El gobierno de Francia calificó de “terrorista” la agresión acontecida la mañana de este viernes contra un soldado que resultó herido, por parte de un desconocido que gritó “Allah Akbar (Dios es el más grande)”, en el recinto del Museo del Louvre, ubicado en París.
Según lo dicho por el Prefecto de Policía de París, Michel Cadot, el presunto agresor penetró con dos mochilas y armado con “un machete y quizás con más armas” y “amenazó a los [cuatro] militares gritando Alá es grande”.
Ante el hecho, la Fiscalía antiterrorista francesa abrió una investigación por la agresión con arma blanca a uno de los cuatro militares que patrullaban la zona y que le causó heridas leves en el “cuero cabelludo”.
“El militar disparó al vientre del agresor, que está vivo, en estado grave, y está siendo atendido”, aseguró un vocero de la Prefectura de la Policía parisina, que indicó que recibió cinco disparos de los militares.
“Visiblemente es un ataque de carácter terrorista”, declaró el primer ministro francés Bernard Cazeneuve respecto al ataque ocurrido en torno a las 10:00 hora local, en un centro comercial subterráneo del museo, el más visitado del mundo, con nueve millones en promedio al año.
Por su parte, el vocero del Ministerio francés del Interior, Pierre-Henry Brandet, señaló que “hay una connotación terrorista por lo que la Fiscalía antiterrorista va a investigar el asunto”. Sin embargo, explicó a los medios que aún no se conoce la identidad, nacionalidad, ni intenciones del agresor.
“Gritó amenazas de carácter terrorista”, confirmó a la prensa una vocera del Ministerio francés del Interior, según Notimex. “Fue el ataque de una persona con voluntad de agredir que profería gritos terroristas”, dijo por su parte el Prefecto de Policía de París, Michel Cadot.
El ministro francés del Interior, Bruno Le Roux, quien se encontraba de viaje, canceló su agenda y regresó a la capital francesa, para encabezar esta tarde una reunión de crisis.
Al menos 250 visitantes del Museo del Louvre que se encontraban a esa hora en el recinto fueron retenidos y controlados posteriormente a su salida del enclave cultural. Además, la estación de metro más cercana, así como comercios y diversos locales fueron cerrados, al igual que la circulación durante varias horas.