Los panistas de Baja California se congregaron el 5 de noviembre para rendir pleitesía al gobernador Francisco Vega de Lamadrid. La causa: el “Desayuno Gobernador”, evento orientado a “reconocer” al primer panista del Estado después de su informe de gobierno anual.
Donde por cierto, de manera premeditada no se les invitó a los ex gobernadores, José Guadalupe Osuna Millán y a Alejandro González Alcocer, a petición del propio mandatario. Las diferencias y las divisiones en torno a Francisco Vega no se notaron ese día de acarreos, pero son reales.
El comité municipal de Acción Nacional lo armó en un salón social de la colonia Los Álamos, en la Tercera Etapa del Río Tijuana, en el sector Este de la ciudad. Lo llenaron de mesas desde las cuales funcionarios, militantes, y “la familia panista” en general aplaudieron la labor de Vega durante los primeros tres años de administración.
“El gran corazón” de Kiko Vega no dejó de ser destacado por los dirigentes estatal y municipal del Partido: José Luis Ovando Patrón y Raúl Felipe Luévano Ruiz, quienes aprovecharon sus momentos al micrófono para derretirse en adulaciones al gobernante, haciendo énfasis en cómo éste ostenta un “gobierno de rostro humano”.
Luego llegó el turno del alcalde electo de la ciudad por decisión de un tribunal, Juan Manuel Gastélum Buenrostro, que minutos antes de subir al estrado dijo a ZOOM POLÍTICO en tono afable y desinteresado que la transición que organiza junto con la administración saliente de Jorge Astiazarán, “está bien”. Al cuestionársele sobre cómo percibe las finanzas públicas del actual Ayuntamiento, dijo no tener suficiente información sobre el tema para emitir una opinión; le falta menos de un mes para tomar el poder.
Cuando “El Patas” subió al escenario, lanzó un grito de guerra: “¡ju, ju, ju, ju!” (Imitando más bien a un simio) en repetidas voces, mientras movía su brazo en señal de batalla; algunos de los presentes imitaron al próximo edil de la ciudad.
“Podrá haber mucha gente a la que no le agrade el gobernador, pero habemos un chingo (a los) que sí nos gusta”, exclamó sobre las críticas de la sociedad en contra del gobierno estatal.
En su discurso largo y repetitivo, Vega de Lamadrid enlistó los logros que contempla su informe de gobierno; después volvió a presumir su gran corazón. Llama la atención que en reiteradas ocasiones el gobernador se refirió a sí mismo en tercera persona, haciendo gala de un nada sutil narcisismo:
“Soy un gobernador que sabe que esto no es fácil; que es complicado, pero que todo se facilita cuando todos están con ‘Kiko’”, dijo.
La actividad se desarrolló días después de que periodistas nacionales e internacionales, y los organismos estatal y municipal de los derechos humanos reaccionaran ante la intención de la administración estatal, y en particular del encargado de los contratos de publicidad del gobierno, Jorge Alberto Cornejo Manzo, de desprestigiar a la codirectora de ZETA, Adela Navarro Bello y a la directora de la Agencia Fronteriza de Noticias (AFN), Dora Elena Cortés Juárez.
De acuerdo a la información de otros medios de comunicación, Gerardo Fragoso, Cornejo Manzo utiliza los recursos que administra desde su posición para manipular a periodistas, además de extorsionarlos, presionarlos o coaccionar con los recursos de propaganda oficial, con la intención de que saquen de circulación, o ni siquiera publiquen, información incómoda para el gobierno.
Cuando el reportero de ZETA quiso entrevistar a Vega sobre las extorsiones, manipulaciones, sobornos y campañas negras contra periodistas que se hacen con recursos de la Dirección de Comunicación Social, a cargo de Roberto Karlo López Páez, el mandatario apretó el paso hacia su vehículo ayudado por su personal de seguridad, sin articular ninguna palabra.
A un reportero de AFN ni siquiera le permitieron salir del salón social para abordar al primer gobernante del Estado, un escolta bloqueó la puerta con su brazo. Irónicamente, Kiko dijo momentos antes:
“Somos un gobierno y ustedes saben, extremadamente respetuoso de la libertad de expresión, somos un gobierno que creemos en la libertad de expresión y nosotros hacemos todo lo posible para facilitar el trabajo de todos ustedes (los reporteros). Seguiremos haciéndolo así y se presentó o se presentará, se recibirá y le darán en su momento el curso que consideren.”
Admitió saber de las quejas contra Cornejo Manzo, aunque afirmó tener “la conciencia tranquila” bajo la promesa de respetar la libertad de expresión mientras esté en el cargo. No obstante, no aprovechó la oportunidad de contestar a los cuestionamientos, ignorando al reportero de ZETA e impidiendo que otro periodista se le acercara.