Esta es la segunda cinta de Asghar Farhadi que gana un Óscar en el rubro de Mejor Película en Lengua Extranjera. Y no es para menos.
Aún mejor desarrollada que “Una separación” -su anterior triunfo ante la Academia hollywoodense”-, esta cinta es una obra que Arthur Miller hubiera desarrollado si “Death of a Salesman” no fuese escrita para el teatro.
La referencia que viene desde el título también enmarca el filme donde una joven pareja que reside en Teherán, Emad (Shahab Hosseini) y Rana (Taraneh Alidoosti), ven trastocadas sus vidas cuando, al mudarse de un edificio de apartamentos a punto de ser derribado, terminan en la vivienda de una prostituta que un amigo de la compañía de teatro de la cual forman parte, les arrienda por mientras.
Por supuesto que la obra que este grupo teatral independiente representa es “La muerte de un viajero”.
Lo que parece una solución fácil, se convierte en una pesadilla cuando Rana es atacada brutalmente por lo que suponen es un cliente de la antigua inquilina, pero en países que padecen de un Estado de Derecho, Emad y su mujer deciden no acudir a la policía. Como sus allegados bien recomiendan, denunciar es lo menos indicado porque la policía nunca resuelve nada y los jueces parecen procuradores de la burocracia.
Rana quiere olvidarlo todo, recuperar el valor a estar a solas, perder el miedo, superar el trauma y las heridas físicas. Por el contrario Emad quiere dar con el culpable, lo cual es posible porque dejó las llaves y un viejo camión que conducía en el estacionamiento. Así empieza la cacería.
Sin embargo, en el proceso vemos a este protagonista convertirse en un hombre sombrío, iracundo y obsesionado que ya no tiene capacidad ni para lidiar con los alumnos de bachiller a quienes les da la clase de literatura. Rana, al principio, tampoco puede cumplir con su quehacer actoral, aunque se ve que su recuperación será más factible.
Y nada nos prepara para el momento cuando Emad da con “el cliente”. Nada, pero nada de lo que sucede a partir de ahí es imaginable en este largometraje que aterra en la medida en que vemos cómo un problema puede alterar todo nuestro sentido de humanidad y comprendemos que la paz es un concepto demasiado frágil.
Gracias a este par de actores -Alidoosti ya es conocida por su trabajo con Farhadi en “About Elly”- y con una dirección perfecta, esta propuesta cinematográfica altera la noción que se tenía de la justicia, de la venganza, del amor y de la familia. Eso es lo que hace el buen cine. ****
Punto final.- Vean “Florence Foster Jenkins”, otra cátedra de actuación de la señorona Meryl Streep.