Consultoría Matrimonial y Familiar
Sé que ya pasó el día de la mujer y que pareciera tarde para felicitarla, pero al igual el día de la madre no debe ser uno solo, sino a diario, así que igual a todas las mujeres hay que festejarlas a diario por la gran labor que como madres, esposas, novias, parejas dan de sí por los hombres. Se lo merecen.
Aquí ya se han tratado historias de mujeres que han sobresalido por su esfuerzo principalmente como madres, ya que creo que ningún hombre ha llegado al sacrificio que han hecho y hacen muchas mujeres en que la única diferencia que debería seguir habiendo es la de su condición física, fuera de ello deberían ser y considerársele iguales.
El título de este escrito dice el sentido del mismo, en que debería haber igualdad entre hombres y mujeres en todos los órdenes de la vida, pero desafortunadamente muchos tienen miedo porque se quiera o no el control de todo lo tienen los hombres y muchos temen llegar a depender de ellas y lamentablemente no solo son con las mujeres fuera de su círculo familiar, sino de sus propias parejas e hijas que no les permiten simplemente ser, queriéndolas condicionar a sus intereses y a sus caprichos, celebran que triunfen, que tengan buenos empleos, que se casen bien pero que no invadan su entorno porque ahí es donde no las estimulan ni las motivan.
Ser mujer es una condición menor a la de los hombres tan solo en lo físico porque fuera de ahí son o pueden ser iguales o mejores, y donde otros ven que su condición de ser madres, estar embarazadas, cuidar y atender hijos es ir contra sus propios intereses al bajar su productividad en el ambiente de trabajo o donde se encuentren, desafortunada visión, porque si solas han creado y formado familias, ningún hombre tiene la fortaleza de lograr algo parecido salvo honrosas excepciones.
Afortunadamente ya no se les cataloga ni etiqueta como el sexo débil porque al correr el tiempo quieran o no han demostrado ser más fuertes que los hombres, pruebas muchas, pero como ejemplo y de lo más simples, una madre puede durar horas cargando a sus hijos mientras que los padres difícilmente duran más de una hora, tan fácil comprobarlo al ver a parejas con hijos caminando o paseando, donde la mujer carga a sus pequeños hijos y rara vez verán aun hombre ir cargándolos, honrosas excepciones.
Y hablando de sexo de donde se acuñó la frase del sexo débil, el poder de aguante y de mantener una relación continua de la mujer es casi ilimitado, mientras que el del hombre se circunscribe a no más de media hora, o quizás un poco más, pero repetir la dosis imposible y no se diga de lograr varios orgasmos, ellas multiorgásmicas, ellos, uniorgásmicos, y así seguiría mencionando otros ejemplos.
Algunos atavismos que han permeado desde siempre donde la han considerado sin la suficiente capacidad han ido disipando, todavía no se le quiere dar ese reconocimiento de igualdad y ascender en todos los órdenes de la vida, como que hay una confabulación secreta y misteriosa donde los hombres impiden el crecimiento de la mujer, unos controlando sus sueldos, impidiéndoles ascender o que lleguen a cubrir ciertos puestos que solo se etiquetan para los hombres y no me refiero solo a los que tengan que usar mayor fuerza física, sino de otros donde no es necesaria pero sí exclusivos para ellos. Y esa fuerza física que los hombres cobardemente utilizan contra las mujeres se debe de acabar para siempre.
Afortunadamente poco a poco se ha ido desmitificando, y a base de su talento van abriendo mayores oportunidades para su desarrollo, buscando la igualdad entre los hombres, como lograr que a trabajos iguales sueldos iguales, oportunidades de ascenso en las mismas condiciones, y lo que ellas no se deben de permitir es querer ser iguales, porque la naturaleza y su destino es propio, sobretodo no perder su feminidad porque se están viendo focos rojos.
Gracias como siempre a mis dos que tres lectores por sus consultas y comentarios al e-mail: bautista46@hotmail.com
El autor, reside en Tijuana, B.C.