El Tribunal Constitucional de Corea del Sur destituyó este viernes a Park Geun Hye, la presidenta que fue apartada de su cargo el pasado mes de diciembre por su presunta implicación en un escándalo de corrupción, conocido como “Rasputina”.
Ahora, Park, que ya no cuenta con inmunidad, deberá abandonar su cargo forma permanente y Corea del Sur deberá celebrar elecciones presidenciales en un plazo no mayor de 60 días. Además, la Fiscalía deberá interrogar a la presidenta sobre su papel en la amplia trama de corrupción.
Según lo informó la agencia surcoreana de noticias Yonhap, el Tribunal afirmó que Park “violó la ley” al permitir que su confidente y amiga, Choi Soon Sil -detenida en octubre pasado- tuviera cierta influencia y mediara en asuntos estatales.
La corte anunció su decisión durante su última audiencia, celebrada a las 11.00 horas (tiempo local), como estaba previsto, en medio de un importante operativo de seguridad en el que se han desplegado más de 20 mil agentes en las inmediaciones de las sedes del Gobierno, entre ellas el Palacio Presidencial, mejor conocido como Cheong Wa Dae.
Con esta decisión se puso fin a una investigación que duró más de 90 días y que ha sumido al Partido Saenuri, al que pertenece Park, en la mayor crisis de su historia, provocando incluso que una parte de la formación decidiera escindirse y crear un nuevo partido para tratar de desvincularse del escándalo.
Según la agencia española EFE, uno de los abogados de Park, Lee Dong Heub, aseguró antes de conocerse el veredicto del tribunal que Park acataría la decisión, independientemente de cuál fuera.
Grupos de ciudadanos de ambas facciones habían llamado a celebrar nuevas manifestaciones una vez se conociera esta decisión judicial que fue televisada en directo a nivel nacional.
La amplia mayoría de los surcoreanos estaba a favor de la destitución de Park, según diversas encuestas recogidas por la agencia estatal Yonhap, que apuntaban a un respaldo popular a esta decisión del 70 por ciento.
Esta es la primera vez que Corea del Sur destituye a un jefe de Estado y adelanta los comicios presidenciales desde que el país volvió a celebrar elecciones democráticas en 1987 tras el mandato de dos juntas militares, una de las cuales lideró el general Park Chung-hee, padre de la actual presidenta.
La fiscalía considera que Park y su amiga Choi Soon-sil, de 60 años de edad y encarcelada desde noviembre, se confabularon para presionar a la empresa tecnológica Samsung y a otros grandes conglomerados empresariales surcoreano
Supuestamente con el objetivo de que realizaran donaciones a organizaciones vinculadas a la “Rasputina” a cambio de un trato favorable de las autoridades.
Las conclusiones del Ministerio fiscal que investigó el caso señalan a la presidenta como sospechosa de los delitos de soborno, tráfico de influencias y abuso de poder.