La PGR admite que existen nueve cárteles de la droga en México, con 37 células o bandas, seis menos que las reconocidas en 2014. En Baja California, el Gobierno Federal no acepta presencia del Cártel Jalisco Nueva Generación y limita el reporte a cinco células de los cárteles Arellano Félix y Sinaloa. Presunta diminución de grupos del Cártel del Golfo y Los Zetas. En la lista faltan grupos criminales mencionados por las propias autoridades meses antes. De acuerdo al reporte, en Ciudad de México ningún cártel tendría influencia
En México operan nueve cárteles del narcotráfico en 19 entidades federativas, a través de 37 células o grupos delictivos, según el último mapeo criminal realizado por la Procuraduría General de la República (PGR) y revelado a través de su Unidad de Transparencia y Apertura Gubernamental.
La información en la que “ni están todos los que son, ni son todos los que están”, cuenta con omisiones en cuanto a organizaciones o bandas de tráfico de drogas reconocidas por la propia dependencia federal en boletines emitidos durante algunas detenciones, e incluso, identificadas por Estados Unidos.
En un ejercicio similar realizado en 2014, la PGR reveló que había los mismos nueve cárteles, pero señalaba un total de 43 células criminales operando en 23 Estados de la República. De acuerdo al comparativo, habría menos grupos de Los Zetas -en diversas entidades- y del Cártel del Golfo, en Tamaulipas.
Los cárteles reconocidos son:
* Cártel de Sinaloa o del Pacífico (CS).
* Cártel Arellano Félix (CAF).
* Familia Michoacana (FM).
* Carrillo Fuentes (CCF).
* Cártel Beltrán Leyva (CBL).
* Los Zetas.
* Cártel del Golfo (CG).
* Caballeros Templarios (CT).
* Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Según la PGR, en Baja California operan cinco clanes delictivos relacionados con el narcotráfico, tres de ellos del CAF y dos del Cártel de Sinaloa; mientras que en Baja California Sur se identifica a tres organizaciones predominantes, una de Sinaloa y dos de los hermanos Beltrán Leyva. En ninguna de estas entidades se reconoce oficialmente la presencia del CJNG.
Cártel de Sinaloa en las Bajas
El informe, desglosado por grandes organizaciones delincuenciales, refiere que el Cártel del Pacífico cuenta con diez células o bandas, mientras que en 2014 se reconocía solo a ocho, lo que se puede interpretar de dos formas: que el cártel continúa su fragmentación, o que se extendió con dos células más.
Los grupos que responden a los sinaloenses son: Gente Nueva, presuntamente integrado por los hijos del encarcelado líder Joaquín “El Chapo” Guzmán, y la antigua banda de “Los Ántrax”, con operación en Chihuahua y Sinaloa; Los Cabrera, de los hermanos Cabrera Sarabia (algunos detenidos) que se desempeña en Durango y Chihuahua; Cártel del Poniente y/o La Laguna y/o Los Bardales en Durango y Coahuila.
En Baja California, el Cártel de Sinaloa se divide en dos grupos: “El Aquiles”, encabezado por Alfonso Arzate García “El Aquiles”, y el del “Tigre”, representado por José Antonio Soto Gastélum “El Tigre”; en tanto, en Baja California Sur citan a la banda del “28”, de Víctor Barraza Martínez.
Los sinaloenses continúan con el control de las pandillas en Ciudad Juárez, Chihuahua, sede del Centro Federal de Readaptación Social Número 9 “Norte”, donde se encuentra encarcelado “El Chapo” Guzmán. Los Artistas Asesinos (AA) y Los Mexicles, son las pandillas señaladas.
El reporte de información pública detalla que para el Cártel de Sinaloa, en Sonora operan las células de Los Salazar, cuyos fundadores cayeron en desgracia al ser detenidos, pero aún sobreviven sus correligionarios; y en contraparte sus antagonistas, “Los Memos”, que dirige Adelmo Niebla González “El G-3”, quien escapó del penal de Culiacán por medio de un túnel en mayo de 2014.
El informe no hace referencia a “Los Dámaso”: Dámaso López Núñez “El Licenciado” y Dámaso López Serrano “El Mini Lic”, a quienes jefes policiales han ubicado en franca operación y a gran escala en Baja California Sur y Sinaloa, en la sindicatura de El Dorado. En otra omisión, la PGR no señala la existencia de “Los Jabalíes” en Sonora.
