Después de la noche del domingo 8 de noviembre, Jorge Drexler quedó vinculado para siempre a Tijuana, a la que sedujo tenuemente con dulzura y ofreció el placer instrumental de un ensamble electrónico con el que dibujó el éxtasis de un conglomerado feliz y enternecido. Ligado a la frontera a la que le cantó de pie, el uruguayo vistió los textiles de la pasión en cada estrofa y el sentir de su primera vez en la ciudad, de la que se despidió flotando, alzado entre brazos, como un rey que conquistó con versos, carisma, guitarras e intelecto.
Escoltado por su entrañable amigo Luciano Supervielle, arreglista y productor de sus discos “Frontera”, “Sea”, “Eco” y “12 Segundos de Oscuridad”, protagonizó esa noche bajo el hechizo de una veintena de interpretaciones. Compartiendo los créditos de la gira “Perfume” con Supervielle, miembro del grupo Bajofondo, con quien compuso el tema “Perfume”, primer single de dicha agrupación rioplatense, Drexler regocijó el Black Box con encanto sutil.
150 minutos y un tantito más, fue el espacio que el médico de profesión y cantautor por convicción, dedicó para enlistar temas como “Causa y Efecto”, “Polvo de Estrellas”, “Sanar”, “Pianista del Gueto de Varsovia”, “Felisberto”, “La Edad del Cielo” y “Perfume”. A la velada le agregó “Al Otro Lado del Río” a capela, seguida por actos celestiales para “Eco”, “Guitarra y Vos”, “Fusión”, “Sea”, “Se Va, se Va, se Fue”, “Universos Paralelos”, “Deseo”, “Don de Fluir” y “María Bonita”, esta última en homenaje a Agustín Lara y a México.
El “Perfume” en el aire, corazón y alma hipnotizó a poco más de medio millar de asistentes que conmemoraron el encuentro que Luciano Supervielle describió a ZETA:
“La gira de ‘Perfume’ fue una invitación de Drexler para recorrer Argentina y Chile, pero ésta se extendió a Latinoamérica, Estados Unidos y Europa, un poco la invitación de Jorge es por el vínculo a esa época de los discos en los que trabajamos. Es una especie de conmemoración, de recordar esos tiempos de fermentación. ‘Perfume’ nos une porque es un tema que compusimos juntos para el primer disco de Bajofondo, que resultó ser el primer single, por eso el nombre de la gira”.
“Bolivia”, “Bailar en la Cueva”, “La Luna de Rasquí”, “Todo se Transforma” y “Me Haces Bien”, además de “Frontera”, apilaron los ánimos de los que ahí atestiguaron la coronación de un Jorge Drexler espléndido e insuperable que se dejó consentir.
Minimalista, agradecido, sonriente, compartiendo y mostrando su lado más apasionado, dialogó con Tijuana y se enamoró de ella, en un capítulo en el que el amor a primera vista coloreó un encuentro con tintes electrónicos, de hip-hop, cumbia, mambo y la elegancia de una guitarra contemporánea que, por momentos clásica, canalizó los sentidos hacia lo perplejo.
