Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, negoció un acuerdo con el fiscal general de Nueva York, Eric Schneiderman, por lo que pagará una multa de 25 millones de dólares, para que le sean retirados los cargos en el caso de fraude en su contra por el caso de la Universidad que lleva su nombre.
Según la investigación de la Fiscalía, la Universidad Trump que el magnate neoyorquino abrió en 2005 y cerró cinco años más tarde, nunca tuvo licencia para operar y defraudó con su oferta educativa a más de 5 mil estudiantes, aunque sólo 800 alumnos se han sumado al proceso de demanda por fraude.
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Ahora, Trump enfrenta tres demandas distintas: dos demandas colectivas presentadas en California y una presentada por el Fiscal general de NY, las cuales argumentan que el programa recibió un aproximado de 40 millones de dólares, pero que estaba envuelto en el fraude y el engaño.
“En la Universidad Trump enseñamos acerca del éxito”, dijo Trump en un infomercial en 2005, cuando el programa fue lanzado. “Esa es la clave de todo: el éxito. Tú lo vas a ver”. La Universidad prometía enseñar a los alumnos las técnicas de inversión del magnate para enriquecerse en el sector inmobiliario, con asignaturas como Finanzas y Negocios Inmobiliarios.
Sin embargo, la demanda sostiene que los profesores no eran docentes elegidos por Trump como se anunciaba, sino contratistas independientes a los que se les pagaban comisiones por las ventas de seminarios y productos.
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La demanda también alega que la institución educativa operaba mediante el método de venta sugestiva, ya que a los estudiantes matriculados en el seminario gratuito inicial les ofrecía la opción de comprar “un aprendizaje de un año” por 1,495 dólares, el cual en realidad era un seminario de tres días.
Luego, si compraban eso, los maestros volvían a escalar la venta, ofreciéndoles una “tutoría” a un costo de 10 mil dólares y otras más costosas. La más cara, el programa Gold Elite, tenía un precio de 35 mil dólares.
“Empezamos a ver la Universidad Trump y nos dimos cuenta de que era un clásico esquema de fraude. Era un engaño, empezando por el hecho de que no era una universidad”, dijo el fiscal general de Nueva York durante una entrevista con la cadena CNN después de presentar la demanda en 2013.
Durante la pasada campaña electoral, el caso fue utilizado en varias ocasiones por la candidata demócrata, Hillary Clinton para atacar a Trump, quien terminó imponiéndose en las elecciones presidenciales celebradas el pasado 8 de noviembre.
El ahora presidente electo se ha defendido con anterioridad de las críticas en su contra, asegurando que su institución educativa tenía un “porcentaje de aprobación” por parte de sus alumnos del 98 por ciento, y que podría haber llegado a un acuerdo para cerrar el caso, pero que no lo hizo “por principios”.
En agosto pasado, Trump escribió en su cuenta de Twitter que la investigación el fiscal Schneiderman era “patética”, y aseguró rotundamente que “no había caso” alguno en su contra.
Las acusaciones contra Trump salieron a relucir el pasado mes de febrero cuando el senador Marco Rubio acusó a Trump de comenzar una “universidad falsa”, durante un debate del proceso de primarias republicanas en Houston, Texas.
“Hay personas que pidieron préstamos por 36 mil dólares para ingresar a la Universidad Trump, y ahora ellos están presentando demandas”, dijo Rubio. “¿Y saben qué obtuvieron a cambio? La oportunidad de tomarse una foto con una figura de cartón de Donald Trump”, señaló el legislador.
