La cifra de extranjeros indocumentados que serían deportados bajo el gobierno de Donald Trump -según el propio presidente electo- es la misma que el número de expulsados de Estados Unidos durante los 8 años de gobierno de Obama: 3 millones. La diferencia, explica el doctor Primitivo Rodríguez, es que “Obama hizo la política anti migrante, pero no la convirtió en discurso; Trump ha hecho un discurso de ello y por eso, el temor es mayor”
No solo durante su campaña electoral, Donald Trump demostró un discurso racista, xenófobo y anti migrante, también lo hizo en su primera entrevista después de ganar las elecciones presidenciales de Estados Unidos, cuando adelantó que deportaría entre dos y tres millones de extranjeros criminales durante su administración.
A pesar de que el término de “extranjeros criminales” puede resultar en una imagen delincuencial, en realidad se refiere a aquellos migrantes que cometieron faltas como reingresar a Estados Unidos después de hacer sido deportados o utilizar números de seguridad social falsos para obtener empleo.
Sin embargo, no son los únicos en correr riesgo de ser expulsados del país. El magnate republicano también anunció la cancelación fondos federales a las ciudades santuario -aquellas cuyas corporaciones de seguridad locales se oponen a colaborar en la deportación de residentes- y la anulación de las órdenes ejecutivas del actual mandatario, Barack Obama.
Entre estas órdenes ejecutivas, se encuentra la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), promovida por Obama en junio de 2012.
Esta especie de amnistía cancelaba -de manera temporal- la deportación de aquellos jóvenes migrantes que llegaron antes de la mayoría de edad a la Unión Americana y les otorgaba un permiso de trabajo.
Según el Observatorio de Legislación y Política Migratoria, un proyecto del Colegio de la Frontera Norte (COLEF), 844 mil 931 jóvenes se encuentran amparados con DACA. Este grupo, conocido como DREAMERS, está en gran riesgo de ser los primeros en ser expulsados del país.
“El grupo altamente vulnerable es el de los DREAMERS, porque ellos, en un acto de fe, presentaron sus datos frente al gobierno. Tiene la información de dónde viven y quiénes son. En cualquier momento, si existe esa voluntad diabólica, podrían ir por ellos y sacarlos”, explica la doctora Alejandra Castañeda, investigadora del Observatorio, en entrevista.
Un análisis redactado por la académica en conjunto con la doctora Dolores París Pombo, indica que otro grupo en riesgo de ser deportado es aquel conformado por los beneficiarios del Estatuto de Protección Temporal, unos 300 mil migrantes de 13 países.
Éste “protege contra la deportación y permite una autorización para trabajar o estudiar a ciudadanos de algún país que vive un conflicto armado, un desastre natural, una epidemia u otras condiciones temporales extraordinarias”, detalla el documento.
Es por esto que, a un mes de que Trump asuma la Presidencia de Estados Unidos, organizaciones pro migrantes, particularmente aquellas de defensoría legal, “están preparando estrategias de defensa”, explica la académica.
Las precauciones están justificadas. Entre los nombramientos del gabinete de Trump, figura el conservador Kris Kobach, autor de la Ley SB1070 de Arizona, la cual permitía la detención por perfil racial de personas para solicitarles sus documentos migratorios.
“Un escenario que ya vivimos”
De acuerdo a datos de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación, México recibió a 3 millones 206 mil 858 connacionales repatriados entre 2008 y 2015.
Cada año, el Instituto Nacional de Migración (INM) reportó un decremento en el número de mexicanos recibidos. Por ejemplo, en 2008 se contabilizaron 577 mil eventos de repatriación y, para 2015, la cifra se redujo a 207 mil repatriaciones, un 35 por ciento menos.
De acuerdo al Observatorio de Legislación y Política Migratoria, uno de los factores que permitió la deportación de hasta 400 mil personas durante un año en la administración de Obama, fue la aplicación del programa Comunidades Seguras.
Al término de la presidencia de George W. Bush, en un esfuerzo por oficializar la cooperación entre policías locales y dependencias federales para detener y deportar a migrantes indocumentados, nació Comunidades Seguras.
No obstante, algunas corporaciones locales se negaron a colaborar con el programa, ya que no está dentro de sus atribuciones realizar deportaciones que son del ámbito federal.
“Es un escenario que ya vivimos, la separación de familias por las deportaciones, si había algunos con la esperanza del reencuentro, esto lo vuelve más difícil”, comenta la doctora Castañeda.
Sin embargo, “esta idea de que se van a deportar a tres millones, sí se puede, ya ha sucedido, lo hizo Obama en ocho años. Cómo lo va a hacer Trump, ésa es la clave y las cosas que tenemos que esperar”.
Según la académica, esto no implica que las preocupaciones compartidas por comunidades mexicanas en ambos lados del muro, no estén justificadas.
“Hay regiones como Carolina del Norte donde la tensión racial es mucho más fuerte. Donde existe el riesgo de que la gente reciba agresiones físicas o de insultos, hemos visto que la gente se siente con el permiso de mostrar desprecio por otros. Ése es un riesgo que ya es un hecho”, subraya.
La respuesta es crear el mayor movimiento popular
Con motivo del análisis post electoral de Estados Unidos, el especialista en migración, Primitivo Rodríguez Oceguera visitó el COLEF en Tijuana.
En entrevista con ZETA, consideró que la situación de deportaciones solo se agudizaría con Trump, ya que la comunidad migrante vivió un preámbulo con las políticas ejecutadas por Obama.
