En el interior del penal para sentenciados en Puente Grande atenderán a enfermos renales
Publicidad
La clínica está a cargo de la Fiscalía de Reinserción Social.
Al interior de la Comisaría para Sentenciados, antes Centro de Reinserción Social (CRS), en el núcleo penitenciario de Puente Grande, las autoridades estatales construyen la primera clínica de diálisis para enfermos renales que se encuentran privados de su libertad.
Publicidad
La obra, que forma parte de los programas de dignificación para los internos de instituciones carcelarias en Jalisco, registra un avance del 80 por ciento y está a cargo de la Fiscalía de Reinserción Social.
A un costado del área médica del penal, que en un tiempo se conoció como el Hospital Judicial, se localiza la clínica especializada que por lo pronto contará con una máquina para realizar seis hemodiálisis diarias y otra más para infusión.
El fiscal de Reinserción Social, Carlos Antonio Zamudio Grave, aseguró que “contar con una clínica para hemodiálisis dentro de un centro carcelario disminuye en gran medida los costos en traslado al Hospital Civil y de la misma forma, se evitan riesgos en la seguridad”.
Otras ventajas de tener un equipo propio para realizar este tipo de tratamientos, es que las personas privadas de la libertad con insuficiencia renal podrán disfrutar de una oportuna atención médica.
“Recibirán atención personalizada, pues no tendrán que esperar su turno en el Hospital Civil, donde había ocasiones en las que no podían ser atendidos y teníamos que llevarlos a una clínica particular para que recibieran su tratamiento y nosotros costear el gasto”, dijo el titular de los reclusorios del Estado.
Hasta el momento, las autoridades han detectado, con la valoración de los médicos, a siete internos de la Comisaría de Prisión Preventiva y una reclusa del Reclusorio Femenil, quienes sufren de insuficiencia renal en el complejo carcelario, por lo que era necesario trasladarlos al nosocomio a Guadalajara varias veces a la semana.
Está ubicada en Puente Grande.
Zamudio Grave expresó que “dependiendo de la gravedad, podemos decir que -por lo general- una persona con esta enfermedad requiere ser llevada para su atención alrededor de tres veces a la semana y su tratamiento dura de tres a cinco horas”.
El funcionario agregó que el tener una clínica de hemodiálisis en un centro penitenciario garantiza a los familiares de las personas recluidas que sus enfermos recibirán la atención adecuada de personal especializado.
Por cierto, los médicos de la Comisaría para Sentenciados recibieron la capacitación básica en el manejo del equipo, pero al momento de iniciar funciones contarán también con el apoyo de un nefrólogo y de enfermeras especializadas en hemodiálisis hasta lograr el dominio del equipo.