Tampoco se menciona a los Coronel o “La Corona”, ni como grupo independiente, ni como nuevamente afiliados al Cártel del Pacífico, como se señaló tras la detención de Javier Carrasco Coronel en noviembre de 2016, cuando oficialmente se informó que operaba en Sinaloa y coordinaba otros grupos en Colima y Jalisco.
CAF-CTNG-CJNG
La PGR no cuenta en su información con datos que vinculan las operaciones del CAF con el CJNG, a través del llamado CTNG (Cártel Tijuana Nueva Generación). Ni siquiera reconoce a los de Jalisco operando en Baja California.
Sin proporcionar detalles sobre la actividad del Cártel Arellano Félix, la lista de células en Baja California se centra en tres grupos, las mismas agrupaciones que tenía en la mira en 2014:
* “El Chan”, que lidera Lorenzo Vargas “El Chan”.
* La del “Jorquera”, de Enrique Jorquera Guerrero.
* La banda del “Kieto”.
En cuanto al Cártel Jalisco, la dependencia federal lo señala como una unidad, al asentar en su reporte que “no se identifican grupos, células o pandillas vinculadas a la organización”. Únicamente destaca que tiene influencia en Jalisco, Colima, Michoacán, Guanajuato, Nayarit, Guerrero, Morelos y Veracruz.
Al referirse al CJNG que encabeza Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho”, uno de los tres narcotraficantes más buscados en el mundo por la Agencia Antidrogas Estadounidense (DEA), la PGR no cita a la organización criminal “Los Cuinis”, integrada por la esposa y cuñados de Oseguera y también reconocida por la Unión Americana como financiadora de su operación, pero esencialmente como dos grupos diferentes.
Y aunque la PGR niega que haya células del CJNG, el 19 de diciembre de 2016, luego de la detención en Guadalajara del “Big Mama”, jefe de plaza en Veracruz, el fiscal general de Jalisco, Eduardo Almaguer, aseguró que existían diferencias en la organización criminal y por lo menos seis grupos disputaban territorios en la zona metropolitana tapatía.
“Hay una célula delictiva que está operando en una parte sur-oriente de Guadalajara, una que está operando en Tlaquepaque, El Salto e Ixtlahuacán de los Membrillos; una célula delictiva operando en Tonalá, otra célula en Tlajomulco y dos células delictivas de este mismo grupo en Zapopan”, detalló Almaguer Ramírez.
Los michoacanos
La Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), que en 2014 también se refería a Los Caballeros Templarios -grupo criminal que opera principalmente en Michoacán y tenía ramificaciones al Estado de México, Guerrero y Jalisco- como un solo bloque, ahora reconoce que sigue operando tras la detención de su dirigente, Servando Gómez Martínez “La Tuta”, y está dividido en dos.
Por un lado, está la célula de los Tena, liderada por Fernando Cruz Mendoza “El Tena” y su zona de influencia es Aquila, Coahuayana y Coalcomán de Vázquez Pallares. En contraparte, hay otro clan delictivo cuyas riendas tiene Homero González Rodríguez “El Gallito”, con incidencia en los municipios de Tumbiscatío y Apatzingán.
El informe no habla de la presencia de “Los Viagra”, banda que manejan los hermanos Sierra Santana y que violenta la meseta purépecha desde hace unos tres años. Incluso, en 2016 el grupo criminal colocó mantas en diversos municipios limítrofes con el Estado de Jalisco, anunciando la creación de una nueva célula llamada “Los Justicieros”.
Apenas el domingo 25 de diciembre próximo pasado, en el Jardín de la Paz del municipio de Jiquilpan, Michoacán, aparecieron seis cabezas humanas y a los días fueron encontrados los cuerpos junto con otras dos mujeres asesinadas. El secretario de Seguridad Pública de Michoacán, Juan Bernardo Corona, indicó que había indicios para asegurar que el hecho se originó a causa de un enfrentamiento entre “Los Viagra” y el CJNG.
En la misma entidad, opera La Familia Michoacana, a través de dos células. La primera es la afamada “Guerreros Unidos” y/o “La Nueva Empresa”, con intervención en Morelos, Guerrero y Estado de México. La otra agrupación es conocida simplemente como “La Empresa”, cuyo campo de acción son el Estado de México y Morelos. Ambos grupos ya tienen poca presencia en Michoacán ante el avance de cárteles rivales.
Pero también en La Familia Michoacana faltó reconocer la existencia del grupo delictivo de los Laredo, con influencia en Morelos, concretamente en Cuernavaca, según informes del Departamento del Tesoro estadounidense de abril de 2016. El gobernador morelense Graco Ramírez, que inicialmente negó la presencia de esa banda, terminó por aceptar que sí operaba en la entidad.