“Existe un gran conocimiento acumulado, histórico, de parte de los migrantes de cómo defenderse, casa por casa, cuadra por cuadra, hay que fortalecerlo, sistematizarlo como nunca”, opinó.
Para el investigador, “Trump ya inició la guerra, lo que no ha visto es la respuesta que va a tener. Nuestra esperanza no está en si Trump cumple o no con sus perversas propuestas de gobierno, nuestra esperanza es crear el mayor movimiento popular en Estados Unidos, en México y en otros países contra la exclusión, el racismo, la xenofobia, el movimiento a favor de la mujer”.
El activista comparte la diferencia entre cómo estas organizaciones enfrentaron las deportaciones en el gobierno de Obama a cómo lo harán con Trump como Presidente.
“Con Obama el temor era muy fuerte. Una gran cantidad de familias fueron separadas en todo Estados Unidos. Obama hizo la política anti migrante, pero nunca la verbalizó, no la convirtió en discurso, no los amenazó. Ésa es la diferencia con Trump, él hizo un discurso basado en ello y por eso, el temor es mayor”.
No obstante, Rodríguez opina que esto sí “causa más miedo, por eso debe causar mayor sentimiento de solidaridad. Nuestra respuesta acabará con él y con su programa. No le tenemos miedo”.
La proyección para Baja California
Del total de connacionales deportados durante los últimos ocho años, casi la mitad, un millón 166 mil 805, regresaron a territorio mexicano a través de las fronteras de Baja California.
Si el decremento de eventos de deportaciones fue notorio a nivel nacional, en el Estado fue todavía más marcado. De 265 mil mexicanos recibidos en 2008, 2015 cerró con 60 mil repatriaciones, según la Secretaría de Gobernación.
Una de las preocupaciones del anuncio de deportaciones masivas hecho por Trump, es que otro de los primeros grupos de indocumentados en abandonar el país son aquellos que se encuentran en prisión.
De acuerdo con Carlos Mora Álvarez, presidente del Consejo Estatal de Atención al Migrante, hay menos de 30 mil mexicanos detenidos en prisiones federales de Estados Unidos y alrededor de 200 mil en cárceles estatales.
En Baja California, cuando alguno de los próximos a ser repatriados comete algún delito grave en Estados Unidos como homicidio, violación o pertenece a alguna pandilla u organización criminal, las autoridades estatales y federales mexicanas son alertadas.
“Ese protocolo se aplica desde siempre, de manera clara y recurrente en la atención de aquellos que tienen un antecedente legal, inmediatamente se informa a la Secretaría de Seguridad Pública del Estado y al Instituto Nacional de Migración desde la Border Patrol, y a su vez le corren la ficha para constatar el antecedente”, explica Mora Álvarez.
No obstante, reconoce que “estamos ante una nueva era, la era de Trump, la era violatoria de Derechos Humanos, de acuerdos y habrá que tener mucho cuidado”.
En la Casa del Migrante de Tijuana, de las 150 camas disponibles, 56 son ocupadas por deportados, el resto son para aquellos en espera de solicitar asilo a autoridades estadounidenses. Algunos de ellos serán recibidos en enero de 2017, con plazos de 45 a 60 días de espera.
Para el sacerdote Patrick Murphy, director de la organización, los primeros meses del próximo año serán críticos, ya que si el gobierno de Trump comienza con deportaciones masivas, esto implicaría mayor número de personas que atender, sobre todo sumadas al flujo constante de migrantes afrodescendientes, principalmente de Haití.
El albergue se encuentra ya rebasado. Letreros en francés explican que no hay espacio dentro. Otras casas de asistencia tienen hasta 340 migrantes. Las más de 20 disponibles en Tijuana resultan insuficientes, todavía hay quienes pasan la noche en la calle.
Precisamente el miércoles 7 de diciembre, el titular de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), Luis Enrique Miranda Nava, visitó dos de estos albergues para evaluar la situación.
El funcionario federal insistió que no se podía declarar una crisis humanitaria. “No se preocupen, la gente está comiendo, está bien atendida y en salud”. Esa misma noche, decenas de migrantes, incluidos niños, durmieron en banquetas.
Y sobre la forma en que el gobierno de Enrique Peña Nieto se prepara para atender a esta comunidad ante la amenaza de las numerosas deportaciones que Trump ordenaría, Miranda Nava declaró: “Hay un diálogo entre el Presidente electo de los Estados Unidos y el Presidente Enrique Peña, todavía no se ha definido. Cuando haya una definición, se tomarán las medidas”.
La política migratoria de Trump en cinco puntos
* Priorizar la deportación de indocumentados con antecedentes criminales.
* Penalizar a las ciudades o condados denominados “santuario” para obligarlos a cooperar con el gobierno federal y detener a personas indocumentadas.
* Cancelar las órdenes ejecutivas de Barack Obama, incluyendo la Acción Diferida (DACA).
* Elaborar un registro de extranjeros que provienen de países donde operan grupos terroristas.
* Reevaluar los casos de refugiados en Estados Unidos y aplicar restricciones a los solicitantes.
Las repatriaciones de Obama
Estas son las cifras de mexicanos repatriados desde Estados Unidos, registrados por el Instituto Nacional de Migración, durante la administración de Barack Obama.
Año Repatriaciones 2008 577 mil 826 2009 601 mil 356 2010 469 mil 268 2011 405 mil 457 2012 369 mil 492 2013 332 mil 865 2014 243 mil196 2015 207 mil 398 Total 3,206,858 Fuente: Secretaría de Gobernación (SEGOB)