El 27 de octubre la escritora Luisa Ruiz fue informada de que su cuerpo se encuentra libre de cáncer, coincidiendo dicha fecha con un encuentro realizado en la Casa de la Cultura de Playas de Tijuana –donde es instructora–, en que en compañía de sus alumnos, amigos y su familia, compartió fragmentos de lo que se convertirá en un libro de reflexiones que escribió durante la experiencia.
Quienes fueron testigos de la vivencia tomaron el micrófono para comentar sobre la alegría y actitud positiva con que Ruiz tomó su enfermedad, a la que la escritora insistió en comparar con un recorrido a través de un pueblo mágico, recorrido al que puso fin, cubriendo la representación en pintura de una de las calles que imaginó caminar durante espacio de un año, conociendo a toda una comunidad de pacientes, doctores y enfermeros.
“Era un pueblo desconocido, tenía que irme muy atenta, tenía que poner mucha atención a todas las señalizaciones que había, tenía que poner atención de dónde pisaba porque no era una autopista, era una vereda, un camino diferente y cada uno tuvo su motivo, cada uno fue importante, la vida en el hospital para mí fue maravillosa, toda la atención que me dieron ahí en el hospital… será que yo llegué muy contenta, a lo mejor era que yo tenía muy buen ánimo”, declaró a ZETA.
“Las quimioterapias fueron fuertes en su momento, hoy puedo decir que fueron como leves, que para mí hoy como que el tiempo no pasó, esto es un recorrido fantástico, es algo maravilloso…fue un camino muy divertido, doloroso en su momento, de miedo en otros momentos”, agregó.
Durante un año, Ruiz se dedicó a sentir y a expresar dichas emociones abiertamente, así como registrar en un cuaderno los pensamientos que generó, sobre todo aquellos que le vinieron a la cabeza estando rodeada de otras mujeres en el mismo proceso, en salas de quimioterapia.
“Lo que hice durante el recorrido fue poner en práctica lo que había aprendido antes. Fue como haber estado estudiando 50 años de mi vida y me tocaba presentar este examen” comentó, señalando que tras su “graduación”, solo queda esperar 3 meses para la consulta médica de seguimiento y recibir su diploma.
Pensando en publicar el resultado de su vivencia, compartió a ZETA que estas reflexiones podrían llevar el título de “Pueblo mágico” o “Voy descalza”.