiente a lo largo y ancho del territorio mexicano.
En ZETA no somos ajenos a esa sensación de injusticia ante la impunidad. Manos criminales segaron la vida del codirector Héctor Félix Miranda en 1988 y la del editor de información general, Francisco Ortiz Franco en 2004; asimismo, en 1997 hirieron a balazos al codirector Jesús Blancornelas, y en el mismo ataque nuestro compañero Luis Valero perdió la vida. Además, entre 2010 y 2017, cuatro amenazas más -tres del Cártel Arellano Félix, una del Cártel Jalisco Nueva Generación- se han vertido contra el consejo editorial o las instalaciones del Semanario, y han sido interceptadas a tiempo en investigaciones binacionales.
A lo largo de más de tres décadas, ediciones han sido compradas para evitar que lleguen a los lectores, sin éxito; algunos gobiernos han retirado anuncios por notas publicadas, o han pretendido condicionar la contratación de publicidad a la elaboración de reportajes a su favor.
Todo esto se ha podido superar gracias al soporte de nuestros patrocinadores, lectores y publicistas que siguen con nosotros pese a los embates de esas crisis económicas que se suceden una a otra, en medio de gobiernos incapaces de cumplir con su función de administrar honesta y eficientemente los recursos públicos.
Porque el público lo exigió, entramos en la era de las plataformas digitales y desde el año 2013 trabajamos en el portal www.zetatijuana.com con la finalidad de mejorar la atención a los millones de lectores que mensualmente nos favorecen con su interés.
En esas condiciones, hoy, tras 37 años de labor conjunta con nuestros lectores, replicamos nuestro compromiso con la credibilidad y la confianza que nos han brindado, y renovamos la propuesta hecha por quienes fundaron esta empresa el 11 de abril de 1980: “Continuar con el quehacer periodístico que refleje el sentimiento popular”, “Exigencia de derecho a la justicia”, “… la búsqueda de la exposición de la verdad”, “Conocemos las consecuencias y el riesgo de ser libres”. Y la oferta sigue siendo la misma: trabajar contra el abuso, la corrupción y la represión, “libres como el viento”.