El papa Francisco extendió este lunes de forma indefinida la capacidad de los sacerdotes de absolver el “pecado del aborto”, una medida que había sido autorizada únicamente durante el Año Santo de la Misericordia que concluyó ayer domingo.
“No existe ningún pecado que la misericordia de Dios no pueda alcanzar y destruir, allí donde encuentra un corazón arrepentido”, indicó el Sumo Pontífice de la Iglesia Católica en una Carta Apostólica publicada el lunes por El Vaticano.
En el mismo texto, la carta apostólica ‘Misericordia et misera’, documento de conclusión del Jubileo extraordinario, publicada este lunes, el religioso argentino Jorge Mario Bergoglio recalcó que “el aborto es un pecado grave, porque pone fin a una vida humana inocente”.
La Iglesia católica considera el aborto “un pecado tan grave”, que la absolución dependía de un obispo, quien podía escuchar la confesión de la mujer o delegarla a un sacerdote experto en dichas cuestiones.
Sin embargo, en el año 2015, Francisco dijo que permitía a todos los sacerdotes otorgar la absolución por un aborto durante el Año Santo, del 8 de diciembre de 2015 al 20 de noviembre de 2016.
Al permitir ahora a perpetuidad que todos los sacerdotes absuelvan el pecado del aborto, Francisco aplica su visión de una iglesia misericordiosa con esas mujeres que consideraron que no tenían otra opción que tomar esa “decisión angustiante y dolorosa”.
“Que cada sacerdote, por tanto, se convierta en guía, apoyo y consuelo para los penitentes en este viaje de reconciliación especial” para los fieles que han tenido abortos, escribió el papa Francisco.
El papa extendió también la validez de las absoluciones concedidas por los sacerdotes integristas de la Hermandad Sacerdotal San Pío X, comunidad fundada por Marcel Lefebvre que rompió con la Iglesia en 1988.
En el documento, de 21 páginas, el papa Francisco también da indicaciones detalladas sobre el camino a seguir para que los católicos se mantengan en la senda de la misericordia, la reconciliación y el perdón.
El Jubileo de la Misericordia, que concluyó ayer, fue un Año Santo extraordinario proclamado por la Iglesia para la indulgencia y el fortalecimiento de la fe.