El Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ofreció esta noche su mensaje de despedida a los ciudadanos de su país.
Reiteró hoy su compromiso con una transferencia de poder “pacífica”, como ya transmitió en su día a su sucesor en la Casa Blanca, Donald Trump, durante su discurso de despedida desde Chicago.
“En 10 días más el mundo será testigo de un punto especial de nuestra democracia, la transferencia pacífica del poder de un presidente electo al siguiente”, refirió Obama.
“Depende de todos nosotros asegurarnos de que nuestro Gobierno pueda ayudarnos a acometer los muchos desafíos que todavía enfrentamos”, subrayó Obama ante unas 20 mil personas congregadas en el centro de convenciones McCormick Place de Chicago.
El mandatario dijo a sus gobernados que a ellos les toca “cuidar” la democracia heredada por los padres fundadores de Estados Unidos, “quienes hicieron compromisos y esperaron que todos hiciéramos lo mismo”, aseguró.
El Presidente norteamericano defendió que su país es actualmente “un lugar mejor y más fuerte” que cuando él llegó al poder en 2009, y atribuyó esos avances a los esfuerzos del pueblo estadounidense que confió en su mensaje de esperanza y cambio hace ocho años.
Reconoció hoy que, pese al carácter histórico que representó su elección como primer mandatario afroamericano de EU, el racismo sigue vivo en el país y queda “más trabajo por hacer” para eliminar los prejuicios contra las minorías y los inmigrantes.
“Después de mi elección, se habló mucho de un Estados Unidos posracial. Esa visión, aunque bienintencionada, nunca fue realista. Porque la raza sigue siendo una fuerza potente y a menudo divisoria en nuestra sociedad”, apuntó.
Hizo una invitación a la inclusión y al respeto a los migrantes, en un contexto en el que el país de halla dividido por los comentarios abiertamente racistas del presidente electo Donald Trump.
“Si no estamos dispuestos a cuidar a los migrantes porque no se parecen a nosotros entonces estamos en problemas porque aquellos niños morenos van a representar la fuerza laboral más importante de nuestro país”, aseguró el mandatario.
Invitó a los norteamericanos a “hacer las cosas con más ganas, con la premisa de que cada uno de nuestros conciudadanos aman a nuestros país y que sus hijos son tan dignos de amor como los nuestros, y no es fácil llevarlo a cabo porque muchos de nosotros vemos que es mas fácil aislarnos en nuestra propia burbuja, rodeados de personas que comparten nuestras ideas y que nos confrontan”.
En su último discurso, Barack Obama también presumió de que ninguna organización terrorista extranjera ha logrado ejecutar un atentado en el país durante sus ocho años en la Casa Blanca y aseguró que el grupo yihadista Estado Islámico (EI) “será destruido”.
“Aunque Boston, Orlando o San Bernardino nos recuerdan lo peligrosa que puede ser la radicalización, nuestros agentes están más atentos y son más efectivos que nunca”, afirmó.
El todavía mandatario fue recibido con una gran ovación en el centro de convenciones McCormick Place de Chicago, con capacidad para unas 20 mil personas, y fue interrumpido al comienzo de su discurso con gritos de “Four more years” (“Cuatro años más”).
Obama eligió a Chicago para despedirse porque la considera su ciudad natal [pese a que vino al mundo en Hawaii]; allí conoció a su mujer y formó su familia, ahí también comenzó “realmente” su carrera de servicio público. ZETA/SinEmbargo