Según un informe del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), la compra de armas en México incrementó en 331 por ciento en el periodo 2011-2015, comparado con el periodo 2006-2010, y Estados Unidos fue el país que suministró el 56 por ciento del material importado por los mexicanos.
Además, el informe del SIPRI indica que México se convirtió en el segundo mayor importador de armas de toda Latinoamérica -sólo por detrás de Venezuela- tras superar a Brasil, Colombia y Chile, que redujeron su gasto. Sin embargo, el sistema de cálculo utilizado en el informe no se refiere a los precios reales de compraventa, sino a los costos de producción.
“El pronunciado aumento en las importaciones corresponde a la respuesta militarizada contra los cárteles de la droga”, según lo explicó a la agencia alemana dpa, Aude Fleurant, analista canadiense del SIPRI, especializada en Latinoamérica.
Tras más de una década de guerra contra el narco, el valor del material militar adquirido y donado principalmente por Washington, alcanzó máximos anuales los dos últimos años. “Hasta ahora México ha recibido una ingente ayuda militar de Estados Unidos. Nadie sabe qué ocurrirá con estas donaciones a partir de ahora”, cuestionó Fleurant.
La principal inversión en armamento se realizó en la adquisición de equipamiento medio y ligero, así como medios para el transporte de efectivos, de munición o de víveres, señaló el SIPRI.
“Es el tipo de material que se importa para aplicar medidas de contrainsurgencia”, destacó Fleurant al medio alemán, y también señaló que México aumentó su número de helicópteros, todoterrenos Humvees o de vehículos blindados de combate.
Mientras que, EU se mantuvo como el principal exportador mundial de armamento -un tercio del total-, España exportó más del 10 por ciento del equipamiento. Tan sólo en 2015 México compró material de defensa español por valor de más de 148.5 millones de dólares.
En cualquier caso, indicó el SIPRI, el incremento en el valor de las importaciones de armamento en el país latinoamericano no supone un crecimiento equivalente del gasto militar, ya que según un informe de 2015, México destinó un 0.7 por ciento del PIB a Defensa, sólo un 0.2 por ciento más que en 2010.