De los once diputados federales del Partido Acción Nacional por Baja California, hasta el cierre de edición de esta columna, el jueves 8 de diciembre por la tarde, solo uno de ellos había renunciado al “bono navideño” de 150 mil pesos que en la Cámara de Diputados se aprobaron y se determinaron entregar a final de éste año. En efecto, Jorge Ramos Hernández, tijuanense, envió ese día una carta a Mauricio Farah Gebara, secretario general de la Cámara de Diputados, expresándole: “En mi caso, no acepto recibir dicho bono, por lo que he de agradecer a usted gire sus instrucciones al área correspondiente, para que se abstenga de depositar en la cuenta bancaria respectiva dicho monto”. En la semana que concluye, el tema del bono cobró relevancia cuando diputados independientes de MORENA y algunos rebeldes se sumaron a la indignación social de gastar 75 millones de pesos sin más agenda ciudadana o de desarrollo que el lucimiento de los legisladores. Aparte de los 150 mil pesos, se les entrega su aguinaldo igual a su sueldo de más de 73 mil pesos, apoyos para viajes y hospedaje, por asistencia legislativa, por apoyo comunitario y para pago de aguinaldo de sus empleados, con lo que al final recibirían algo así como 480 mil pesos cada uno. Estando el país en aprietos económicos entre el alza del dólar, el incremento en los costos de los servicios y los niveles de pobreza, que los diputados se despachen 150 mil pesos por cabeza, sí resultó hasta ofensivo. Por eso, Ramos Hernández dijo no. Rechazó su “bono navideño”. A ver quién más en el PAN sigue el ejemplo.