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martes, octubre 1, 2024
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Las encuestas, la política y otras cosas

Hoy en día las encuestas se han convertido en un arma política, tanto en la lucha política como en la electoral. Todos los partidos y sus posibles abanderados buscan que se conozcan sus porcentajes, que equivale, en este momento, a mostrar sus posibilidades de ser candidato.

Las encuestas son relativamente nuevas en la política. Su uso en estudios de mercado o fenómenos sociales son anteriores a los políticos. Yo la primera vez que supe de las encuestas fue en mi clase de Trabajo Social, en la Prepa Lázaro Cárdenas de Tijuana, donde la querida Toni Romero, nos enseñaba cómo utilizarlas para medir la pobreza o las necesidades de una comunidad.

La primera vez que se utilizaron en lo electoral, que yo sepa, fue en la elección de Baja California en 1989. Me llamó Colosio un día y me dijo me pusiera en contacto con María de las Heras, porque había levantado unas encuestas en este estado y los resultados no pintaban bien para el PRI. Y así fue, se perdió la elección estatal.

A pesar de que hoy son de uso generalizado, no todo mundo cree en las encuestas y sobre todo si las cifras no les favorecen, de inmediato te argumentan, “yo tengo otra donde los números son mejores”. Sí, hay encuestadores que hacen trabajos a petición del cliente los resultados, pero una buena encuesta, con buen método, debe arrojar resultados ciertos y objetivos, para ese momento.

Este largo prologo tiene que ver con dos encuestas que recientemente están circulando en los medios de comunicación, una elaborada por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), entre 15 mil líderes empresariales de 141 países, en la cual se midió el grado de corrupción de un país. El nuestro logró el honroso 5º lugar, solo atrás de Grecia, Hungría, Italia y Eslovaquia.

Qué pena que la comunidad mundial ahora conozca a nuestro país por ser uno de los más corruptos del mundo. Ya nos conocían por la terrible violencia de la delincuencia y de las fuerzas de seguridad, las imágenes de personas sin cabeza, colgadas de los pies, dio la vuelta al mundo.

Las muertes recientes de la española secuestrada en Santa Fe y asesinada con posterioridad, así como el reciente homicidio de la fotógrafa canadiense en Mérida, nos colocan nuevamente en la crítica mundial. Eso sin contar los asesinatos de mexicanos que se multiplican en el país.

Seguramente saldrán funcionarios a desmentir la encuesta de la OCDE, con el argumento de que estamos construyendo un sistema anticorrupción, que se están haciendo esfuerzos y así por el estilo, que nadie creerá.

Otra encuesta, ésta electoral, llevada a cabo por SDP Noticias + México Elige a través de Facebook, arroja números que moverán muchos tapetes y obligarán a descalificarla a unos, a defenderla a otros. Sí, los números de estas encuestan serán polémicos, pues por primera vez sostiene que MORENA, como partido, sin López Obrador, encabeza las preferencias electorales con el 33.2 % arriba del PAN, quien obtiene el 28.9% de las preferencias y el PRI únicamente alcanza el bajísimo 14.8%.

El cuarto lugar lo alcanza en esta encuesta los independientes, con el 11.8%; Movimiento Ciudadano es preferido por el 1.8% y el PRD únicamente el 1.4%. Los demás partidos, Verde, PES, PT y PANAL, no llegan ni al medio punto por ciento.

Obviamente que estas cifras pondrán de pelos de punta a más de cuatro. Sería la primera encuesta que le quite el primer lugar como partido al PRI; éste, a pesar de sus crisis, siempre se había mantenido como la fuerza más importante del país. Debo decir que no me sorprenderían estas cifras. Si fueran ciertas, reflejaría en todo caso este momento de la vida nacional.

El PRI, salvo cambiar Presidente Nacional, no ha tomado ninguna medida importante para hacerlo competitivo otra vez. No ha habido un análisis serio de las derrotas de julio. No se ha generado ningún cambio estructural. Su comité nacional es inexistente. No hay un nuevo enfoque ideológico. No genera esperanzas. Los ataques diarios al Presidente, los resiente de inmediato el PRI.

Seguramente muchos descalificarán la encuesta, su método, su medio de levantamiento, es válido que lo hagan, pero creo que deberán utilizarla como instrumento de reflexión, para tomar medidas nuevas y efectivas. Porque al final, eso son los objetivos de las encuestas, instrumentos de medición, que permiten tomar medidas oportunas. Lo vuelvo a repetir: las encuestas no son bolas de cristal que nos muestran un futuro que irremediablemente se va a producir. Que éste se produzca o no depende de cada protagonista involucrado.

 

Amador Rodríguez Lozano, es tijuanense. Ha sido dos veces diputado federal y senador de la República por Baja California; fue también ministro de Justicia en Chiapas. Actualmente es consultor político electoral independiente y vive en Tijuana.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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