Aunque es de Mexicali, Víctor Manuel Romero Palacios ha hecho en los últimos años su carrera en el servicio público fuera de Baja California. Se ha especializado en la vivienda, por ello cayó en estas tierras como delegado del INFONAVIT. Antes estuvo en Coahuila, en las oficinas centrales y en San Luis Potosí. Dicen que más que por recomendaciones o por pertenecer a un grupo político local, Romero se ganó la posición por capacidad. Lo que no le dijeron fue que el nombramiento solo incluía la titularidad de la delegación. Como administrador del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT) en Baja California, a Romero Palacios le fue impuesto -y ni hablar, lo acepta- un priista conocido en la mediana jerarquía gubernamental. Se trata de Óscar Sanabia Peinado, quien ha sido delegado municipal en Tijuana, funcionario de Desarrollo Social Municipal, oficial mayor y hasta asesor, aunque a escondidas, del panista Jorge Ramos Hernández cuando éste fue presidente municipal. Sanabia es de esos tricolores que creen que las delegaciones federales son botín del PRI. Por eso no sorprende, aunque al delegado Romero sí, que esté llenando la nómina de la delegación del INFONAVIT con puro priista desempleado, recomendado o que estaba en el exilio. Tantos, que aseguran que el delegado ya no soporta un recomendado más, pues la representación que debe sacar adelante se ha convertido en una agencia de colocaciones… hasta que alguien le ponga el alto a Sanabia.