El miércoles 23 de noviembre de este 2016 se cumplieron 10 años que una mortal enfermedad se llevó a nuestro codirector fundador, Jesús Blancornelas, y dentro de dos días, el domingo 27 de noviembre se completarán 19 años que un puñado de matarifes encabezados por un jefe sicario del Cártel de los hermanos Arellano Félix, intentaron en un ataque a balazos quitarle la vida en 1997.
Nueve años sobrevivió al cobarde ataque sin tener justicia, su salud, su movilidad física y su libertad quedaron dañadas tras el ataque, sin embargo, la mayor pérdida fue la vida de su escolta, nuestro compañero Luis Lauro Valero, cuyos asesinos, los mismos que fallaron en atacar a Blanco, gozan de una saludable impunidad.
A la fecha, para muchos, la única justicia que los ha alcanzado es la divina. El día de los hechos, sus cómplices drogados mataron en fuego cruzado al jefe de los asesinos. David Barrón Corona “El C.H.”, quedó tendido con una esquirla que le entró por un ojo en la escena del crimen, cayó sobre la misma arma que usó para atacar al periodista y a su compañero.
De acuerdo a versiones públicas en 1998 por la Procuraduría General de la República, la Procuraduría de Baja California y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, nueve homicidas participaron en el ataque; Alberto González Ortega y Fabián Martínez están muertos, asesinaron a balazos años después al primero, y presumen que el segundo se suicidó.
Otros dos, Alfredo Araujo Ávila “El Popeye” y Adelaido Reyes “El Lalo”, fueron detenidos por temas de delincuencia organizada entre 2008 y 2009, pero no se sabe si permanecen en prisión. De los siguientes tres, Alejandro Weber Barrera, Michael Anthony Jarboe, e Isaac Guevara Hernández, no se volvió a saber nada desde 1997. Pero al igual que el jefe de todos, Benjamín Arellano, ninguno fue imputado, ni por el homicidio ni por el atentado.
En el caso de “El Benja”, quien se negó a darle entrevista a Blancornelas –las solicitó durante los cuatro años que transcurrieron entre el año 2002, en que el jefe narcotraficante fue detenido, y el tiempo que el periodista falleció–, decidió hablar del tema después de la muerte del codirector de ZETA, usó parte de su conversación con el escritor Carlos Reyna y Farrah Fresnedo –cuñada del narcotraficante del Cártel de Sinaloa, René Arteaga “La Rana”– para criticar sin reparo a el extinto periodista.
Por la muerte de Valero y el ataque de Blanco, solo Marcos Arturo Quiñónez Sánchez “El Pato” fue acusado y exonerado en septiembre de 2013 por el Juez Sexto de Distrito de Procesos Penales Federales en Toluca, Estado de México, ¿la razón? Una averiguación previa mal integrada.
“Después de la balacera muchos me aconsejaron retirarme y encamado aún casi lo decidí. Pero fui reflexionando y pensé en un par de cosas: si me retiro quedaré como un cobarde. Además, la mafia me tomará de ejemplo con otros periodistas diciéndoles: Ya ves cómo le fue a éste, a ti te puede pasar igual. La corrupción de los Gobiernos es la madre del narcotráfico. Desde aquí hasta Alaska en cualquier parte del mundo donde exista mafia es porque hay funcionarios corruptos. El narcotráfico ha crecido porque la política se ha rebajado”, fueron las palabras de Jesús Blancornelas al referirse al ataque, en Santa Fe de Bogotá el 3 de mayo al recibir el Premio Mundial a la Libertad de Prensa Unesco-Guillermo Cano 1999 en la Biblioteca Luis Ángel Arango.
“Entre las muchas lecciones que legó al periodismo mexicano podemos resaltar su Valentía, porque nunca se arredró ante numerosas intimidaciones del poder; Voluntad, porque se impuso un ánimo tenaz para hacer de ZETA una publicación de referencia nacional; Vocación, porque asumió y respetó con fidelidad, hasta la muerte, el dictado de su voz reporteril; y Verticalidad, porque ni el miedo ni el dinero lo hicieron sucumbir al silencio interesado”, fue la referencia que hizo Omar Raúl Martínez, quien fuera director de la Revista Mexicana de Comunicación, al hablar de Blanco.
Ésa es la voz que manos criminales trataron de callar sin logarlo, ése es el hombre que recordamos todos los días.
Por Luis y por don Jesús, hoy como cada año, desde hace 19, pedimos se aplique al Ley, de nuevo al presidente Enrique Peña, al gobernador Francisco Vega, a los procuradores, el federal Raúl Cervantes Andrade y la estatal Perla Ibarra, debido a que sus antecesores no cumplieron con su obligación de brindar justicia pronta y expedita, y ambas entidades de gobierno siguen en deuda con las víctimas de aquel ataque del 27 de noviembre que infamemente se suman a los más de 520 mil homicidios dolosos ocurridos en México de 1997 a la fecha de acuerdo a cifras del secretariado ejecutivo.