Agitada, tambaleándose con un bastón, una anciana llamada Margarita abre conversación: “mejor me hubiera venido en patín, oiga”. Ya viajó desde su casa en transporte público y caminó 800 metros para acercarse al lugar de la cita; batalló con banquetas, jardineras y aún le falta un tramo. Va tarde para recibir un cheque de mil 500 pesos que le dará la Secretaría de Desarrollo Social del Estado (SEDESOE).
Dice que en Otay, donde vive, la líder comunitaria la citó a las 9:30 de la mañana –aunque la entrega empezó a las 10– en el Centro de Alto Rendimiento (CAR), lugar que no conocía hasta ese momento, y por las dificultades para acceder al lugar eran las 10:15 y aún no llegaba. El evento protocolario ya había terminado.
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El CAR, dentro de la Universidad Autónoma de Baja California campus Tijuana, es el inmueble más alejado de la vialidad más cercana a la institución, la calzada Tecnológico. Para llegar al complejo deportivo, los ancianos (acudieron al evento más de mil, pero algunos fueron llevados en automóvil) caminaron de la parada más próxima de transporte público, 800 metros, para ingresar por una puerta de servicio y tomar un camino en el que no hay infraestructura para personas con limitaciones físicas. Esto a pesar que el miércoles 2 de noviembre, día de la entrega, la universidad suspendió labores, por lo que explanadas, auditorios e incluso el teatro universitario estaban desocupados.
Así la señora Margarita y otros ancianos en andadera y sillas de ruedas, algunos de ellos con el apoyo de algún familiar sufrieron menos el traslado, pero al llegar, todos tuvieron que escuchar los discursos y al final hacer una fila para recibir su cheque.
El funcionario que encabezó el acto fue Luis Bustamante Mora, subsecretario de Desarrollo Social, a quien se le preguntó la razón por la que no se entregan los apoyos a en cada comunidad a través de los líderes, o en centros comunitarios. Respondió que aunque suelen entregar los apoyos dentro de las comunidades, la idea de citarlos a todos es para que “se conozcan, nos sirve como una interacción”.
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“Aquí tenemos un evento donde queríamos juntar a las personas para poder nosotros ver que estén aquí, porque además hacemos un pequeño levantamiento para ver quién se está presentando”, mencionó.
Dijo que esa mañana se repartieron 2 millones 800 mil pesos en cheques de mil 500 pesos por un mes, y que en lo que va del año han sido 16 mil los viejitos beneficiados en Baja California.
También habló del programa apoyos productivos, con énfasis en personas de la tercera edad quienes puedan hacerse hasta de 20 mil pesos para arrancar un negocio, así como un convenio con el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos, para que puedan acreditar la primaria y secundaria.
Al funcionario estatal también se le preguntó si con el nuevo delegado de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), Guillermo Peñúñuri habrá más coordinación en la aplicación del recurso en sectores desfavorecidos.
“Estamos trabajando en proyectos federales y queremos reforzarlo, trabajamos con la SEDATU (Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano) y la Secretaría de Hacienda (y Crédito Público), y vamos a empatar los padrones de desarrollo social federal y del estado, estamos en una ruta para lograr eso, para poder complementar el trabajo que hacemos”.