Los tamaulipecos
Con los cárteles que surgieron en Tamaulipas y presuntamente tienen representaciones en diferentes entidades, la PGR también hizo modificaciones respecto a la información con que contaba y difundió en 2014.
A Los Zetas, que tenían nueve células o pandillas, las redujo a tres, y de tener movilidad en múltiples entidades, ahora les confinó exclusivamente a Tamaulipas; mientras que el Cártel del Golfo, que en 2014 tenían 12 grupos, con actividad que trascendía su frontera estatal, también fue disminuido en el documento de 2016 a siete bandas, limitadas a su Estado.
En el caso de Los Zetas, la PGR reconoce la existencia de sus células: Grupo Operativo Los Zetas, Grupo Operativo Zetas (al parecer repetido por error) y Fuerzas Especiales Zetas, todas en Tamaulipas. No se señala la fuerte actividad de miembros de esa organización criminal en Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí, Veracruz, Puebla, Tabasco y Quintana Roo.
Fueron suprimidas de la lista, células como las de Sangre Zeta, Comando Zetas, El Círculo, Unidad Zetas, Néctar Lima, Delta Zeta, Los Negros, La Compañía y Cártel del Noreste, entre otras. En el caso del llamado Cártel del Noreste, autoridades locales anunciaron su creación a inicios del año pasado, en agosto la Policía Federal lo reconoció al detener a José Luis González “El Boss” como uno de sus líderes y finalmente, hace unas semanas, el grupo criminal repartió juguetes y cenas en colonias de Nuevo Laredo con calcomanías que ostentaban la “marca” del clan delictivo.
Por lo que ve al Cártel del Golfo, las siete bandas reconocidas por el Gobierno Federal son Los Metros (Reynosa), Los Rojos (Matamoros), Grupo Dragones (Tampico-), Los Fresitas y Ciclones, todos limitados a Tamaulipas. Completan el grupo Los Pelones y Los Talibanes, que extienden sus dominios a Quintana Roo, primordialmente en Benito Juárez, Cancún.
Los Beltrán y los Carrillo
En el Cártel Carrillo Fuentes no se registran novedades o sorpresas luego que sus principales líderes han sido detenidos, entre ellos Vicente Carrillo Fuentes “El Viceroy”. Sus pandillas identificadas son las mismas: “La Línea” y “Los Aztecas”, que operan con mayor fuerza en Ciudad Juárez.
Por su parte, la estructura del Cártel Beltrán Leyva, que en 2016 sufrió las “bajas” por detención de Clara Elena Laborín Archuleta “La Señora” -esposa de Héctor Beltrán Leyva “El H”- en septiembre, y de su sobrino Jesús Alfredo Beltrán Guzmán “El Mochomito” -hijo de Alfredo Beltrán Leyva “El Mochomo”- en diciembre, se mantiene intacta con siete células.
Uno de los grupos criminales más fuertes, es el de “Los Mazatlecos” que dirige Fausto Isidro Meza “El Chapo Isidro” en Sinaloa y con extensión en Baja California Sur. En Sonora trabaja el “Grupo 2000”, manejado por “El Pancho Huevos” y/o “El Dosmil”. No se hace referencia al bando de Trinidad Olivas “El Chapo Trini” en Ciudad Obregón, ni al de Emilio Quintero Navidad “El Cadete”, primo de Rafael Caro Quintero, en Caborca.
En Aguascalientes y Baja California Sur, la PGR identifica la existencia de “La Oficina”.
Tan importante como el Noroeste del país, para los Beltrán Leyva son los Estados de Guerrero y Morelos. En la Región de Tierra Caliente tienen a “Los Granados” y en la Región de la Montaña, a “Los Ardillos”. En la Región Norte y Centro de Guerrero y en Morelos, operan “Los Rojos”. En Acapulco manda el Cártel Independiente de Acapulco (CIDA). No se cita a “La Barredora”, que algunos atribuían a los Beltrán y otros al Cártel de Sinaloa.
Alcaldes y funcionarios de Seguridad Pública de diversos municipios guerrerenses donde se genera mucha violencia, como Acapulco, aseguran que no hay cárteles del narcotráfico, sino grupos de pandillas o narcomenudistas, minimizando la información que generan dependencia federales o medios de comunicación sobre la operación de organizaciones criminales.
Algunas entidades, como Ciudad de México, Chiapas, Oaxaca y Nuevo León, ni siquiera se localizan en la geografía del narcotráfico para la Procuraduría General de la República.