Según la agencia de noticias Bloomberg, la automotriz estadounidense General Motors Co. trasladará la fabricación de su camioneta GMC Terrain de la ciudad canadiense de Ingersoll, en Ontario, a México (con su nuevo modelo presentado este domingo) y aumentará la producción de la planta en Ontario de Chevrolet Equinox, debido a su creciente popularidad de sus vehículos utilitarios deportivos (SUV, por sus siglas en inglés) compactos.
Mientras tanto, Sergio Marchionne, presidente ejecutivo de Fiat Chrysler, dijo que la empresa podría suspender las operaciones en México si los aranceles fijados por un Gobierno de Donald Trump sobre los vehículos fabricados en el país e importados a Estados Unidos son demasiado altos.
Marchionne afirmó a periodistas en el Salón del Automóvil de Detroit, en declaraciones recogidas por Reuters, que “es bastante posible que tengamos que retirarnos” de México si las tarifas son muy altas. Este lunes por la mañana Trump agradeció en un mensaje en Twitter a Fiat Chrysler y a Ford Motor Co por los anuncios de la semana pasada de que harán inversiones en sus plantas en la región central estadounidense.
Chrysler produce 503 mil vehículos en México al año en dos sitios y depende en gran medida de las exportaciones a Estados Unidos, con el 86 por ciento de sus coches vendidos a ese país o Canadá.
Mientras que para General Motors, con sede en Detroit, los SUV pequeños son un segmento en auge para el mercado y una importante fuente de dinero para la firma, por lo que cuando GM planeó las nuevas versiones, decidió aumentar su producción de una a tres fábricas y sumó los vehículos a dos instalaciones existentes en México, de acuerdo a un portavoz de la automotriz, citado por Bloomberg.
La agencia de noticias Bloomberg señala que trasladar la producción del renovado Terrain a México en lugar de Estados Unidos, “pondría a prueba la paciencia del presidente electo”, Donald Trump, quien ya ha usado su cuenta de Twitter para castigar a GM y Toyota Motor Corp., por importar autos compactos de bajo precio desde el sur de la frontera.
Aunque las empresas también venden estos modelos en mercados emergentes, dice Bloomberg, GMC es principalmente una marca estadounidense con SUV premium que tienen un precio de mercado y márgenes de ganancia mayores que los autos pequeños.
Además, señala la agencia, GM prevé expansión de ambos modelos y predice que el mercado de vehículos utilitarios deportivos pequeños crecerá 10 por ciento durante los próximos cinco a seis años.
Parte de la producción adicional en México está destinada al extranjero, como parte de los 44 acuerdos de libre comercio de nuestro País con otros países, que permite a GM exportar vehículos libres de impuesto a naciones donde no tiene tratados similares, como Brasil, Colombia y la Unión Europea.
A fines de 2014, GM anunció que invertiría 5 mil millones de dólares en nuevas plantas en México hasta 2018, con lo que generaría 5 mil 600 empleos. Las instalaciones de Equinox y Terrain, que también fabrican otros modelos, representan casi 1,000 millones de dólares de esa cifra. En 2015, GM indicó que invertiría 5 mil 400 millones de dólares en plantas en Estados Unidos.
Por su parte, Mary Barra, directora ejecutiva de la automotriz estadpunidense, rechazó que esta empresa considerara transferir su producción de autos pequeños de México a Estados Unidos, pese a las críticas del presidente electo, Trump.
En declaraciones a medios de información la tarde del domingo en la ciudad de Detroit, Barra aseveró que los proyectos de manufactura de un vehículo son realizados con mucho tiempo de anticipación y que éstos no pueden ser revertidos fácilmente.
“Este es un negocio de largo plazo con inversiones altamente intensivas de capital. Son decisiones que fueron tomadas hace dos, tres o cuatro años”, explicó Barra.
La directora ejecutiva respondió así a la posibilidad de que General Motors pudiera transferir la producción de uno de sus modelos de México a Estados Unidos luego de que Trump amagara con imponer a la empresa un “fuerte impuesto fronterizo” a estos productos.
“Cuando te fijas en los (modelos) Cruze sedán, los Cruze sedán para el consumo de Estados Unidos se construyen aquí”, añadió la directiva.
La semana pasada, Trump afirmó en su cuenta de Twitter: “General Motors está enviando sin pagar impuestos en la frontera los modelos Chevy Cruze hechos en México a distribuidores de Estados Unidos. Háganlos en Estados Unidos o paguen un fuerte impuesto fronterizo”.
General Motors fabrica modelos Cruze en su planta de Lordstown, en el estado de Ohio, en tanto que su modelo de cinco puertas (hatchback) es fabricado en su planta de Coahuila, en México. Unos cuatro mil 500 de estos autos construidos en el País fueron vendidos en Estados Unidos en 2016, de acuerdo con la propia empresa.
El presidente electo también amenazó la semana pasada a la automotriz Toyota con cobrar un “fuerte impuesto fronterizo” si invertía en México a fin de exportar autos a Estados Unidos, además de que criticó durante meses a Ford por sus planes de aumentar su producción en territorio mexicano.
Por su parte, la estadounidense Ford anunció la semana pasada su decisión de cancelar su inversión de mil 600 millones de dólares en México.