Cerca de las diez de la mañana del viernes 9 de noviembre de 2016, un individuo se introdujo en una vivienda de la Privada Seyal del fraccionamiento Urbi Quinta del Cedro de Tijuana e intentó estrangular a la esposa de Ernesto Salvador Rodríguez Gallegos. Tanto el presunto agresor como la víctima, han presentado sus versiones ante el Ministerio Público. Mientras tanto, un médico confirmó el ataque.
En entrevista con ZETA, Rodríguez Gallegos aseguró que el criminal ingresó al domicilio con la intención de ahorcar a su esposa, por lo que exige a la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) tipificar el crimen como intento de feminicidio, y no como lesiones agravadas como se investiga actualmente.
Según Ernesto, el supuesto responsable tocó a la puerta cuando la mujer estaba en el domicilio para preguntar por su vecina – madre del hoy imputado-, por lo que ésta salió a verificar si se encontraba; una vez afuera, el indiciado pidió a la víctima un vaso con agua, por lo que ella ingresó a la casa y “él se mete a la fuerza” detrás y apretó su cuello violentamente, dejando sus manos marcadas. Los insultos misóginos que de acuerdo a la versión de Ernesto profería el sujeto mientras estrangulaba a la fémina, son motivo suficiente para determinar que lo que pretendía era matarla.
El relato del esposo continúa con la mujer logrando zafarse de las manos del atacante que huyó en un vehículo blanco, presuntamente usado en el sistema de transporte Uber. La PGJE abrió el Número Único de Caso 20983.
El subprocurador de Justicia en Tijuana, Jorge Alberto Álvarez Mendoza, expuso que de acuerdo a la investigación hecha por los agentes ministeriales, el imputado tiene severos problemas económicos y “deudas de juego”; también cuenta con denuncias por falta de cumplimiento de manutención.
El acusado refirió que el móvil de dirigirse al fraccionamiento era ir a casa de su madre a sustraer una televisión para empeñarla y pagar sus deudas, al no estar ésta, ingresó al domicilio de la víctima para usar el baño, camino a éste se percató de la presencia de teléfonos móviles y elaboró un plan para hurtarlos, usó el sanitario y al salir vio a la esposa de Ernesto, por lo que “se asustó”, empujó su cuello, forcejearon y escapó; afirmó no tener la intención de asesinarla. Eso declaró al Ministerio Público.
Ambas partes fueron sometidas a exámenes psicológicos. También fueron recabados testimonios para analizar el contexto de los dos implicados.
Álvarez Mendoza señaló a este Semanario que ya solicitó apoyo a la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) para atender a la víctima y favorecer la investigación. La consignación ante un juez se hará antes del viernes 6 de enero de 2017 y, en ese sentido, los elementos de prueba hasta el momento no son suficientes para establecer una tentativa de feminicidio.
