Un investigación del Citizen Lab de la Escuela Munk de Asuntos Globales de la Universidad de Toronto, Canadá, y publicada en el diario estadounidense The New York Times (NYT), reveló el espionaje cibernético del que fueron objeto tres de los principales activistas que impulsaron el impuesto a las bebidas con alto contenido de azúcar en México.
Los activistas espiados a través de sus teléfonos celulares, fueron: Simón Barquera Cervera, director de investigación en políticas y programas de nutrición del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), Luis Manuel Encarnación Cruz, exdirector de la Fundación Mídete, y Alejandro Cavillo Unna, fundador de la organización El Poder del Consumidor.
Según la investigación publicada por el diario estadounidense, los teléfonos móviles de los tres activistas fueron intervenidos mediante un programa espía “malicioso” (spyware), desarrollado por la empresa israelí NSO Group, dedicada a vender herramientas de espionaje digital exclusivamente a gobiernos, la cual tiene contratos con varias agencias en México.
El método para espiar a estas tres personas fue similar, ya que los tres recibieron mensajes de texto con un vínculo, que en realidad era un “código invasivo de un programa espía desarrollado por NSO Group”, señaló la nota firmada por Nicole Perlroth.
Barquera, por ejemplo, recibió una serie de mensajes de texto a su celular, todos de números no identificados. Uno decía que su hija había estado en un grave accidente, otro supuestamente era de un amigo de Barquera, que le decía que su padre había muerto y contenía un hipervínculo para revisar los detalles del funeral; y uno más que aseguraba que su esposa sostenía una relación extramarital.
A su vez, Luis Manuel Encarnación y Alejandro Calvillo recibieron mensajes de texto con hipervínculos que los redireccionaban al sitio web de la funeraria Gayosso.
“El descubrimiento de los programas espías de NSO en los teléfonos de los impulsores de política nutricional en México, e incluso de funcionarios gubernamentales como Barquera, desata preguntas sobre si las herramientas de NSO están siendo usadas para avanzar los intereses comerciales de la industria refresquera de México”, destacó el NYT.
Lorena Cerdán Torres, directora del Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo (ConMéxico), que representa y cabildea para las empresas transnacionales Coca Cola y a Pepsi Cola, señaló al rotativo que no tenía conocimiento de el hackeo:
“Es la primera vez que escuchamos sobre esto”, dijo. “Y, francamente, también nos asusta”, afirmó. Por su parte, los investigadores de Citizen Lab afirmaron que estos unos de los casos más “descarados” de ciberespionaje que han visto.
El diario estadounidense agrega que el uso de los programas de espionaje coincidió con un esfuerzo planeado por organizaciones activistas e investigadores de la salud, entre ellos Barquera, Calvillo y Encarnación, para coordinar una campaña mediática con el fin de impulsar que el impuesto al refresco aumentara al doble.
“Esto demuestra que la vigilancia en México está fuera de control”, señaló Luis Fernando García, director de Red en Defensa de los Derechos Digitales. “Cuando hay pruebas de que la vigilancia está siendo usada contra activistas de la nutrición, es claro que México no debería tener acceso a estas tecnologías”.
El NYT dijo que la empresa israelí ha aprovechado fallas en el software de la tecnológica Apple para infiltrarse en los teléfonos de un activista emirato y de un reportero mexicano, Rafael Cabrera, quien ayudó a exhibir en 2015 la “casa blanca” del Presidente Enrique Peña Nieto y su esposa, Angélica Rivera de Hurtado.
El diario neoyorquino detalló que en el caso de los activistas del impuesto al refresco, estos fueron blanco de Pegasus, un sistema de rastreo comercializado por NSO.
Dicho producto puede extraer mensajes de texto, listas de contactos, registros del calendario, e-mails, mensajes instantáneos e incluso la ubicación del usuario. También puede convertir el celular en una grabadora y capta de manera secreta lo que la cámara del aparato ve en vivo.
“No queda claro por qué una agencia gubernamental mexicana utilizaría el programa espía para rastrear a los impulsores de la batalla contra la obesidad en el país, donde la diabetes acaba de ser declarada una emergencia nacional, ni queda claro qué órgano mexicano está detrás de la vigilancia a personas como Calvillo, Encarnación o Barquera”, precisó el diario, que también recordó que México aparece como el mayor cliente de Hacking Team, empresa de cibervigilancia.