Tras quince años de no publicar, aunque siempre escribiendo y sobre todo leyendo en encuentros y ferias del libro, el tijuanense Alfonso García Cortez entregó en 2016 su más reciente poemario “En el impuro tacto que motivas” a la editorial Pinosalados que dirige Rosa Espinoza en Mexicali.
Autor de títulos como “Recuento de viaje” (XIII Ayuntamiento de Tijuana, 1991), “Elegías postergadas” (La Tinta del Alcatraz, 1994), “Llanterío” (Malabares/Universidad Iberoamericana/Librería El Día, 2001), García Cortez explicó a ZETA en torno a “En el impuro tacto que motivas”:
“‘En el impuro tacto que motivas” es el verso final de un poema titulado ‘Los adioses’, que cierra un pequeño bloque de textos de tema erótico amoroso. El libro se iba a llamar de otra manera, pero sucede que le envié los textos a Rosa Espinoza, la editora, para que los revisara y me hiciera las observaciones que considerara pertinentes. Y con toda la confianza que nos tenemos mutuamente, me señaló varios detalles y me propuso el título que ahora lleva el libro. Y me agradó. Me pareció más atractivo, sobre todo por lo que parece sugerir las maneras y expresiones del tacto y de la intimidad, de lo impuro”.
Asimismo, la directora general y editora de Pinosalados, Rosa Espinoza, advierte en la edición:
“El poema es roce y arrebato. No hay ser vivo en esta tierra que no sucumba a las caricias. Ni el más débil, ni el más recio. Palabras como tersura o piel remontan a viajes cuticulares del alma, a las sensaciones puras, al placer entero. Una gota de vino en los labios, elíxires de flores, una mirada, incluso un guiño en un dispositivo electrónico, sacudirán del sosiego si se camina en el flanco de la poesía.
“Alfonso García Cortez nos entrega, no sólo su tiento de caricias, sino el aroma verdadero de la palabra amorosa y la concesión sin miramientos al placer, en toda su elongación espiritual. No puede uno más que mirar en este libro al personaje vehemente y al delirio encarnado en estas hojas del deleite puro. Y su embeleso no sólo se limita al roce lascivo, sino al tacto delicado de lo cotidiano cuando es amoroso, cuando es bravamente rotundo e inasible. Siempre agradeceremos esa entrega sin reparos que sólo García Cortez es capaz de dar”, concluyó Espinoza.
Por otra parte, Alfonso García Cortez señaló a este Semanario considerando que hacía 15 años que no publicaba, aunque sí leía en diversos foros:
“Los poemas contenidos en el libro fueron escritos en momentos muy diferentes, incluso en lugares distintos: Playas, Hermosillo, Toronto, así que hay un poco de todo: recientes y lejanos. Hay unos inéditos, pero la mayoría han aparecido anteriormente en antologías, algunos traducidos al inglés. Y, claro, muchos ya fueron leídos en encuentros literarios. Así que el libro reúne poemas que andaban por ahí, sueltos, y que ya me estaban reclamando una casa, o por lo menos un departamentito. Poemas que fueron agrupándose en pequeños bloques temáticos”, concluyó el autor.
