Para los fanáticos de J.K Rowling esto es un tesoro cinematográfico, sobre todo porque apenas plantea el inicio de una saga para recordar, como lo fue “Harry Potter”.
Ahora está Eddie Redmayne en el centro de la historia como Newt Scamander, un magizoólogo, autor de uno de los libros de texto con los que Potter se formó en Hogwarts, y que está especializado en criaturas mágicas. Imagínense desde ahí por dónde irá la cosa.
Scamander había sido expulsado del famoso colegio de magia y hechicería, pero en su maleta llevaba toda clase de bestias fantásticas que escapan y por eso hay que construir una barrera para no verlas. Vaya…
Pero Newt es un aventurero y de alguna manera es la forma en que Rowling promueve la tolerancia, a través de un personaje que enfrenta toda clase de agresiones por sus hallazgos, aunque a su lado tiene a Jacob Kowalski (Dan Fogler), la investigadora Tina Goldstein (Katherine Waterston) y su hermana Queenie (Alison Sudol), para enfrentar al malévolo Percival Graves (Colin Farrell), y también al inolvidable Credence, genialmente interpretado por Ezra Miller.
David Yates es ya un experto en llevar a la gran pantalla los escritos de Rowling y claro que lo hace bien, apoyándose en los efectos especiales que dan vida a toda clase de criaturas que Scamander recolectó mientras recorrió el mundo.
Aquí vaya que sirve conocer sobre “Harry Potter” para comprender a fondo una precuela que a final de cuentas describe un universo hostil, donde la diversidad no es precisamente lo más aceptado.
Por eso mismo tenemos aquí una película que puede disfrutarse en muchos niveles, mientras los más pequeños seguramente serán cautivados por los personajes digitalmente concebidos, los mayores y más abiertos de mente se darán a la reflexión sobre lo que en sí Rowling está tratando de decir cada vez que nos entrega una obra. En otras palabras, qué fantástico. ****
Punto final.- Pregúntenle a Carmen Maura y a Alfonso Cuarón por qué pocos extranjeros quieren filmar en México.
