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viernes, octubre 4, 2024
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Alcaldes sobrepasados

Les está quedando grande la responsabilidad, les faltó currículum, experiencia, méritos,  personalidad u oficio político. Sea con acciones erróneas en algunos casos, y por su falta de decisión en otros, los alcaldes en Baja California no han logrado solucionar los problemas en sus municipios, ni consolidar el apoyo de sus gobernados.

Tras los primeros 86 días de gobierno, pareciera que Gustavo Sánchez en Mexicali, Juan Manuel Gastélum en Tijuana, Marco Antonio Novelo en Ensenada, Nereida Fuentes en Tecate y Mirna Rincón en Rosarito, no han terminado de creérsela, pero ya son alcaldes de los cinco municipios bajacalifornianos

Cierto, aún faltan dos semanas para que se les cumplan los 100 días, considerados el corto plazo para el análisis de resultados, pero  los problemas, en lugar de resolverse, se están acumulando en los ayuntamientos en mayor o menor proporción, dependiendo de la municipalidad.

De entrada ninguno se decidió a apoyar plenamente a sus gobernados inconformes con el gasolinazo. Y en el tema de seguridad tampoco han  podido mejorar sus números, salvo Tecate y Rosarito en un tipo de robo. En cuanto a los reclamos por gobiernos de corrupción y sin resultados que se hicieron en varias manifestaciones en enero, la comunidad tampoco ha sido informada de la implementación de medidas de solución.

En el Mexicali de Sánchez, los bloqueos a los edificios de gobierno, el pleito por el agua entre los productores del Valle y el gobierno por los convenios con  la cervecera Constellation Brands, los migrantes afrodescendientes,  la inconformidad ciudadana y el reclamo de la cancelación a los recientes aumentos a los impuestos de alumbrado y Predial; la insistencia de la sociedad en ser considerados y participar mediante plebiscito en la definición de las tarifas de transporte y recientemente la exigencia de que el alcalde remueva al recién estrenado director de seguridad Ulises Méndez, por el violento desalojo ocurrido en la segunda semana de febrero.

Tijuana para Gastélum no pinta mejor. Las manifestaciones, los bloqueos de la garita “El Chaparral”, la permanencia de una colonia de migrantes afrodescendientes, la migración de latinoamericanos y mexicanos, la antipatía manifiesta por los aumentos a los impuestos de Predial y alumbrado. La falta de control de los transportistas que protagonizan enfrentamientos y actos violentos en la calles y suben tarifas sin permiso. El deficiente servicio de recolección de basura y el hecho que se haya retomado aquella frase coloquial de los ochentas, cuando se decía que “Tijuana te espera con los baches abiertos”.

Aunque los ensenadenses aseguran que no hay peor servicio de mantenimiento a las calles que el no proporcionado por su alcalde, Novelo también ha sido incapaz de resolver el tema de la calidad y la tarifa del transporte, los límites territoriales con Rosarito, el adeudo con constructores que trabajaron con obras del Ramo 33, la inseguridad detonada al máximo en la zona de San Quintín, y la inconformidad de sus policías por el sistema de ascensos.

En cuanto a Mirna Rincón en Rosarito, está más obligada a dar mayores resultados porque se subió el sueldo -o como ella argumenta, lo homologó- , pero ahora tiene un problema de crecimiento e invasiones de vendedores ambulantes por el que reclaman los comerciantes, también el aumento del 35 por ciento al transporte sin consensuarlo, peticiones insatisfechas de bacheos y pavimentaciones en colonias. Las quejas por el deficiente servicio de recolección de basura proporcionado por la empresa Gen y la necesidad manifiesta de ampliar la infraestructura del sistema pluvial que no soluciona la problemática de la temporada de lluvias. Y sí, habló de una reingeniería que resultó en ahorro de recursos, pero decidió usar ese dinero en lugar de obra, bacheo, o abonar por ejemplo a la deuda pública.

La señora Fuentes en Tecate ciertamente ha tenido una actitud más conciliadora con manifestantes  y detractores, pero igual no ha solucionado peticiones, como la inconformidad por la operatividad de los parquímetros, los abusos de autoridad de su corporación policiaca, el desfile de semáforos inservibles, el aumento al impuesto alumbrado que no se ve reflejado en el servicio, o el problema de recolección de basura que no se solucionó con la cancelación de la empresa que ostentaba el convenio. Y tampoco ha presentado un plan de austeridad.

Al final ninguno de los alcaldes termina de asentarse y dar los primeros pasos firmes para cumplir con su obligación de garantizar la sustentabilidad del desarrollo del territorio que administran. Urge que encuentren el ritmo, que muestren tener lo necesario para controlar los problemas internos, porque de lo contrario, cómo se puede esperar que encaren los externos, generados por el desinterés de la Federación, las condiciones económicas globales  y los conflictos de vecindad con las políticas del Presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

 

 

 

Autor(a)

Rosario Mosso Castro
Rosario Mosso Castro
Editora de Semanario ZETA.
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